13- Capítulo

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Las minutos corrían tan lento como podían y las horas se volvían una eternidad. La preocupación, angustia y desesperación me carcomían por dentro sin yo poder evitarlo. No podía seguir viendo como todo a mi alrededor se iba desvaneciendo, poco a poco y mientras más despacio más fuerte el impacto. Cuando se pierde a un ser querido, o en últimas estancias estás a escasos minutos de perderlo, piensas en todos los momentos agradables que viviste con esa persona y es como si tú mismo te estuvieras hiriendo con los recuerdos. La vida que vives quieres vivirla por ambos, sin decepciones, ni tristezas, y es tan estúpida la idea de creer que todo será color rosa, como lo pintan los cuentos de hadas.

Nadie jamás sentirá lo que tú sientes. Tus emociones, y todo lo derivado te pertenecen y nadie, absolutamente nadie, puede arrebatártelo sin tú consentimiento. Sí te sientes feliz, y quieres reír o gritar, hazlo. Ahora. Si quieres llorar, no te reprimas. Llora, llora y expulsa todo lo malo. Libérate. Cuando entiendas que importas primero tú, puedes pensar en los demás. Mientras, sé feliz con lo mucho o poco que tienes y aprovéchalo al máximo. Las oportunidades son escasas, y solo la tienen quienes sepan el valor de una oportunidad, el resto, puede esperar.

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_ ¿Qué pasa, Jhonson? Me tienes en ascuas desde hace horas. Necesito saber que sucedió con mí papá.

Preguntaba Oustin caminando por toda la sala de espera. Era evidente que el castaño estaba más que preocupado por la salud de su papá.

_ Vamos hombre, suétalo.

_Ous. Tu papá está siendo operado en estos momentos. _ musitó el doctor.

_ ¿Y qué demonios fue lo que pasó? _ preguntó Oustin conteniendo las lágrimas. No podía evitarlo, su mundo se estaba cayendo y él no lo podía evitar.

_ Vamos Helena, tú debes de saber. Dime qué fue lo que pasó con mi padre.

_ Yo...

_ ¿Tú qué? Habla de una buena vez _ Gritó Oustin sujetando a Helena por ambos brazos, haciendo presión en ellos. Su madre hizo muecas de dolor ante aquella acción.

_ Oustin cálmate, por Dios. La estás lastimando.

Drew se acercó para evitar que Oustin siguiera lastimando a su propia madre.  Se interpuso entre ambos dedicándole una mirada cargada de confusión y a la vez seguridad. La soltó y volteó a ver a Camila que se encontraba detrás de ambos observando estupefacta aquella escena. Era claro que estaba asustada por la reacción del joven.

_ Mila...

Camila lo miraba de manera desconcertada, preguntándose así misma qué le estaba sucediendo y por qué se comportaba así.

_ Puedo explicarlo, ¿sí? Escúchame, por favor.

Camila asintió y Oustin con una sonrisa le agradeció. Se acercó a la chica y entrelazó su mano con la de ella invitándola a seguirlo. Bajaron hasta el cafetín por dos cafés, mientras hacían sus pedidos ordenaba en su cabeza todas las ideas para luego comenzar a hablar.

_ Yo... Yo no sé qué me sucedió, Camila. Yo no soy así, tú lo sabes... _ suspiró para luego continuar _ Tengo miedo, tengo tanto miedo de perderlo. _ No pudo evitar sentir un nudo en su garganta. Camila se acercó a él y lo abrazó para consolarlo. Se veía tan débil, tan vulnerable y por primera vez dejaba que alguien lo viera de tal forma. Subió su rostro y con su dedo pulgar acarició la mejilla de su chica... Camila se estremeció ante el tacto del joven y cerró los ojos para disfrutar el momento.

_  Estoy aquí mí amor, contigo.

_ Lo sé, y de verdad no sabes cuánto te agradezco que estés aquí...

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