Embarazada de mi jefe (Terminada)

Capítulo 52

Tengo bastante miedo ahora mismo, aún que no por mi hija, ya que mi ginecóloga me ha dicho que mi niña ha crecido entre el útero y el estómago, una capa de grasa envolvió la placenta y ha cumplido la función del útero, razón por la que Christian ha permitido que siga con el embarazo, ya que normalmente este tipo de embarazos acaban en tragedia.

Siento que no puedo sostenerme, acabo de romper aguas y Christian no está, tampoco Taylor, y Gail ha salido a hacer unas compras. Intento guardar la calma. Me visto corriendo y salgo fuera de Escala, aún los dolores se pueden soportar.

Fuera de Escala intento pedir un taxi, pero no pasa ninguno y yo me quiero morir. Necesito un hospital. Miro en mi bolso y me doy cuenta de que me he dejado el móvil en Escala y ya no tengo fuerzas para volver atrás.

Debido a la desesperación, caigo al suelo y observo como dos hombres se me acercan, seguramente para saber si estoy bien. Es increíble, hasta hace bien poco, estaba rodeada de médicos, pero obligué a Christian a que se fueran porque me estaban agobiando, ahora los necesito joder. Christian quería que diera a luz en Escala con los mejores médicos y sin embargo aquí estoy, de parto, con contracciones cada 15 minutos y sin un hospital cerca.

- Señorita, ¿se encuentra bien?. - Pregunta uno de los hombres. Creo que estoy salvada.

- No, necesito un hospital. - Tengo dolores muy fuertes, por eso casi no puedo hablar.

- Tranquila Señorita, te llevaremos al hospital. - El otro hombre me ayuda a levantarme.

Como Christian se entere de esto, va a matarme, y más cuando sepa que me he dejado el móvil en Escala. ¿Qué pasa si me llama?,¿como puedo avisarle de que me he puesto de parto?. Esto es un verdadero desastre, y yo tengo la culpa, tenía que haberle escuchado y aceptar tener Escala rodeada de médicos, igual era exagerado, pero me hubiese evitado esta situación..

Ahora mismo me arrepiento de todo, de no haber escuchado a Christian, lo daría todo porque estuviese aquí, sólo él consigue que me tranquilice, siempre que tenía dolores, llegaba y me abrazaba muy fuerte haciendo que me sintiese mucho mejor, y ahora por no haberle hecho caso, estoy así, y lo que más me jode, es no poder avisarle.

Los hombres me guían hasta un coche, les voy a estar eternamente agradecida por lo que están haciendo. Aún que si Christian estubiese aquí, me diría que estoy loca por aceptar ir con dos desconocidos, más sabiendo que tiene varios enemigos, pero en situaciones desesperadas, medidas desesperadas.

El coche arranca y yo sólo puedo pensar en Christian. Miro por la ventanilla esperando poder verle, y lo único que veo es como empieza a llover y las gotas de lluvia empañan los cristales. Me siento muy mal, y no sólo por los dolores, siento que he fallado a Christian y que le he hecho sufrir, le he gritado por las hormonas, me he enfadado en bastantes ocasiones, y lo único que él quería era que estubiese bien, por eso ha cumplido hasta el último de mis caprichos, no me ha dejado sola en ningún momento, me ha levantado siempre que he caído y ha sido fuerte por los dos. He sido muy egoísta, porque él lo habrá pasado fatal y yo no he hecho más que complicarle las cosas, en cuanto le vea, si es que vuelvo a verle porque ahora mismo no se lo que pasará, pienso pedirle perdón una y mil veces.

Una lágrima resbala por mi mejilla, me llevo la mano al vientre y suplico mentalmente que todo salga bien. No pido mucho, sólo poder estar con Christian y mis hijos para siempre.

De camino pasamos por la Editorial de Christian, entonces recuerdo la primera vez que estuve allí, y no puedo evitar sonreír. Me acuerdo lo asustada que estaba cuando me enteré de que estaba embarazada de mi jefe, es decir, de Christian. Yo ya entré a trabajar en la Editorial embarazada de Ted, y aún puedo sentir los nervios que me entraban cuando me cruzaba con Christian por los pasillos. Ha pasado mucho tiempo, y este tiempo ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida.