Felix Felicis

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Scorpius no quería estar presente cuando interrogaran a Lily, sentía mucho dolor, pero también mucho rencor cuando la veía, a ella que le había quitado todo, no podía ver un futuro sin Rose y su hijo, ya se había despedido tempranamente de uno de sus padres, no pensó que tendría que hacerlo nuevamente, pero al menos su madre le fue arrebatada por una terrible enfermedad, nadie habría podido evitarlo, con su padre las cosas eran diferentes pues le había sido arrebatado por una chiquilla caprichosa.

Había comenzado a caminar sin rumbo fijo, sin embargo sus pasos lo llevaron a su lugar especial con Rose, los recuerdos lo invadieron y de repente supo que quizá ese lugar fue más especial de lo que originalmente calculó

— Rose... — comenzó nervioso, pues no había encontrado la forma de hablar seriamente con ella de este tan delicado tema a pesar de sus múltiples, pero aún así infructuosos esfuerzos — ha pasado ya bastante tiempo desde que regresamos del pasado y...

— Lo se... escucha, esa experiencia fue única y me da gusto haberla vivido contigo, me siento mucho más unida a ti, pero... — dejó de caminar, soltó su mano, se paró frente a él y abrazándolo se paró de puntas para besarlo, mientras enredaba sus dedos en su cabello — podemos hacer otra cosa para unirnos más — dijo de forma sugestiva sin separar mucho su boca de la de él

Él ya estaba perdido. Perdido entre sus rizos con sus manos enredados en ellos. Perdido en el azul profundo de sus ojos. Perdido en su cálida boca. Perdido en su suave piel. Estaba olvidándose de todo, hasta de su nombre, de dónde estaba, que realmente era en medio de un pasillo, sin darse cuenta en que momento, habían caminado detrás de una armadura, quizá por instinto para no estar ahí exhibiéndose a la vista de cualquiera, pero ambos se llevaron una sorpresa cuando terminaron en el suelo, en el suelo de lo que parecía ser la entrada a una torre oculta. Cuando pudieron mirar a su alrededor se dieron cuenta que la pared detrás de la armadura era falsa, y que efectivamente ocultaba la entrada a una pequeña torre

— ¿Qué es esto? — preguntó Rose aún encima de Scorpius que se encontraba algo sofocado por el golpe

— Por las barbas de Merlin, que golpe... — exclamó él con la voz entrecortada

— Lo siento, ¿estás bien mi amor? — le preguntó haciéndose a un lado y mirándolo con preocupación

Él sonrió aún con los ojos cerrados

— Me encanta que me llames así

Ella se sonrojó porque a pesar de que ya era consciente de que lo amaba profundamente, siempre le costaba expresarse

— ¿Dónde estamos? — dijo cuando ya se había comenzado a poner de pie, y se asomó por las escaleras de caracol que estaban en esa estancia circular

Scorpius ya se había levantado también y se colocó junto a Rose al pie de la misteriosa escalera

— Averigüemos — dijo tomando la mano de Rose y comenzando a subir con cautela

Llegaron a una pequeña estancia circular, no tenía mucho porque era un sitio sumamente pequeño, sólo dos sillones pequeños, una chimenea, y un pequeño estante con un par de libros polvorientos, una ventana cuadrada con vista al lago negro

— Es una torre oculta... — comentó Scorpius analizando el lugar — abandonada al parecer

— Es... acogedora ¿no?

La lástima fue el comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora