capitulo 38 (Pov Christian)

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Cuando escucho a mi Ana, mi corazón se tranquiliza. Estaba muerto de miedo, no ha habido una noche que no haya tenido pesadillas, no quería que la pasará nada, no me lo hubiese perdonado nunca, hubiese sido capaz de arrancarla de las garras de la muerte, nadie se va a llevar a mi pequeña, ella es mía, y ahora tenemos a este pequeño que nos necesita a los dos.

— Ana. — La miro con lágrimas en mis ojos. Aun no me creo que por fin haya acabado esta pesadilla.

— Christian. — Contesta Ana también con lágrimas en los ojos. Esta claro que esto nos he hecho sufrir a los dos, pero se acabo, no quiero volver a vivir con miedo a perderla.

Me acerco a ella con nuestro pequeño en brazos, que sigue llorando. Sé lo que necesita, a su madre.

— Ana, te presento a nuestro pequeño, Teddy. — La entrego a nuestro pequeño. 

Anastasia sostiene a nuestro bebe en brazos, y este se calma, solo necesitaba estar con su madre, al igual que yo necesitaba que se despertara, ya estaba desesperado, ella no podía dejarme, nunca me hubiese hecho algo así.

—  ¿De verdad es nuestro?, no entiendo como algo tan bonito ha podido salir de mi, definitivamente ha salido a su padre. — Ana no deja de sonreír, le sienta muy bien tener a nuestro hijo en brazos, está preciosa.

La verdad es que todos los recien nacidos son iguales, eso me han contado, pero a nuestro pequeño le veo diferente, es precioso, y estoy seguro de que se parecerá a mi pequeña. Si mi hijo es tan bonito, es por su madre.

— Se parece a ti Ana, ahora deja que lleve a este pequeño a dormir. — La cojo a nuestro pequeño y le dejo en la incubadora.

Ahora necesito hablar con Ana, asegurarme de que está todo bien, que no la duele nada, aún tengo un poco de miedo, esa maldita pesadilla, cada vez que lo pienso, no puedo respirar. No quiero que ella me deje nunca, quiero un para siempre, con ella siempre lo he querido.

Vuelvo a acercarme a ella, cojo su mano y me tranquiliza comprobar que no está fría. 

— Ana, ni se te ocurra volver a hacerme esto. — La abrazo, no podía aguantar mas, necesitaba sentirla, todo esto ha sido una pesadilla, y solo pensarlo no puedo evitar que miles de lágrimas se adueñen de mis ojos, nadie se puede hacer si quiera una mínima idea de lo mucho que he sufrido.

— Christian, ya ha pasado todo, estoy aquí. — Ana me abraza con todas sus fuerzas mientras acaricia mi pelo. Me encanta que haga eso. Ya pensé que nunca más iba a poder tocarla, abrazarla, besar sus labios, demostrarla que soy completamente suyo. 

— Tenía mucho miedo, me muero si te pasa algo. — Trato de tranquilizarme, se supone que tendríamos que estar felices ahora mismo, y lo estoy, pero aun estoy nervioso, necesito asegurarme del todo que de verdad no la voy a perder, a partir de ahora seré su sombra, y por supuesto queda descartada la idea de volver a tener mas hijos, no voy a correr mas riesgos.

— Christian, no me ha pasado nada, estoy bien, solo estaba algo débil y no he podido tener a nuestro hijo de forma natural, yo también tenía miedo, pero algo en mi, siempre me dijo que no pasaría nada, no podía irme, nunca te dejare, te amo.

Cojo su cara entre mis manos y no puedo aguantar mas, beso sus labios desesperadamente, tenía muchas ganas de hacer esto, y puedo sentir que ella también moría de ganas. Nos necesitamos, hemos nacido para estar juntos, y nada ni nadie podrá volver a separarnos, y a quien lo intente que se prepare.

Nuestros labios se separan y me tumbo a su lado. Soy consciente de que en cualquier momento puede entrar alguna enfermera, pero me da igual, necesito estar lo mas cerca posible de ella . Sus ojos se cierran y sigo abrazado a ella, sintiendo como todo mi cuerpo deja de temblar, como todos mis miedos desaparecen. Ella está aquí, no se ha ido, y no dejaré que lo haga.

Embarazada de mi jefe (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora