Capítulo 25: Feliz 18 de agosto.

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Habían pasado tres semanas desde lo acontecido con Takano. Casi un mes sin que Akihiko lo llevara al trabajo en su auto pues Misaki le pidió ya no hacerlo más. Ya no quería que otro se enterara de su relación, y que fuera contraproducente para los dos. Ni siquiera su hermano sabía de ello como para que terceras personas se enteraran. Había sido difícil para Usagi, pero lo cumplió, hasta el presente día.

Era dieciocho de agosto, una fecha especial, la más especial para Usami Akihiko, pues su amado compañero de vida, avanzaba de a poco y crecía en edad.

Sí, era el cumpleaños de Takahashi Misaki, para ser exactos, recién cumplía los veintitrés años de edad, y aún conservaba una juventud que no iba acorde a su fecha de nacimiento.

Akihiko era el más emocionado ante eso, claro a Misaki le gustaba cumplir años, pero no era para emocionarse de más, como Usami, quien se la pasó pegado a él, robándole uno que otro beso con motivo de celebración.

Uno de los deseos de Akihiko era llevarlo al trabajo como solía hacerlo de costumbre. Misaki accedió, ya que por ser un día especial para él, era un lindo gesto de su parte.

Ambos llegaron y el escritor se estacionó cerca de la entrada de la editorial.

—¿Puedo despedirme con un beso? —preguntó el escritor sin muchas esperanzas de una respuesta afirmativa. Ya conocía a Misaki. Éste volteó a verlo con un semblante de incredulidad.

—¿En serio preguntas eso?

—Es cierto, tú nunca aceptarías eso en voz alta —comenzó a atacarlo ahí mismo, lo sostuvo por ambas manos, dispuesto a besarlo, y entre que sí y que no, el chico lo apartó poniendo una mano en su boca.

—Espera, ¿qué está haciendo ahí? —a lo lejos pudo apreciar a Kisa. Estaba afuera de Marukawa, como esperando a alguien. Agradecía que el auto estuviera unos centimetros retirado para que no viera semejante escena—. Lo siento Usagi-san, luego nos vemos —desabrochó su cinturón de seguridad y abrió la puerta del copiloto.

—No olvides que hoy pasaré por ti para celebrar tu cumpleaños —le recordó Usami.

—L-Lo sé. Nos vemos luego —se despidió y salió del auto. Apenas pisó la acera, Kisa lo alcanzó a ver desde donde estaba. Antes de que el pelinegro se acercara a él, decidió ir primero.

—Buenos días, Kisa-san —le saludó Misaki, apenas estaban a centímetros de estar juntos.

—¡Buenos días, Misaki-kun! —se acercó a él y lo abrazó, casi colgándose de él—. ¡Muchas felicidades!

Misaki sentía que casi se caería ya que Kisa era pesado para él.

—K-Kisa, pesas...

—Lo siento, jaja —rió y lo soltó. Después le dio un par de palmaditas en el hombro—. Por cierto, excelente entrada de cumpleaños.

—¿Por qué lo dices?

—Vamos, no seas modesto —señalando con la mirada, se dio cuenta de que hablaba del deportivo en el que venía. Volteó a ver y Akihiko aún no parecía irse del lugar, ni planeaba hacerlo, mucho menos después de ver la muestra de afecto que le fue dada al castaño—. ¿Es tuyo ese auto?

—N-No, ¿cómo crees? Jaja.

—¿Entonces? —preguntaba totalmente intrigado.

—Es... —dudó, pero no había más remedio que decir la verdad, no tenía caso decirle una mentira, sólo esperaba que no malinterpretara la situación—. Es de Usami-sensei —la respuesta, más bien parecía un susurro, susurro que fue escuchado a la perfección por el otro.

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