Capítulo 36

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Dasha Umka II

- Sí, el mismo - dije fingiendo una sonrisa intentando que no se notara mucho.

- ¿Puedo conocerlo? - preguntó ella aún ilusionada.

- Claro, está en esa caravana - dije señalando la caravana de mi hermano.

Dasha se presentó a los demás chicos y fue hacia la caravana de mi hermano, caminando rápido.

Seguía siendo la misma, con tacones y mucho maquillaje, pero era la misma. Era la misma chica que había ido a la ESO conmigo. Y la misma que me había traicionado y usado. Era la misma. Y había vuelto.

Trague saliva y me fui a la caravana de Ben. Entré en su habitación y cerré la puerta detrás mío, y me tumbé de espaldas en su cama.

- Lo que me faltaba - dije ahogando las lágrimas que querían salir de mi.

Siempre tenían que volver a hurgar en las heridas y en los recuerdos.

Cuando todo iba bien, algo venía y lo destrozaba.

Cerré los ojos fuertemente. Yo que quería ser amiga de alguien, y va y viene mi peor enemiga. ¿Que había echo para merecer esto? ¿Y qué pasará cuando me reconozca? ¿Me querrá arruinar como ya lo hizo antes? ¿Se reirá de mi? ¿Me quitará mi novio? No, Ben nunca haría eso.

Recuerdo todo de ese día. Recuerdo que desperté atada con cinta americana contra la pared y casi sin ropa, y en el colegio, en los baños de Educación Física, con un gran dolor de cabeza. Recuerdo ver una cámara y recuerdo escuchar la risa de Dasha y su novio, días antes mi novio. Recuerdo que me grabaron mientras me tiraban distintas substancias que olían fatal, me escondieron la ropa y tuve que ir en ropa interior por los pasillos de la escuela y ir a mi casa semidesnuda. Recuerdo el día siguiente las risas de mis compañeros que habían visto el vídeo, porque mi ex-mejor amiga lo había colgado en el facebook. Recuerdo los mensajes en el teléfono que me llamaban puta y ofrecida. Recuerdo el acoso que sufrí por parte de los de mi curso a través de facebook, twitter y todas la redes sociales que tenía. Recuerdo haber de borrar todas mis cuentas y hacerme de nuevas.

- Pero me da igual - dije mirando al techo - Soy una persona distinta y he madurado. No le tengo rencor ni nada de eso. Sólo me hizo daño. Sólo eso. Hemos crecido.

Suspire profundamente. Era verdad. No le guardaba rencor, ella había echo lo que quería y yo hice lo que quise también. Tomamos distintos caminos. Pero nos hemos reencontrado.

Cerré los ojos fuertemente. Sin querer una lágrima se deslizó por mi mejilla hacia abajo hasta estrellarse en la sábana de Ben.

Un dedo suave limpió la lágrima de mi mejilla.

- Pequeña, ¿Estás bien mi amor? - dijo la voz de Ben en mi oreja.

- Sí, sí, solo son recuerdos. Sí, solamente recuerdos. - dije aún con los ojos cerrados. - Eso son. - susurré intentando creerme lo que decía.

No me pude aguantar y empecé a llorar.

- Mi amor... - dijo Ben triste, y me abrazó.

Y sentí como si todas las piezas de mi corazón echo añicos se volvieran a juntar después de muchísimo tiempo separados y rotos.

- Me parte el alma verte así - dijo Ben alzandome la cabeza con su mano. Me besó en los labios, y me volvió a abrazar.

Estuvimos un rato así hasta que por fin me calme. Tenía la mirada perdida en la pared de la habitación.

- ¿Quieres explicarme que pasó? - dijo Ben acariciandome la espalda de arriba a bajo.

Me apoyé en su hombro.

- Hace tres o cuatro años Dasha estudiaba en el mismo instituto que yo. Ella era mi mejor amiga. Se lo decía todo, confiaba en ella, habría dado mi vida por ella... Hasta un día en que todo cambió. Ella me robo a mi novio, me humilló ante toda la escuela; yo me estaba duchando, y cuando salí solo encontré mi ropa interior, alguien me dejo inconsciente de un golpe y cuando desperté estaba enganchada en la pared con cinta americana. Me tiraron substancias que aprestaban, lo grabaron todo, y lo colgaron en internet  y gracias a eso sufrí acoso en las redes sociales durante meses hasta que tuve que eliminar todas mis cuentas.

Ben se quedó callado.

- Creo que voy a matar a alguien - dijo después, se levanto de la cama y intento salir de la habitación, pero le cogí del brazo y tire de él hacia mi.

- Amor eso no va a solucionar nada - dije sonriendole tristemente - Si tienes que matar a toda la gente que me ha echo daño... Tendrás que matar a medio mundo. Estoy acostumbrada a esto.

- Joder Shey, yo... Lo siento tanto... Y me siento tan impotente por no poder hacer nada... Joder como has podido sufrir tanto... - dijo Ben triste mirando al suelo. Le cogí la cabeza y la alcé.

- Lo que no te mata te hace más fuerte, ¿Verdad? - pregunté a Ben con una media sonrisa. Él asintió. - Pues por eso soy así ahora. Soy más fuerte por lo que me han echo. No se lo agradezco ni nada de eso, simplemente lo acepto. Y como el pasado no se puede cambiar, pero el futuro sí, ¿Porqué no intentar que lo malo que te ha ocurrido en el pasado te ayude en un futuro? La vida te da muchos golpes, ¿Sabes? Sólo tienes que defenderte y volver a levantarte. Y así hasta que se canse de ello.

Tiré de su brazo y le hice sentarse a mi lado en la cama. Volví a apoyarme en su hombro y el se apoyó en mi cabeza.

- No te sientas impotente por nada, ni te sientas mal por mi, tú no tuviste la culpa de nada, no sabías ni que existía. Sólo piensa en que tú me has dado una razón para luchar, así que lo que menos tienes que sentir es tristeza, sino alegría de haberme salvado - dije mirándole a los ojos. Sus labios se alzaron formando una sonrisa.

- Cada día me sorprendes más Sheila, estás llena de secretos, recuerdos y saber. Eres muy sabia, por la poca edad que tienes... - dijo Ben sonriendome.

Le miré a los ojos durante unos segundos, que parecieron horas.

- No es justo - dijo Ben mirándome, me acarició la mejilla.

- ¿El qué? - pregunté disfrutando de su tacto.

- Que las personas más buenas sufran más - dijo dándome un beso en la frente. - Creo que es muy triste que alguien te diga que no le hace daño alguna cosa que le han echo, porque está acostumbrado a ello. Y tú lo has echo cariño. Amor, necesito saber lo que te ha pasado. Quiero saberlo. Quiero poner remedio a tus heridas y quiero hacerte vivir la vida. - dijo Ben mirándome a los ojos. - Te quiero muchísimo. Que lo sepas. Y no te voy a dejar por nada del mundo.

Ben me miraba con amor. La verdad es que nunca me había sentido tan querida como me sentía ahora.

- Te lo contaré - dije abatida por sus palabras.

Hermana Sykes (Ben Bruce)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora