Capítulo 9: Reunión.

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Fin de semana, para ser exacto sábado a las 6:45 de la tarde.

Las calles de Tokio eran tranquilas; los autos eran pocos, pero las personas iban y venian de un lado a otro, acompañadas de la luz de ciertos anuncios publicitarios, asi como del atardecer anaranjado que en cuestión de minutos cambiaría por el anochecer.

Desde que Misaki trabajaba en la editorial, los fines de semana eran los favoritos de Akihiko, ya que, se podría decir, tenía a Misaki para él, aunque claro si surgía una emergencia él debería partir para allá. Pero a Akihiko no le gustaba pensar negativamente, sólo en su día con el chico que lo tenía completamente enamorado. Aunque claro, no siempre podrían ser sólo él y Misaki, había excepciones.

Esa tarde-noche, Takahiro en compañia de su esposa y su hijo, quedaron en ir a visitarlos. Su visita era repentina, ya que no se había parado ahí desde hace un buen rato. A pesar de vivir en la misma ciudad tenía cosas que hacer y se encontraba imposibilitado. Misaki tampoco era la excepción, pues su trabajo era demandante causando que su agotamiento fuera notable. Akihiko se resignó a pasar un día sólo entre él y Misaki, pero ya tendría otras oportunidades con él. Eso que ni qué.

Misaki se encontraba preparando una cena especial para la ocasión. Extrañaba a su hermano y por supuesto a su cuñada y sobrino. Esa cálida familia que admiraba en secreto, con la que sabía siempre estaría para él.

La última vez que los vio fue en su graduación, por consiguiente, no pudo disfrutar de su compañía cuando el primer día de trabajo, aunque se dio el lujo de durar colgado al teléfono durante casi tres horas contando sus aventuras y compartiendo recuerdos con su hermano. A pesar de aquello, no era lo mismo, por eso, debía preparse para compartir sus memorias con lujo de detalle. El sólo pensarlo lo hacía feliz.

“¡Será un gran día con Nii-chan!” —pensó animado. Después de todo le emocionaba ver a una de sus personas favoritas y que tanto amaba. Su hermano.

Dejó un momento de lado sus pensamientos al ver que Usagi-san bajaba las escaleras con Suzuki-san bajo el brazo. Debía ponerlo a trabajar antes de que ideara una tontería donde se viera involucrado, como el ser atacado por él mientras cocinaba.

—Usagi-san, que bueno que bajas ¿podrías ayudarme a poner la mesa? —pidió amablemente a Akihiko. Éste dejó al oso sentado en el sillón y se dirigió a la alacena con intención de cumplir lo que se le pidió.

—¿A qué horas llega Takahiro? —preguntó Usami mientras sacaba los platos. Se encontraban dándose la espalda, pues Misaki aún seguía cocinando.

—Me dijo que a las siete, quizá unos minutos más tarde, pero de ahí no pasa.

Usami se dirigió a la mesa y acomodó un plato por cada silla que había, sumando un total de cuatro. Mahiro por ser pequeño lo más seguro que usara plato de plástico, así que no le puso ninguno. Ahora se dirigió al cajón de los cubiertos con la misma intención de acomodar.

—¿Takahiro no se cansa de hablar contigo? Te habla cada tercer día —mencionó con falsa molestia Usami. Por culpa de él no podría tocar a Misaki hasta que se fuera, y eso si contaba con suerte, pues quizá por ser muy noche, pidiera quedarse en su casa. Y ni modo de negarle hospedaje a su mejor amigo.

—Usagi-san, es mi hermano, nunca nos cansaremos del otro —habló calmado Misaki. Sabía que no era nada en contra de Takahiro, sólo estaba algo inquieto por el hecho de que no podían ser ellos mismos frente a su hermano... O más bien él, ya que no podría acosarlo.

Usagi caminó hacía donde las copas para el vino, pero antes se dirigió por detrás de Misaki.

—Sólo porque se trata de Takahiro, sino creeme que ni le abro la puerta con tal de estar contigo —susurró al oído de Misaki. Éste último se tensó y volteó a verlo totalmente sonrojado. Eso fue aprovechado por Usami y lo besó tomándolo del mentón. Su lengua tocó la de Misaki y saboreó sus labios por un par de segundos. Después sonrió en su cara y se alejó de él para ir por las copas.

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