Capítulo 8: Encuentro.

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El sonido del rechinido de llanta tallando el pavimento avisó que habían llegado. El cielo estaba despejado y daba el comienzo de un nuevo día, el amanecer aún seguía en progreso. Tanto Akihiko como Misaki habían llegado a la editorial sin ningún contratiempo.

—Usagi-san, nos vemos al rato —avisó Misaki una vez fuera del deportivo.

—Qué te vaya bien —le contestó el otro. Con esto, daban por terminado su plática, posponiendose el verse hasta la hora de la cena. Misaki cerró la puerta del deportivo de Usami y caminó hacia la entrada de Marukawa Shoten. Dando un ultimo vistazo a donde el auto de Usami se encontraba anteriormente pues había arrancado con dirección al departamento que compartían.

Era temprano, aun faltaban cinco minutos para su entrada oficial, pero aun así era mejor llegar antes que después.

Misaki esa mañana estaba realmente apenado con Usami, pues el día anterior habían pasado una velada juntos. Recordaba todo, desde la cena hasta el cielo estrellado de aquella noche, pero de ahí en fuera, sus recuerdos no eran claros. No recordaba ni a que hora se había quedado dormido, sólo sintió que cerró los ojos y los abrió, encontrándose al lado de Usami en su habitación. Realmente sentía que algo importante se había perdido, pero su vergüenza no le permitía preguntarle a Akihiko, aunque quizá y sólo eran alucinaciones suyas.

Akihiko se había comportado normal y no veía algún indicio en su rostro de que estuviera enojado o algo por el estilo, lo vio muy normal. Aún así, no pudo darle las gracias adecuadamente, se veía que ayer se había esforzado al máximo para tener lista esa noche con él y todavía de pilón lo hizo cargarlo hasta el auto y de ahí hasta la casa, pues nunca despertó en todo el trayecto.

Suspiró; luego le daría un regalo por tan maravillosa velada. Era uno de los recuerdos que nunca olvidaría.

Entró a Marukawa con dirección al elevador cuando una voz gritó su nombre.

—¡Misaki-kun!  —volteó el mencionado topándose con sus tres compañeros de trabajo—. Esperanos —pidió de favor Kisa mientras los otros dos le seguían.

—Buenos días —saludó Misaki, siendo correspondido por los demás—. ¿Vinieron juntos? —preguntó con cierta sorpresa pues que recordara cada quién vivia lejos del otro.

—Para nada —le respondió Mino—. Sólo nos encontramos en la entrada.

—Yo nunca viajaría al lado de Kisa —contestó Hatori, con su típica seriedad.

—¿Ehhh~? ¡qué malo Tori-chan! —respondió simulando tristeza.

—Deja de llamarme así.

—Vamos chicos, se nos hará tarde —avisó Misaki, para que dejaran de lado ese intentó de pelea.

—Pero el editor en jefe está aquí —evidenció Mino, dando a entender que nadie los podía delatar ni regañar.

—Si —mencionó Kisa—. Hatori no nos puede poner una sanción, además él también se vería afectado, no le conviene.

—Con tal de ponerte una sanción, creeme que acepto la mía gustoso —Kisa volteó a verlo ofendido, Misaki rió y Mino mantuvo su sonrisa como siempre.

—Bien ya, tenemos trabajo —mencionó Hatori al mismo tiempo que avanzaba al elevador, seguido de Mino, Kisa y de último Misaki. Los cuatro iban hacia allá cuando de nuevo alguien llamó a Misaki, quedandose él en el pasillo y averiguando quién lo buscaba.

—Takahashi-kun —mencionó de nuevo y Misaki pudo ver a los ojos a quien hace mucho no veía.

—¡Ah! Ijuuin-sensei ¡Buenos días! —saludó nervioso el chico.

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