Capítulo 20: Más cerca.

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El tiempo seguía su curso, los días pasaban sin ningún contratiempo, aún cuando la fecha más odiada por todos se acercaba.

Pronto la fecha limite de entrega llegaría, algunos autores se apuraban a sí mismos para ser constantes en su trabajo, y otros... vivían despreocupados, después de todo, sabían que si su editor era lo suficientemente inteligente, podía llegar a un arreglo con la imprenta y conseguir más días para seguir trabajando.

Con respecto a la situación de Misaki y Takano, parecían haberla olvidado, pues se llevaban tan bien entre todos que lo que sucedió entre ellos quedó en el pasado.

Misaki por su parte dejaría atrás todo lo ocurrido, pues, a excepción de lo que había pasado días atrás, la extraña acción de Takano al tocarle el cabello, todo iba bien. Además su jefe nunca más volvió a insistirle ni hablarle sobre Onodera, pensando que el tema sólo era un mero recuerdo amargo. Ahora tenía una buena imagen de su jefe, era entregado en su trabajo e incluso le aconsejaba para que fuera mucho mejor editor y se desenvolviera más en el área; aunque eso no significaba que no viera aspectos negativos en él, como su horrible temperamento cuando se estresa, los gritos que les ha proporcionado, inclusive a él, y su humor en tiempos desesperados, como lo era la fecha limite.

Aún así y después de tanto, podía decir que ahora era el trabajo que siempre había anhelado: haciendo lo que le gusta con compañeros que bien puede llamar amigos. Claro, restando el caos ocasionado por la fecha de entrega, sin eso tomándose en cuenta, aquel empleo se acercaba a la descripción de trabajo perfecto.

Para suerte de Misaki, Takano se había vuelto un ávido lector de "The Kan". Muchas veces, Takano le preguntaba cosas que no lograba comprender del todo de la obra, o preguntaba cualquier duda que tuviera con respecto a algún personaje. Misaki parecía el autor mismo, ya que emocionado siempre le resolvía cualquier cosa que no se supiera, pues años siendo fan de la obra lo avalaban, por ende se sabía todo lo relacionado, de pies a cabeza.
Para Takano, la obra no era tan buena en sí, el dibujo no le gustaba para nada ya que estaba acostumbrado a uno más estilizado, pero con gusto la leía ya que así compartía la afición del chico y podía entablar una conversación con más facilidad.

Los cinco se habían vuelto más unidos, siempre salían al descanso juntos y hablaban trivialidades donde todos participaban, pero a Takano sólo le importaba estar cerca de Misaki y admirar su sonrisa. Sus sentimientos aún no los tenía claros por todo lo que pasó con respecto a Onodera y el confundir su similitud con Misaki, pero de lo que sí estaba seguro, era de querer tener presente al castaño en su vida.

Los días de la semana se iban volando, pues cuando algo se disfruta, el tiempo pasa tan rápido que no te das cuenta de su curso, así eran los días en Emerald de lo bien que lo pasaban.
El atardecer estaba puesto en escena y  otro día más de trabajo se había cumplido.

Los editores estaban libres de preocupaciones, iban excelente en su trabajo y sin ningún contratiempo pudieron cumplir con sus obligaciones. Incluso la fecha limite parecía pasar desapercibida, ya que, por primera vez en la historia, sus mangakas estaban cumpliendo regularmente. Estaban de tan buen humor que ni se inmutaron por el aura tan negativa que irradiaba Misaki.

El chico había tenido problemas con su autor a cargo, ya que últimamente se estaba atrasando en el trabajo.

Hirose Yukako era su mangaka a cargo. Una señorita que tenía un par de años dedicándose al manga y que recién comenzaba un nuevo shōjo. Actualmente contaba con veinticinco años. La describía como alguien sumamente feliz y despreocupada, despreocupación que estaba sobrepasando el limite.

Faltaban poco más de dos semanas para la salida mensual de su obra y ella apenas estaba dibujando su storyboard desentendiéndose de la fecha limite.

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