-No deberías hablarme así, chico.-El hombre endureció el semblante y posó su fría mirada en mí. ¿Cómo podía un pizzero dar miedo?-¿Y tú quién eres?
-Hélade. ¿Y usted?-El hombre que al principio parecía un hombre amable y bueno, empezaba a producirme náuseas por su "atenta atención" en mi cuerpo.
-Mi nombre es Pietro. Pietro Baggio.-Extendió su mano mientras sonreía de lado, complacido con mi reacción de sorpresa. Y como soy tan especial no fui capaz de darle la mano.
-¿T-tú e-eres un Ba-Baggio?-No era capaz de esconder el miedo. Mi corazón estaba latiendo cien veces más rápido de lo normal y el sudor empezaba a recorrer mi nuca. Y tan sólo habían pasado unos segundos.
-Credo di sì.-El tiempo que llevaba aquí me permitió saber que eso era un si burlón, por decirlo de alguna manera. Bajó la mano al comprender que no la tomaría.
-¡¿Por qué le has traído?! ¡Traidor!-Grité mientras intentaba no llorar de la impotencia. ¿Por qué habría traído al enemigo a casa? ¿Es que acaso Marcos quería vengarse por elegir a su hermano? ¿Tan idiota era como para entregarse a él por vengarse de nosotros?
-No es lo que crees.-La mirada de Marcos se encontró con la mía y vi dolor en ella, pero no podía ni mirarle a los ojos así que aparté la vista hacia Pietro.
-¿A qué esperas para avisar a tu hermano? ¡Vamos!-La risa ronca del pizzero me hizo estremecer.
-Tranquila, ragazza. Io non sono qui per questo. Sono venuto per aiutare, bambina. Io sono dalla tua parte.
-Eso no lo cogí, Baggio.-Dije con el poco valor que pude reunir. Él sonrió de lado, otra vez.
-He venido a ayudaros, estoy de vuestra parte. ¿Capito?
-¿Por qué debería creerte?-Esta vez fue Ángel quién habló. Lo miré un segundo antes de volver la vista al italiano.
-¿Que os salvara a ti y a tu hermano no es suficiente prueba?-Achiqué los ojos y miré a mi novio.
-¿De qué está hablando?-Le susurré y me miró de reojo mientras tragaba con dificultad.
-¿Recuerdas que te conté que murieron mis padres?-Asentí.-Bueno pues no te lo conté todo...no fue un accidente de coche, ni fue en un trabajo...Giovani nos encerró en nuestra casa y los mató frente a nosotros, iba a matarnos también pero Pietro se lo impidió. Siento haberte mentido pero...bueno, no sé qué decir.
-No creo que sea el momento de hablar de eso.-Miré a Marcos y asentí dándole la razón.
-Entonces, ¿qué haces aquí?-Pregunté a Pietro.
-Mi hermano lleva el sur de Italia, pero yo llevo el norte. Podemos hacer negocios sin que él sepa dónde estáis. No se imaginaría que su hermano acoja a sus enemigos. ¿Qué me decís?
Ángel y yo nos miramos sin saber muy bien qué pensar. Vale, los había salvado, pero ¿estaba dispuesto a traicionar así a su familia?
-¿Cómo sé que puedo confiar en ti?
-Ya te lo he dicho.
-Los salvaste a ellos, no a mí. Yo maté a Giovani, tu sobrino.-Su semblante no cambió, lo que no esperaba en absoluto. -¿Por qué debería creerte?-Añadí.
-Porque tus queridos novios son los mejores en lo que hacen. Y porque mis sobrinos eran unos auténticos cretinos. ¿Te vale?
-Estás diciendo que a cambio de tu protección tenemos que matar para ti, ¿no es así?-Ángel se cruzó de brazos.
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~Mi Lucifer~
Romance¿Acaso pensaba de verdad que esto había acabado? Es decir, matamos al malo, claro. Pero el problema está en que todo malo tiene un padre que la mayoría de las veces le enseñó todo lo que sabe. Y esta, para mi desgracia, no es la excepción. Si, es...