Capítulo 27: Disputa.

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Era aún temprano. Apenas era de mañana y no hace mucho que Marukawa se encontraba con sus puertas abiertas, recibiendo a cada uno de sus empleados y autores.

No hacía mucho que Takano había llegado a la empresa, y aún gozaba de tiempo libre, tanto como para encender un cigarro, sin mucha prisa para terminarselo.

Aunque su rostro reflejaba seriedad, por dentro se encontraba enojado; consigo y con el destino mismo que parecía burlarse de él. Su mirada estaba fija en las puertas de entrada, esperando a una persona en particular.

Le molestaba, porque al ver a Takahashi pasar por la puerta, sonreiría internamente al verlo un día más, pero a su vez, esa minúscula felicidad, se convertiría en amargura al recordar la conversación pasada entre él y su otro editor a cargo, Kisa Shouta.

Sus celos eran irracionales, ya que Misaki nunca le había dado entrada a sus sentimientos, por el contrario, se mantenía al margen de ellos e ignoraba verlos, siempre con un sonrisa en el rostro, continuaba mostrándose ajeno.

Las puertas se abrieron y por un momento Takano se quedó viendo fijo la entrada, pensando, o más bien deseando, en alguien en concreto que cruzara esas puertas. Estaba jodido, porque indudablemente se había enamorado del chico menos indicado.

Misaki entró como si nada, al fin y al cabo, no estaba enterado de la situación con Takano. Iba directo a su espacio de trabajo, cuando escuchó la voz de su jefe llamarle.

—Takahashi —la misma voz autoritaria de siempre, la misma mirada fría que intimidaba a cualquiera, ningún tipo de emoción era reflejado en su rostro, mucho menos iba a ser exhibido frente a la persona causante de sus líos mentales.

Misaki se mostró amable, justo como siempre, como con todos; pero Takano prefería engañarse pensando que sólo con él mostraba esa faceta, aunque por un lado, las palabras pronunciadas por él el día anterior, le taladraban la conciencia.

—Buenos días, Takano-san ¿acaba de llegar? —preguntaba el castaño. Takano lo veía tan fijamente, que después de unos segundos, aquella atención se sentía innecesaria y llena de incomodidad.

—Tengo un rato aquí —se dignó a contestar después de pasado un rato.

Misaki asintió. No era tonto, sabía que algo raro le pasaba, algo que aún no era capaz de descifrar.

—Está bien... Entonces me voy adelantando a Emerald —cortó su pequeña charla cuando lo creyó necesario. No sabía porque, pero una corazonada le decía que mejor se fuera de ahí.

Takano seguía con su cigarro en mano, lo supo en el momento que la colilla se iba consumiendo, cuando el calor alcanzaba de a poco su piel.

Misaki apenas había dado media vuelta y el jefe de editores sentía una ansiedad inexplicable, unas ganas de que se quedara más tiempo junto a él.

Tal parecía que la charla de ayer lo incitaba a aferrarse a un imposible, uno castaño de ojos verdes.

Prestó atención un momento, cuando en su mente, las palabras 'castaño de ojos verdes' ya no le recordaba a su pasado que tantas veces lo torturó días y noches sin cesar.

No... ya no le recordaba eso, porque de un momento a otro, aquellos adjetivos no eran más que eso, adjetivos, mismos que alguna vez le pertenecieron a su antiguo amor sin conclusión, y aquellos mismos que compartía Takahashi.

—“¿Desde cuándo he llegado a pensar así?”

Ni él mismo lo sabía, al estar tan ocupado tratando de perseguir a la nueva persona que ahora se hacía un campo en su mente.

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