Capitulo 41

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Salgo con Ted del restaurante a toda prisa. No puedo creer que siga con eso, al final todo fué bien, ¿por qué sigue con ese miedo?., ¿por qué es así?

Me cojo el primer taxi que veo y me marcho a un hotel.

Es increible lo que está pasando, no voy a volver a pasar por esto, Christian no era el mismo durante el embarazo de Ted, quiero que se le quite ese miedo absurdo. Para mi no es un error volver a estar embarazada, tampoco me lo creí cuando mi ginecologa me lo dijo, Christian ha puesto todos los medios necesarios para que no pasará esto, no ha hecho más que decirme que no quiere que volvamos a pasar por otro embarazo, aún me sobreprotege, y joder, no soy de porcelana, puedo con esto.

Mi Ted comienza a llorar, le acurruco en mis brazos, le pongo su chupete, y se queda dormido.

Mi móvil no para de sonar, de verdad que lo tiraría por la ventana, pero no puedo, puede que más tarde llame a Christian, no vaya a ser que se preocupe demasiado.

El taxi para frente al hotel que le he indicado al taxista, bajo del taxi con Ted y entro al hotel. La recepcionista me da las llaves de la habitación.

Dejo a Ted sobre la cama de la habitación, cierro la puerta con seguro y me voy a la ducha. Por supuesto me ducho con la puerta abierta por si mi niño despierta.

Me desnudo frente al espejo del baño, aún no se nota mi embarazo. Deseo que sea una niña, como Clarita, desde que se fué, me dejó un vacío enorme, y tener una niña es como volver a tener a Clarita, y ese vacío que siento, se llenaría de alguna forma.

Una lágrima resvala por mi mejilla. Dejo de mirarme y me meto a la ducha, donde rompo a llorar. Siento como el agua me abrasa, me abrazo a mi misma y me siento sola, siempre que me ducho, él lo hace conmigo.

Tener a Christian como novio y jefe, tiene la desventaja de que es un obseso del control y se preocupa por todo, pero la ventaja es que con él, me siento segura, siento que no debo tener miedo a nada porque él está ahí, y sé perfectamente que va a destruir todo aquello que pueda hacerme daño.

Christian no es como los demas, es especial, y se conforma con mi cariño, nunca me ha pedido nada y me ha dado todo lo que ha podido y más sin pedir nada a cambio, seguro que lo de adoptar lo ha hecho por mí. Mierda, ahora me siento culpable y fatal al haberle dejado solo.

Salgo de la ducha envuelta en una toalla y decido llamarle, no es justo lo que estoy haciendo, seguro que acabará por asumir lo del embarazo y seguiremos como hasta ahora, debe de ser el miedo a volver a pasar por lo mismo que pasamos con Ted, pero cuando vayamos al ginecologo y nos diga que está todo bien, seguro que le agradará la noticia y estará encantado.

Observo mi móvil, es fácil encontrar su contacto, ya que tengo como unas veinte llamadas suyas. Joder, debería haberle cogido el teléfono hace una hora, que es cuando me ha hecho la última llamada.

Le llamo pero me salta el buzón de voz, a lo mejor por eso no ha vuelto a llamar, porque está sin bateria y sé ha ido a dormir, o  ha apagado el teléfono al darse cuenta que merece a alguien mejor que yo, o porque  está muy enfadado conmigo.

Comienzo a dar vueltas en la cama, ahora es él, quien no coge el teléfono. ¿Sé habrá cansado de mí?. Mierda, no voy a poder dormir, no paro de pensar en él.

Cojo a Ted en brazos y me acomodo en la cama junto a él. Parece un angelito cuando duerme.

— Mi bebé, lo siento, he hecho que papi se enfade conmigo. — Le digo a mi bebé con los ojos cristalizados.

Me espera una noche muy larga, tengo por seguro que esta noche no voy a pegar ojo.

A mitad de la noche, Ted se despierta y le doy su biberon.

— Ya está cariño, no llores. — Le calmo mientras le doy su biberon.

Mi niño se queda de nuevo dormido mientras come. Me quedo embobada mirandole, y ahora me estoy dando cuenta de que es como Christian, sus ojos son claros como los de él, ademas hace poco ví una foto de Christian con la edad de Ted y era igual a nuestro hijo. Pensar en eso me hace reir, y a la vez me hace llorar, le hecho de menos y le veo en todas partes.

Al final me acabo quedando dormida abrazada mi hijo, e imaginando que Christian está al otro lado de la cama.

A la mañana siguiente...

Me despierto sobresaltada. Son las 11 de la mañana, joder, voy a llegar tarde a trabajar.

Me visto corriendo, preparo a Ted y salgo apresurada del hotel. No puedo creer que me haya quedado dormida.

Miro mi bolso y me encuentro con que no tengo dinero, así que no puedo ir en autobus, ni en taxi, el cajero está lejos de aquí y ni si quiera tengo la tarjeta. Genial, la mañana promete.

Voy caminando hasta el trabajo. Al llegar, un escalofrio se adueña de mi cuerpo, me siento como la primera vez que lo ví, y sí, también estaba embarazada, y madre mia, sigue siendo mi jefe.

Una Señorita algo mayor que yo, no me deja pasar.

— Buenos días, soy Olvia, el Señor Grey no puede atenderla, ademas, ¿ha pedido cita para verle?. — No me gusta la actitud de esta chica.

— Soy Anastasia Steele, trabajo aquí. — Intento pasar, pero Olivia me lo impide.

— Me parece que no Señorita Steele, porque el Señor Grey ya tiene nueva secretaria. — Dice la tal Olivia con aires de superioridad.

No me lo puedo creer, ¿me ha sudtituido?, esto tiene que ser una broma.

—  Eso no puede ser, yo trabajo aquí. — Estoy alucinando. No creo que Christian haya sido capaz de hacerme esto.

— Señorita Steele, aquí pone que ya no trabaja aquí, lo siento pero tiene que irse. —  Olivia me está hechando practicamente.

La rabia me invade. No puedo creer que Christian haya sido capaz de esto...

Ignoro a Olivia y entro a su despacho.

— La has cagado Christian Grey....—No termino de hablar. Estoy en shock al ver lo que he interrumpido...

Me apuesto lo que sea a que no es lo que estais pensando, recuerden como soy xD.

Si adivianis lo que es, hago maratón de la historia que querais.

Besos y gracias por leer!

Embarazada de mi jefe (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora