Takahiro Takahashi estaba desconcertado, totalmente fuera de sí a causa de lo que había visto la noche anterior. No dejaba de darle vueltas al asunto, ni siquiera había podido descansar con tranquilidad la noche anterior.
Estaba seguro de lo que observó, aunque estaba lejos de la escena donde todo se suscitó y al inicio no pudo reconocer quien se encontraba ahí, ya que pensaba que se trataba de dos extraños; pero de inmediato pudo ver que sólo una persona era extraña para él, ya que Misaki se encontraba ahí.
Apreció con claridad lo que pasaba entre su hermano menor y el otro hombre que a leguas se notaba era mayor que él.
De primera instancia le sorprendió demasiado ver a Misaki abrazado de una manera un tanto incómoda a un hombre, pero en aquél momento no pensó en eso, sino que lo primero que le llegó en mente fue que algo le había pasado.
Al querer ir hacía donde estaban pudo ser testigo de la escena que quizá no debió haber visto: el como ese hombre besaba a su hermano.
Se detuvo antes de dar el segundo paso, y observó después como él partía por un camino distinto. Segundos después también lo hizo su hermano, sólo que se marchó hacia la dirección contraria.
Había perdido la cuenta de cuantas veces se había preguntado a sí mismo si lo que vio era correcto.
¿Acaso debía actuar de una cierta manera? Porque ni siquiera sabía que sentimientos eran los que fluían a través de él, lo único que tenía en mente era una enorme confusión, muchas dudas y ninguna respuesta.
No podía concentrarse en el trabajo y a pesar de que su propia política era cumplir al cien por cierto con sus deberes sin faltas ni retardos, tuvo que pedir salir temprano, ya que de nada servía que estuviera ahí sino iba a rendir lo que debía.
Salió a despejar su mente, dando círculos por la ciudad, buscando un lugar tranquilo para poder digerir todo.
De una u otra manera se sentía con la responsabilidad de saber todo sobre su hermano, y no era para menos, vivió toda una vida a su lado cumpliendo un rol que nunca le debió pertenecer, pero que por azares del destino le fue asignado. A falta de sus padres, debió criarlo desde muy temprana edad, tenían una conexión que quizá pocos mantenían, así que por eso sentía que había fallado a sus padres al no saber al cien por ciento la vida de Misaki.
No quería llegar a casa, tampoco preocupar a su esposa por cosas que a lo mejor no debía prestarles demasiada importancia y que sin embargo así era.
La casa de su amigo siempre había estado abierta para él, necesitaba que alguien lo escuchara tan sólo por cinco minutos ya que sabía que Usami era alguien demasiado ocupado.
La idea de que era probable que él supiera algo sobre Misaki se le vino a la cabeza, y es que con quien más pasaba tiempo era con Usagi; compartían el mismo techo, el tiempo libre y quizá hasta las horas de comida, sin duda él debía estar enterado de tan siquiera la cosa más mínima.
No lo pensó más y se dirigió a su departamento, aprovechando que su hermano seguro estaba en el trabajo.
Por su parte, el escritor se encontraba divagando en su propia casa, había salido de su estudio con intenciones de encontrar la inspiración que tanto le hacia falta.
El departamento se encontraba totalmente limpio, con un agradable olor gracias a los aromatizantes que Misaki insistía en poner.
Al salir, lo primero que observó fue el orden tan perfecto en que se encontraba todo, sin ningún residuo de basura y es que a pesar de que la casa fuera de un tamaño considerable, su castaño favorito siempre lograba mantener impecable el sitio. Cumplía con el papel de esposo perfecto; pero estaba consiente de que a ese esposo le hacia falta algo.
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Similitud.
FanfictionFanfic de Junjō Romantica & Sekai-ichi Hatsukoi [TERMINADO] Misaki Takahashi de ahora casi 23 años y recién graduado de la universidad, entra a laborar en la famosa y aclamada editorial: "Marukawa Shoten". Después de tanto sacrificio por...