30 - capítulo

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Narra Oustin

Era viernes por la mañana y ya estaba todo listo. Tomé el pequeño equipaje que sería mi compañero de viaje. Divisé a Camila del otro lado de la habitación, recostada en el marco de la puerta con el ceño fruncido. ¿Alguna vez he mencionado lo mucho que me gusta observarla? Es como si al mirarla, te dieras cuenta que no puede existir algo más hermoso que ella...

Caminé hasta ella y la tomé de la cintura. Acercándola a mi. Seguro ya la molestia le habría pasado.

FLASHBACK

—¿Qué haces, amor? — preguntó Camila mientras repartía suaves caricias al rededor de mi cuello.

—¿Recuerdas esa vez que te hablé de mis dos mejores amigos? ¿Alex y Mike? — ella sólo asintió y yo continué — bueno, Mike llamó éste lunes para invitarme a un viaje que hará. — Camila frunció el ceño una vez más — bueno, de hecho me pidió lo acompañara.

—¿A dónde viajará?

— Vancouver — respondí mientras veía como su expresión cambiaba completamente. Se separó de mi lado y se sentó en el sofá que estaba justo en frente. Su mirada hablaba más de lo que me gustaría.

— Así que... Vancouver. ¡Vaya! — contestó.

—¿Qué tiene de especial, Camila? — pregunté y ella alzó una de sus cejas con esa maldita picardía que me mataba. — es un simple viaje.

—Lo sé y no cuestiono aquello, Ous. Simplemente, no lo sé.

—¿No sabes la razón por la cuál te pusiste muy seria luego de haberte hablado del posible viaje que haré? — pregunté.

—No quiero que estemos lejos de nuevo, es todo. — respondió.

—Solo serán dos días, Mila. Prometo estar comunicado contigo a todas horas. — ella bajó su mirada y eso me estremeció completamente el corazón. — Cariño, mírame. — levantó su mirada y en ella se veía tristeza. — a mi tampoco me gusta estar lejos de ti. Pero Mike es uno de mis mejores amigos y no puedo quedarle mal, ¿lo comprendes?

—¿Sabes qué es lo que más me molesta de todo? — negué rápidamente — que siempre eres tan malditamente adorable que haces que muera de amor por ti, una vez más. — sonreí ante su comentario — y haces que hasta lo más molesto, tenga su lado divertido. No sabes cómo adoro eso de ti. — la acerqué a mi y le di un suave beso en los labios.

—Eres lo más bonito que tengo en... — no terminé de hablar cuando ella puso un dedo en mis labios, haciéndome callar. Arrugó la nariz, como si algo le molestara.

—¿No te parece que huele como a mierda? — preguntó haciéndome reír.

—Siempre me ha encantado la sutileza con la que dices las cosas, mi amor. — sonrió y yo también.

—¿Entonces, Oustin de Estragón? ¿Cuándo viajarías?

—Este viernes por la tarde — Camila simuló una o con sus labios de puro asombro — Mila... — se puso de pié y caminó de un lado a otro, con ambas manos en la cintura. — sé que teníamos nuestros planes para ese día y lamento tener que posponer todo, pero es algo que se me sale de las manos.

—¿Algo que se te sale de las manos? — rió con sarcasmo — por lo visto para ti hay más cosas importantes que ir a comer con mis papás.

—Tendremos más días para hacerlo, compréndeme. — pedí.

—No puedo comprender algo tan... No sé ni cómo decirle. — llevó ambas manos a su cuello, mientras miraba todo a su alrededor. — pensé que yo era un poco más importante para ti, Hansed.

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