Capítulo 17: Confesiones.

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Misaki no sabía como, pero lo logró. Logró pasar el día tranquilo, dentro de lo que cabe. A pesar de estar en la misma sala donde Takano Masamune se encontraba, pudo tomar una postura seria y responsable. Absorto en sus asuntos y enfocado en su trabajo, ignoró el hecho de que ahí se encontraba. Se limitó sólo a responder lo que era necesario, tratando de olvidar lo que pasó entre ellos. Ninguno de sus compañeros se enteró del pequeño percance que vivieron esos dos.

A la salida, cuando el atardecer estaba en escena, Takano buscó a Misaki para disculparse por su acción del día anterior. Se arrepintió de ello, y aunque Misaki se comportaba tan normal al tenerlo cerca, sabía que no todo estaba bien entre ellos. Juraba que eso sólo era alguna clase de disfraz, pues seguro su cabeza estaba hecha un lío, justo como la de él.

Vio que se dirigía al área de descanso, donde estaba la cafetería. Hablaba por teléfono. No escuchó lo que decía, ni quería hacerlo, no le apetecía adoptar el papel de acosador, así que esperaría hasta que acabara de hablar.

Usagi no podría ir a recogerlo debido a una reunión con su editora y a regañadientes tuvo que aceptar. Misaki lamentó eso, le hubiera gustado que Usami fuera por él como todos los días, pero al parecer, ni siquiera lo vería esa noche. Le deseó buena suerte en su junta y Akihiko se despidió de él, no sin antes decirle que regresará con cuidado a casa y que ansiaba verlo en la mañana del día siguiente. Ambos colgaron y Takano no esperó más, se dirigió con Misaki.

—Oye —le llamó y captó la atención del castaño quien lo veía acercarse a él—. ¿Podemos hablar?

—Me tengo que ir —Misaki realmente no quería ni verlo, apartó la vista y decidido a marcharse pasando a un lado de Takano. El editor no permitió que se marchara y lo tomó del brazo, impiendole así su paso.

—Por favor, necesito hablar contigo.

—Que sea rápido —sentenció Misaki. Takano asintió y le soltó para así evitar más malos entendidos.

—Ayer... de nuevo, me comporté como un idiota contigo. Quiero disculparme por eso.

—S-Sólo no lo vuelva a hacer —nervioso, empezó a recordar lo del día anterior. Misaki sólo quería dejar eso atrás, y no volver a hablar del tema, pero parecía que eso era imposible. Takano prosiguió hablando.

—Es que... tu amabilidad terminó por romperme. Tú me recuerdas a alguien más —mencionó Takano mientras se perdía en los ojos verdes del chico frente a él. Debía controlarse, por más difícil que le resultara.

—Onodera Ritsu... —pensó en alto Misaki. Ese nombre captó la atención de Masamune y el castaño se sonrojó hasta las orejas. Sin querer, había murmurado el nombre del susodicho, dando por hecho que él sabía parte de la vida de Takano—. ¡A-ah! Q-quiero decir... —tartamudeando intentaba arreglar su error, pero eso iba a ser imposible.

Una sonrisa melancólica se formó en el rostro de Takano.

—Te preguntaría como es que sabes eso, pero la respuesta es obvia —divangando en su mente, se preguntaba quien había sido la primera persona en contar parte de su vida al de ojos verdes, pero rápidamente descartaba la idea de que fuera alguien aparte de Kisa. Ese chico sabia prácticamente todo de él, principalmente su relación con Ritsu.

“¿Cuánto habrá dicho de mi?”

—Lo siento si dije algo inapropiado... Sólo se me salió —avergonzado, Misaki no podía ni verle los ojos de lo apenado que se encontraba.

—Descuida —Takano intentaba restarle importancia ya que veía lo nervioso que estaba Misaki, sus mejillas se tornaron de un rojo carmesí tenue. Por un momento Ritsu parecía estar frente a él, cuando desviaba la mirada cada vez que se sonrojaba, justo como se encontraba Takahashi—. Es sólo que te veo y despiertas algo en mi... Incluso me dan ganas de llorar al verte.

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