Mi mundo en el aire

Cap 29

Nos vamos a París en un rato viene mi hermano José a llevarnos al aeropuerto, al pobre siempre le toca a él madrugar, me tocará compensarlo en alguna comida que se alargará en cena el en tal de gorronear.

Después de las fiestas de Navidad nos toca un pequeño descanso las dos solas.

Quique se queda en casa de Vero, ya ha empezado el colé, lo llevamos al mismo que mi ahijada Carla así nos podemos ayudar a la hora de llevar los y recogerlos del colé, se a adaptado muy bien al estar con Carla que son uña y carne, pensábamos que le iba a costar por su timidez, estamos muy orgullosas de nuestro pequeño.

También nos va a ir bien desaparecer un poco, la noticia que Gonzalo y yo ya no estamos juntos ha saltado a la palestra, lo han pillado con otra famosa, que es lo que a él le gusta salir en las revistas, Gonzalo cuando le han preguntado no ha negado nada según el, el amor se acabó sin terceras personas.

A mi me han cogido alguna vez esta semana pero yo como siempre en mi línea, todo está bien soy feliz y de mi vida privada no hablo.

Han salido alguna foto entrando en casa donde sale Marlen pero de muy mala calidad ni se la reconoce, la prensa se ha limitado a decir " Malú se refugia en sus amigas y familia tras la ruptura con Gonzalo" nosotras nos reímos, preferimos que piensen eso, aunque lo tengo claro igual que Marlen no nos vamos a esconder de nada ni de nadie, así se lo he hecho saber a Rosa mi mánager no más errores como en el pasado, las cosas pasarán como tengan que pasar sin forzar nada.

Son las dos de la mañana nuestro avión sale a las cuatro, José llega medio dormido y remugando, metemos las maletas en el coche y nos vamos al aeropuerto, yo me siento en el asiento del copiloto y Marlen detrás.

Al llegar al aeropuerto, nos despedimos de mi simpático hermano y  antes de salir del coche.

-Malú os vais dos a ver si volvéis tres.

-Eres más bobo hermanito.

-Yo solo aviso, cuñada a ver si me la embarazas.

-Tranquilo cuñado igual es tu hermana la que me embaraza a mi.

Le suelto una colleja por bobo.

-Nos vemos a la vuelta tonto.

-Eh sin insultar o no vengo a recogeros.

Facturamos las maletas y mientras esperábamos nos hicimos un café, ya en el avión nos quedamos dormidas al instante.

Llegamos a París después de dos horas de vuelo aún estaba amaneciendo, hacía bastante frío, salimos bien abrigadas, un taxi nos llevó hasta el hotel.

Un hotel que estaba enfrente de la torre infiel, era un hotel de lujo por fuera era precioso,a Marlen le habrá costado un ojo de la cara.

Cogimos las tarjetas de la habitación, antes de subir pedimos el desayuno ya eran las nueve de la mañana y estábamos con un simple café de máquina

La habitación era preciosa una cama tremenda con su baño con jacuzzi pero lo mejor de todo era la terraza en la que daba directamente a la Torre  Eiffel, la vista era impresionante teníamos París a nuestros pies, Marlen me abrazaba por detrás mientras embobada lo miraba todo.

-Te gusta mi amor?

-Es precioso Marlen.

En esos momentos vino el botones con nuestro desayuno,era impresionante escuchar a Marlen hablar en francés mi chica era toda una caja de sorpresas, desayunamos en la misma terraza, después decidimos salir aprovechar el tiempo.
Malú no sabia durante estos cuatro días lo que íbamos hacer lo iría descubriendo poco a poco, de momento saldríamos a pasear por los alrededores eso si agarradas de la mano, de la cintura y con nuestros besos inesperados, estuvimos viendo la Torre Eiffel que era lo que más cerca teníamos subimos todo lo que se podía subir nos hicimos miles de fotos con nuestro beso sellando nuestro amor, comimos en el restaurante de allí una comida demasiado selecta, de allí seguimos recorriendo las calles parisinas entrando por todas las tiendas hasta llegar al Arco de triunfo, luego tuvimos que volver en taxi hasta el hotel, donde una pequeña ducha relajante nos esperaba, entre besos y caricias hicimos el amor por primera vez en París done aún nos quedaban más veces.

Salimos a cenar a un restaurante muy romántico, tenía una mesa reservada en una esquina con sus velas aromáticas, todo perfecto con vistas perfectas, cenamos como reinas y nos bebimos sin querer darnos cuenta un par de botellas de vino blanco salimos de allí la mar de contentas con muchas risas.

Decidimos pasear un poco para bajar un poco el efecto del alcohol, pero en cada rincón disfrutábamos de nuestros labios, aprovechando que no quedaba nadie por los alrededores ya que era altas horas de la madrugada.

Llegamos a la entrada del hotel muy acaloradas demasiado diría yo, entre el alcohol y las ganas que siempre nos tenemos, mientras esperábamos al ascensor.

-Lula tienes un chicle?

-Jajaja para que quieres jajaja un chicle ahora.

Nos había dado la risa tonta, mientras ella rebuscaba en su bolso en el que nunca encuentra nada, me desesperaba mientras se reía por su torpeza y yo ya me mordía mi labio por no morder nada más delante de los pocos empleados.

Por fin los encontró se los quite de la mano, me metí cuatro en la boca empecé a masticar apenas me cabían en la boca, lo mejor era la mirada de Malú de incrédula seguro que pensaba la loca de mi novia si que se ha dado un golpe en la cabeza, y yo con los chicles en la cabeza apenas podía reírme.

Entramos por fin en el dichoso ascensor, apreté la última planta que era la nuestra la diecisiete, empecé a mirar por el techo y alrededor de las paredes del ascensor hasta encontrar lo que buscaba, me saque los chicles de la boca estirando, Malú se reía sin saber lo que se le venía encima.

Con los chicles tape la pequeña cámara del ascensor ahora los de seguridad no podrían ver lo que allí iba a pasar apreté el botón rojo el ascensor quedó parado entre dos pisos entre el nueve y el diez, al principio la cara de Malú fue de susto pero enseguida comprendió lo que iba a pasar.

No me dio tiempo atacando mi boca mientras me empujaba contra la pared del ascensor, nuestras lenguas se buscaban se amaban su rodilla empezó hacer presión en mi sexo haciendo que gimiera en su boca, mis manos apretaban de su culo haciendo más presión, Malú dejó mi boca pata morder mis pechos por encima de mi blusa y apretarlos con sus manos, bajo  una hasta mi pantalón de pinzas no hizo falta desabrocharlo su mano se coloca sin problemas callando mis gemidos otra vez con sus besos, empezó primero frotando encima de mis bragas las cuales no podían estar más mojadas, las aparto un poco cuando noto que ya no podía más y me penetro de golpe con dos de sus dedos, empezó a embestir primero despacio para luego ir aumentando la velocidad igual que mis caderas se movían a su ritmo, y ahí mismo me corrí entre sus dedos, Malú los fue sacando poco a poco mientras mi respiración volvía despacio a mis pulmones, Malú chupo sus dedos todo mi sabor lo cual me volvió loca y está vez yo la empotra a la otra pared sin darme cuenta apreté la sirena lo cual nos dio igual.

Ataque sus labios como si fuera la última vez amasando sus perfectos pechos, sabía que nos quedaba poco tiempo no tardarían en darse cuenta y ponerlo en funcionamiento, así que sin perder el tiempo le subí su vestido hacia arriba bajando su tanga hasta los tobillos iba a romperlo pero enseguida me paro mi intención, me puse de rodillas con mi cara en su sexo ella puso una pierna apoyada en mi hombro haciendo mi trabajo más fácil, allí estuve con mi lengua por todo su sexo de arriba abajo, chupe y tire de su clitoris hinchado  mientras ella resolvía mi pelo hasta que se corrió en mi boca así y todo no me movía d allí hasta que Malú dejó de tener sus espasmos, para luego subir para compartir su sabor.

Mientras nos besábamos el ascensor se movió, nos separamos para arreglar nuestras ropas, Malú limpio mi cara para no dejar señales de sus flujos en mi cara, la puerta se abrió fuera estaba el director del hotel pidiendo disculpas por que yo con mi francés me hice la enfadada les dije que mi novia tenía miedo, con lo que el director me recompensará que pidiera lo que quisiera, y como Malú no se enteraba de la conversación, mañana le prepararía una sorpresa a costa del hotel.