Solo un poco

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— ¿Scorp?.... demonios...

Rose había llegado corriendo a su cuarto después de pasar el día fuera con su familia y cerró la puerta. Era ya de noche y pensó que si Scorpius cumplía su promesa de en la mañana ya debería estar ahí. Llamó a su novio en susurro y al no recibir respuesta, se preocupó, ¿le habría pasado algo? ¿lo habrían descubierto? ¿habría olvidado su promesa? iba a comenzar a cambiarse de ropa, y luego, cuando estaba a punto de quitarse la blusa, sintió que unos brazos muy familiares la rodeaban por la cintura y una voz ronca le hablaba al oído

— ¿Quieres ayuda?

— Scorp... — exhaló en un suspiro y tomó sus manos que ya rodeaban su cintura — te llamé cuando llegué, ¿por que no contestaste?

Scorpius besaba el cuello y el hombro de Rose, mientras sus manos jugueteaban en su vientre, tocando con sus dedos la piel alrededor de su ombligo

— Quería sorprenderte pero... tu me has sorprendido a mi

Rose estaba retorciéndose entre sus brazos, con la blusa a medio quitar

— ¿Yo? Te digo que te llamé nada más entré — y su voz sonó entrecortada por la agitación

— Si, pero... no esperaba que te comenzaras a desnudar tan pronto

Su mano subió por encima de su blusa, todo el recorrido hasta arriba, pasando por uno de sus senos, que inmediatamente reaccionó erizando su pezon, ella gimió y en un rápido movimiento se dio la vuelta y echando sus brazos alrededor de su cuello y parándose en puntas comenzó a besarlo, mordisqueando sus labios, tironeando su cabello, al faltar el aire él continuó besando su cuello y entonces caminaron unos pasos hacia la cama y se tiraron en ella. Ella lo podía sentir presionando su cadera con su miembro endurecido, y ella no podía dejar de retorcerse debajo de él, que con su lengua y sus labios estaba provocando pequeñas explosiones de placer ahí donde la besaba

— Quédate quieta Rose — pidió él sin despegar los labios de su cuello

— No puedo... tú... me estás haciendo cosquillas

— ¿Quieres que pare? — dijo delineando sus labios con su lengua

— No, por favor no lo hagas

— Sólo un poco más Rose, sólo un poco

Y continuaron besándose y restregando sus caderas, ella le comenzó a besar el cuello, con la respiración muy agitada y succionando su blanca y suave piel, él colocado sobre ella, entre sus piernas, por fin pudo apretarle el trasero, ese que la había tenido hipnotizada por meses, y se sintió duro y redondo... algo más se sintió duro presionado contra su pelvis, ella gimió dentro de su boca

— ¿Lo dejamos por hoy? — dijo él respirando sumamente agitado

— Si, es lo mejor — dijo ella pero luego le dio un beso en el cuello succionando con fuerza

— ¿Un poco más?

— Si, un poco solamente

Él la siguió besando y estrujando, esta vez ella estaba sobre él, esta vez él fue quien apretó el bien torneado trasero de Rose, subió sus manos recorriendo su espalda desnuda, por debajo de su blusa, y con los antebrazos se la levantó casi hasta sacársela, por lo que la tomó por el borde y terminó de sacarla

— Sólo voy a tocarte ¿si? — le dijo con los ojos grises brillando de excitacion y él luciendo sumamente guapo, con las pupilas sumamente dilatadas y su cabello todo revuelto — por Merlin... eres tan hermosa — dijo cuando la despojó de su blusa y pudo admirar su blanca piel, apretando su estrecha cintura y sus senos asomándose por el escote de su sostén. Él mordió sus propios labios y sus manos temblorosas comenzaron a subir por su vientre, pasando por sus senos, deteniéndose un poco en ellos y apretándolos ligeramente con sus manos. Ella cerró los ojos y se restregó contra él en un suave movimiento. Él volvió a bajar sus manos recorriendo de vuelta el camino por el que habían llegado, cuando sus manos llegaron a sus caderas, las volvió a subir lentamente, esta vez por la espalda, pasando sus manos por debajo del sostén y tirando levemente del broche

La lástima fue el comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora