Capitulo 5 (Pov Christian)

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Al escuchar esa canción, he sentido muchas cosas, una mezcla entre amor y odio. Ella ha sido la única que ha conocido al Christian tierno y feliz y se fué sin despedirse, me dejo solo, y ahora Anastasia canta la canción que era solo para ella.

Me cabrea cuando dice que se la enseñó un amigo, ¿quizás ese amigo tenía que ver con ella?, solo pensarlo me vienen los celos.

— ¿Que amigo?. — Pregunto borde. Trato de guardar la compostura, no quiero que Clarita se despierte.

— Ya te lo he dicho, no quiero hablar de él, me hizo daño, así que dejalo por favor, sólo me quedan sus canciones, lo único bonito que tengo de él.
— Contesta Ana mientras una lágrima resbala por su mejilla.

— ¿Esa canción es de él?. — Pregunto incrédulo. No puede ser, esa canción es mía, yo se la dediqué a ella, fue mi última canción para ella.

— Si, él cantaba, hasta que le dejó de gustar, se convirtió en un señorito, dejó de tener tiempo para mi, para la música, y me pidió que me fuera de su vida, no directamente, pero mandó a alguien en su nombre, sin razones me hechó de su vida. — Dice Ana y se tapa la cara con sus manos para que no la vea llorar.

Ese hdp hizo daño a Ana, y se ha adueñado de mi canción, ¿cómo es posible?, ¿quién es?...estoy muy perdido, no entiendo nada.

— No llores Anastasia, no llores por un gilipollas que no te merece y se adueña de canciones ajenas. — Digo furioso. Como le pille le mato, no quiero que le haga daño a Anastasia, ella es la persona que más me importa en este momento, lo sé, me estoy obsesionando con ella y me voy a casar...

— Ya, tienes razón, pero esa canción era suya Christian, no le conoces, él no haría eso. — Dice Anastasia defendiéndole.

— Eso es mentira Ana, esa canción se la dedique a alguien muy importante para mi, así que tu ex novio o el gilipollas ese que fuese algo tuyo, te mintió. — Digo más enfadado aún, encima le defiende y me duele, ¿acaso le sigue queriendo?

— ¿Tuya?. — Dice Ana anonadada.

— Si, tengo un pasado, no siempre fuí un amargado. — Me sincero con ella y no sé muy bien porque, nunca le he dicho esto a nadie, ni si quiera a mi psicólogo, con el que me he negado a hablar en repetidas ocasiones.

— Ya. — Dice Ana mientras me mira perpleja. Sus ojos reflejan ¿odio?

— ¿A que viene esa cara?, me voy a mi cama. — Me levanto enfadado con Clarita en mis brazos.

— Si, que descanses. — Dice una Ana muy seria. Se tumba en la cama, se tapa hasta arriba con las sábanas y puedo notar como llora en silencio.

— Pensándolo bien, me voy a quedar, no estás bien y no quiero dejarte así. — Digo y dejo a Clarita en su cuna.

— Da igual Christian, vete por favor, ya mañana espero que todo vuelva a la normalidad. — Dice Ana tratando de parecer entera, pero yo sé que no está bien, y seguro por culpa de ese gilipollas.

Me siento a un lado de su cama, me deshago de su manta e intento acariciar su pelo, pero su reacción me sobresalta.

— No me toques, no vas a volver a tocarme. — Está vez es Ana la que grita.

— ¿Y si quiero hacerlo?, deberías estar tranquila, sé que no deseas lo que estás diciendo. — Digo e intento de nuevo tocarla.

— Para, que seas mi jefe no significa que puedas tocarme, eso se acabó, eres solo mi jefe, aléjate de mi. — Dice Ana alejándose de mi.

A pesar de que estamos en el mismo cuarto, la siento muy lejos, y eso no me gusta. Quiero tocarla joder,¿que la pasa?, se que ella también lo desea, no entiendo porque lo niega.

— Anastasia, calmate, no es porque sea tu jefe, no tienes ni idea, es porque quiero, me gusta tenerte cerca de mi, dejame demostrartelo.
— Insisto. La verdad es que muero por tocarla, me estoy obsesionando en serio con ella, nunca he sentido esto, estoy perdiendo el norte por su culpa.

— No creo Christian, a eso lo llamo yo calentón, pero no soy de esas, te confundes conmigo, no soy lo que buscas. — Dice Ana volviendo a esquivarme.

— Si lo eres Anastasia, eres más de lo que esperaba encontrar, no puedes alejarte de mi sin más, y menos estando aquí y así, tan ligera de ropa, mirándome así, ¿no te das cuenta lo que me provocas?, no puedes negarlo, sé que algo sientes. — Digo y ya vuelvo a estar cerca de ella. Anastasia está paralizada y aprovecho para acariciar su delicado cuerpo, subo un poco su vestido y puedo sentir que está húmeda, lo sabía, me desea tanto como yo a ella.

— Tranquila pequeña, prometo no hacerte daño, sólo déjate llevar.
— Digo y la tumbo en la cama.

Me pongo encima de Ana y ella gime, lo que me hace sonreír. Junto sus labios con los míos al fin y me deshago de su ropa, dejándola desnuda, después yo también me deshago de mi ropa.

Nos tapo con la sábana y solo la noche es testigo de cada caricia, cada beso, cada embestida. Una noche sin duda inolvidable.

Después de un intenso orgasmo, la abrazo, no quiero que se vuelva a alejar ni un centímetro de mi. Ella es mi adicción, mi obsesión, sólo mía, aun que ella quiera negarlo.

A la mañana siguiente...

Me despierto sobresaltado, pues estoy solo, ¿y Ana?, ¿dónde está?

Me levanto de la cama de un salto y observo a Clarita dormir plácidamente, la dejo con Gail y busco a Ana por todo Escala. No puede ser que se haya ido.

Miro la hora, mierda, es tradisimo.

Marcho a la oficina y me encuentro con Anastasia, justo a quien quería ver.

— Anastasia, a mi despacho, ahora mismo. — Digo muy borde. Aún no me puedo creer que se haya ido.

Ana entra en mi despacho y puedo ver que sus ojos azules están rojos de llorar, ¿por qué está así?, necesito saber los motivos que la hacen estar así, ahora mismo.

— Anastasia, ¿que te pasa?, ¿por qué estás así?, ¿tiene algo que ver con ese gilipollas?. — Grito fuera de si.

— Si...además quería darte algo.
— Dice Ana con la voz quebrada.

Estoy en shock, y Ana no para de llorar.

Anastasia me entrega su dimisión, no, esto no puede ser, ni de coña voy a dejar que se vaya.

— Antes de irme, quiero que sepas algo. — Dice Ana evitando sus lágrimas.

— No!, tu no te vas. — Digo y rompo su renuncia. Ella no puede irse, no puede irse como hizo ella.

— Por más que la rompas, no voy a cambiar de parecer, imprimiré otra si hace falta. — Dice Ana sin poder evitar que sus lágrimas resbalen por sus mejillas.

— Pues la volveré a romper Anastasia, no puedes irte. — Digo realmente enfadado.

— Vale, pues imprimiré muchas, no te preocupes por eso, ahora creo que es justo que sepas una cosa. — Dice Ana nerviosa.

— ¿Que cosa?. — Digo muy nervioso. La curiosidad me está matando.

— Christian yo...

Buenas noches, aquí dejo nuevo capítulo.

Besoos

Embarazada de mi jefe (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora