Reconciliación

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Por la mañana, muy temprano, Rose comenzó a cobrar consciencia despertando, y de repente se preguntó si todo había sido un sueño, pero un pequeño dolor incómodo en su entrepierna le hizo saber que no era el caso, además, sintió un peso en su cintura, que después identificó como el brazo de Scorpius rodeándola, de repente fue consciente de que él estaba durmiendo a su lado, abrazándola por la espalda, se fijó en sí misma y notó que estaba vestida, quizá cuando se había quedado dormida, él le había vuelto a poner su ropa. Se ruborizó pensando en que de un día para otro había sido completamente desvestida y luego vestida por él, y luego recordando lo que pasó en el inter, sonrió para sus adentros porque a pesar de cómo habían pasado las cosas no estaba arrepentida, ni un poco.

Scorpius se comenzó a remover, Rose giró para observarlo, justo cuando él abría los ojos y se fijaba en ella, le pasó como a Rose, primero medio adormilado, pensó si a caso había soñado lo que pasó la noche anterior, pero abriendo los ojos y encontrándola a ella pegada a su pecho, le hizo sonreír desde el fondo de su alma, la abrazó y le dijo

- ¿Cómo estás?

- Feliz - dijo ella simplemente

- Yo mucho más - contestó él acariciando su cabello

Se quedaron unos segundos en silencio, luego Scorpius repartió pequeños besos por su cara y su cabeza y finalmente le dijo con pesar

- Debo irme

- Lo sé... ¿te veré en la noche?

- Antes - contestó él recuperando su habitual entusiasmo - de hecho, ayer venía a decirte que tu padre me dio permiso ya de venir a verte

- ¿En serio? - preguntó ella emocionada - ¡perfecto! ¿a qué hora regresas?

- Sólo voy a bañarme y a cambiarme y regreso

- ¡Que bien! Te espero ansiosa

- No tardo - dijo y le dio un leve beso de despedida, salió por la ventana y se fue

Ella se quería levantar de un salto, bañarse, arreglarse, bailar, cantar, brincar... pero esa pequeña incomodidad dejó de ser tan pequeña cuando quiso levantarse, y entonces miró sus sábanas ensangrentadas y se horrorizó, un pequeño grito se le salió sin querer y entonces su puerta se abrió

- ¡Rosie! ¿estás bien?

Rose se paralizó por un momento, luego de un salto cubrió la cama con sus cobijas

- Sí papá, perdona, no es nada

- ¿Qué es eso? - preguntó Ron que había alcanzado a ver ¿sangre?

- Se llama menstruación, papá - dijo Rose con un falso tono de condescendencia

Ron se ruborizó ligeramente y detuvo su avance

- Ah sí, pero... ¿por qué gritaste? me asustas

- Oh no es nada, sólo... ya sabes, hice un desastre con esto y en verdad me gustan estas sábanas - y ahora le gustaban mucho más, pues le traerían buenos recuerdos por siempre

- Oye Rosie... yo... tu madre dice que debo disculparme contigo

- Que curioso... me dijo lo mismo a mi de ti

- Bueno, pues, lo haré primero yo: lo siento por haber reaccionado tan mal con la noticia de tu... relación - dijo con desdén en esa última palabra - pero debes entenderme, eres mi pequeña princesa, ¿que tanto hace que te gustaba que te pusiera en mis hombros mientras caminábamos por la calle?

- Como 16 años papá, desde que aprendí a caminar sabes que odiaba que me cargaran

- Es que parece que fue ayer... en fin, Rose, nunca dejarás de ser mi pequeña, no importa cuanto crezcas y no quiero que ningún fulano te aleje de mi

La lástima fue el comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora