2. Bóxer.

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-No deberías hablarme así, chico.-El hombre endureció el semblante y posó su fría mirada en mí. ¿Cómo podía un pizzero dar miedo?-¿Y tú quién eres?

-Hélade. ¿Y usted?-El hombre que al principio parecía un hombre amable y bueno, empezaba a producirme náuseas por su "atenta atención" en mi cuerpo.

-Mi nombre es Pietro. Pietro Baggio.-Extendió su mano mientras sonreía de lado, complacido con mi reacción de sorpresa. Y como soy tan especial no fui capaz de darle la mano.

-¿T-tú e-eres un Ba-Baggio?-No era capaz de esconder el miedo. Mi corazón estaba latiendo cien veces más rápido de lo normal y el sudor empezaba a recorrer mi nuca. Y tan sólo habían pasado unos segundos.

-Credo di sì.-El tiempo que llevaba aquí me permitió saber que eso era un si burlón, por decirlo de alguna manera. Bajó la mano al comprender que no la tomaría.

-¡¿Por qué le has traído?! ¡Traidor!-Grité mientras intentaba no llorar de la impotencia. ¿Por qué habría traído al enemigo a casa? ¿Es que acaso Marcos quería vengarse por elegir a su hermano? ¿Tan idiota era como para entregarse a él por vengarse de nosotros?

-No es lo que crees.-La mirada de Marcos se encontró con la mía y vi dolor en ella, pero no podía ni mirarle a los ojos así que aparté la vista hacia Pietro.

-¿A qué esperas para avisar a tu hermano? ¡Vamos!-La risa ronca del pizzero me hizo estremecer.

-Tranquila, ragazza. Io non sono qui per questo. Sono venuto per aiutare, bambina. Io sono dalla tua parte.

-Eso no lo cogí, Baggio.-Dije con el poco valor que pude reunir. Él sonrió de lado, otra vez.

-He venido a ayudaros, estoy de vuestra parte. ¿Capito?

-¿Por qué debería creerte?-Esta vez fue Ángel quién habló. Lo miré un segundo antes de volver la vista al italiano.

-¿Que os salvara a ti y a tu hermano no es suficiente prueba?-Achiqué los ojos y miré a mi novio.

-¿De qué está hablando?-Le susurré y me miró de reojo mientras tragaba con dificultad.

-¿Recuerdas que te conté que murieron mis padres?-Asentí.-Bueno pues no te lo conté todo...no fue un accidente de coche, ni fue en un trabajo...Giovani nos encerró en nuestra casa y los mató frente a nosotros, iba a matarnos también pero Pietro se lo impidió. Siento haberte mentido pero...bueno, no sé qué decir.

-No creo que sea el momento de hablar de eso.-Miré a Marcos y asentí dándole la razón.

-Entonces, ¿qué haces aquí?-Pregunté a Pietro.

-Mi hermano lleva el sur de Italia, pero yo llevo el norte. Podemos hacer negocios sin que él sepa dónde estáis.  No se imaginaría que su hermano acoja a sus enemigos. ¿Qué me decís?

Ángel y yo nos miramos sin saber muy bien qué pensar. Vale, los había salvado, pero ¿estaba dispuesto a traicionar así a su familia?

-¿Cómo sé que puedo confiar en ti?

-Ya te lo he dicho.

-Los salvaste a ellos, no a mí. Yo maté a Giovani, tu sobrino.-Su semblante no cambió, lo que no esperaba en absoluto. -¿Por qué debería creerte?-Añadí.

-Porque tus queridos novios son los mejores en lo que hacen. Y porque mis sobrinos eran unos auténticos cretinos. ¿Te vale?

-Estás diciendo que a cambio de tu protección tenemos que matar para ti, ¿no es así?-Ángel se cruzó de brazos.

~Mi Lucifer~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora