Capítulo 2: Primer día.

1.6K 193 145
                                    

El calendario que colgaba de la pared marcaba el 15 de abril. Ese día era el más esperado para un joven castaño de nombre Misaki Takahashi, pues ese día empezaría a trabajar en la famosa Editorial Marukawa Shoten, ya no más como el chico de los recados, sino, como un editor más de la empresa.

Corría de un lado para otro intentando mejorar su imagen a contrarreloj, pues se le hacia tarde.

Usagi, lo veía divertido desde el sillón, en su boca reposaba un cigarrillo el cual ya casi terminaba de fumar.

-Misaki ¿a qué horas entras?

Como pudo, el chico le contestó.

-A las 8:00 -decía apresurado.

-Son 7:30 -le informó el escritor.

-¡Lo sé, es súper tarde! -exclamó alterado Misaki.

-Es temprano -contestó Usagi lo más normal.

-Para usted, Lord Usami, es temprano, ya que siempre llega media hora después a las reuniones, pero para mi es tarde. ¡Es mi primer día y llegaré tarde!

-Tranquilo, no creo que Isaka-san te corra el primer día. Él ha visto lo duro que has trabajado este tiempo.

-Él no es mi jefe inmediato.

-Pero es el jefe de todos -dijo victorioso-. Además ya te dije que te iba a llevar. En mi deportivo llegaremos de inmediato.

-¿Estas tratando de huir de tu trabajo?

-No, de hecho voy a la editorial por trabajo, tengo una reunión.

-¿En serio? -preguntó Misaki mientras detenía su carrera-. No sabía, ¿a que horas?

-A las 7:30.

-¡Usagi-san! -le llamó enfadado por su falta de responsabilidad.

-No hay problema con que llegue un poco tarde -Usami se paró del sillón para acercarse a Misaki y abrazarlo por la espalda-. Además, estoy acompañando a mi pareja a su primer día de trabajo para que no se ponga nervioso.

Las mejillas de Misaki se tiñeron de rojo y su corazón comenzó a palpitar más de lo normal a causa de aquellas palabras. Por un momento, Misaki agradeció el hecho de que Usagi estuviera detrás para que no viera su deplorable estado, aunque claro, él de todas formas notó su nerviosismo y sonrió por ello.

-I-Idiota, vámonos ya -dicho esto, ambos partieron a la empresa.

Tal y como fue dicho por el escritor llegaron a tiempo a la empresa. Ambos fueron saludados por Isaka-san quien iba pasando por un pasillo cerca de la entrada de Marukawa.

-¡Hey, Chibi-tan! -Isaka sonriente se acerco a ambos-. Oh, Akihiko, ya íbamos a tu departamento Aikawa y yo, pero recordé que quizás querías acompañar a Chibi-tan en su primer día, así que desistí de la idea.

Akihiko lo vio incrédulo.

-¿Y por qué tanta amabilidad?

-¿Amabilidad? -preguntó extrañado Isaka-san-. Oh no, para nada, amabilidad hubiera sido cancelar la junta, la cual sólo pospuse media hora para que estés todo el tiempo que dura, jaja~ -Isaka-san soltó una carcajada-. ¡Ah! Quizás se alargue su duración. -Isaka-san rió un buen rato a lo que Akihiko solo fruncio el ceño.

Misaki había logrado controlar un poco sus nervios con la actitud juguetona de Isaka-san.

-Oh, Chibi-tan -lo nombró Isaka. Su sonrisa despareció-. En el departamento de administración te dirán el departamento donde quedaste. Yo me llevaré a Akihiko.

-S-Sí, gracias Isaka-san.

-De nada y suerte -Isaka jaló a Akihiko consigo impidiendo que se despidieran. Misaki de lejos veía como se alejaban.

Y así, el castaño se dirigió en busca del área de administración y fue a preguntar sobre su lugar de trabajo.

Una señorita lo atendió amablemente indicándole que lo llevaría al departamento de manga shōjo, conocido como Emerald.

Misaki se sorprendió puesto que no se esperaba quedar en manga shojo, es más, ni siquiera se había pasado por su cabeza esa probabilidad. Pero de alguna manera le alegraba, ya que prefería ese o cualquier departamento por encima del que trabajaba el género Yaoi.

Mientras ambos caminaban por un estrecho pasillo Misaki iba pensando todo tipo de probables situaciones: ¿Y si no caía bien a sus compañeros? ¿Qué clase de jefe tendría, acaso seria malhumorado? ¿Sería capaz de trabajar con manga shōjo? Él casi no leía de ese género así que era prácticamente nuevo en el ambiente. Miles de preguntas rondaban su mente y nadie era capaz de contestarlas. Sentía que se mareaba con sólo pensarlas.

-Aqui es -avisó la chica sacando a Misaki de sus pensamientos.

-¿Eh?

-Detrás de esta puerta esta el área del manga shōjo. Yo llegó hasta aquí. Si tienes alguna otra duda o algo, no dudes en contactarnos, así que adiós. -la chica salió lo más rápido que pudo del lugar dejando a Misaki confundido.

El de ojos verdes suspiró una vez más en el día y decidido tomó
la manija de la puerta que yacía frente a él. Pero había algo que le ocasionaba escalofríos y no era capaz de abrirla.

No fue hasta que del otro lado se oía que alguien se acercaba y abría la puerta, chocando de frente y cayendo ambos al suelo. Miles de hojas quedaron regadas en el piso y Misaki avergonzado empezó a recogerlas sin ver hacia el frente. Su cabello tapaba parte de su rostro siendo irreconocible ante la persona que tenia delante suyo.

-¡Lo siento! ¡En verdad lo siento! -se disculpaba Misaki totalmente avergonzado mientras recogia los documentos esparcidos en el suelo.

-N-No, descuida, fue mi culpa por andar distraído.

-Aqui tienes -dijo Misaki entregando los documentos a aquel chico de cabello negro. Levantando el rostro por fin. De igual manera el otro lo vio directamente a la cara.

-Gra...- -el otro chico no pudo terminar de agradecer cuando vio el rostro de Misaki.

Sus ojos se abrieron de par en par y su boca quedó semi abierta. El corazón le latía a mil por hora. Su sorpresa fue tanta que le impidió sostener los papeles de antes y nuevamente cayeron al suelo. Una de sus manos cubrió su boca e instintivamente sus ojos comenzaron a tornarse borrosos por las lágrimas que se acumulaban.

Misaki, no entendía nada.

-O-Oye... ¿te sientes bien? -fue lo único que pudo decir.

-¿Eh? ¿Kisa? -preguntó preocupado Mino desde su sitio de trabajo.

Kisa de inmediato talló sus ojos y se levantó. Tendió una mano a Misaki y éste confundido la tomó.

Para Kisa, el parecido de Misaki y Onodera era mucho, aunque así no lo fuera. Pero la reciente muerte de su compañero y amigo, sumando la tristeza que sentía por ello, lo cegó por completo.

-Ricchan... -murmuró el pelinegro.

-¿Eh?

Reaccionó y de inmediato se disculpó con Misaki.

-¡Ah! Lo siento. No sé que me paso, disculpame.

-Descuida -sonrió nervioso Misaki.

-Kisa... -Mino y Hatori se acercaron a él y pudieron comprender el porqué de su reacción. Ellos también experimentaron los mismos sentimientos de confusión que Kisa y pudieron ver por un momento en Misaki a Onodera, quedando los tres en shock.

Misaki se sentía extraño e incómodo, nadie le hablaba, sólo lo veían de arriba abajo con un aire de tristeza.

Fue entonces que quedaron en un largo silencio limitándose a sólo verse entre ellos.

Similitud.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora