No me sale la voz, no soy capaz de contestarle. Estoy muy nerviosa, no quiero que se entere de que estoy en el hospital, no quiero volver a pasar por lo mismo. No es justo, ¿por qué me tiene que pasar esto?.
— Estoy con una amiga Christian, mañana te llamo. — Me tiembla la voz. Soy una mentirosa. Maldita sea.
— ¿Qué amiga?, Ana quiero que vuelvas, te he estado buscando, no puedes irte así sin previo aviso, ¿te has vuelto loca?. — Contesta Christian muy enfadado.
— No voy a volver, necesito tiempo, me agobias. — Miento. Trato de contener mis lágrimas.
Mi embarazo de nuevo es de riesgo, y esta vez no quiero que Christian sufra, ni que me diga que pierda a nuestro hijo porque es más importante mi vida, así que lo mejor será tener a mi bebé yo sola y volver cuando haya nacido.
— ¿Cómo que necesitas tiempo?, ¿cuanto tiempo?, ¿Ana, donde estas?. — Christian está muy nervioso. Me duele hacer esto.
— Adios Christian, no me busques. — Cuelgo el teléfono y lo tiro al suelo.
No voy a permitir que lo pasé mal como en el embarazo de Teddy, no quiero verle así, yo sola seguiré con esto, pase lo que pase.
La doctora entra en mi habitación. Espero que no tenga malas noticias, no es el momento.
— Señorita Steele, como me temía, su embarazo es de riesgo, tiene la presion arterial alta, esto afecta a tu corazón y a tus vasos sanguíneos. Durante el embarazo usted tiene casi el doble de sangre circulando por su cuerpo que antes de quedarse embarazada, lo que significa que su corazón debe esforzarse más para bombear sangre al resto de su cuerpo. — Me informa la doctora.
No sé que decir. Esto no puede ser, es una de las mayores causas por muerte materna en Estados Unidos.
— La hipertensión, que es lo que padece, no ha sido tratada con medicamentos y esto puede conducir a la insuficiencia cardiaca, eso sucede cuando su corazón no puede bombear suficiente sangre, lo que podría producir la muerte materna. — Lo último lo dice con la voz entrecortada.
Después de que la doctora me explique pausadamente lo que me sucede, se marcha.
Cojo mi móvil que sigue en el suelo, la pantalla está rota, y ya no se enciende. Genial, ahora si que no voy a poder avisar a nadie de que estoy en el hospital.
Dejo de intentar que mi móvil se encienda. Me tapo la cara con mis manos y comienzo a llorar, no puedo más, no esperaba esta noticia.
Mi doctora vuelve a entrar en mi habitación.
— ¿Está bien señorita?. — Pregunta mi doctora.
— No se preocupe, solo estoy sensible por lo del embarazo. — Limpio mis lágrimas, y fingo que estoy bien.
— Si quiere puedo llamar a alguien, comprendo que no quiera estar sola en estos momentos. — La doctora saca su teléfono.
— No, no hace falta, gracias. — Me estoy sintiendo culpable por no avisar a Christian.
— ¿Estas segura?. — Insiste la doctora.
— Si. — Contesto no muy segura de mi respuesta.
— Pero Señorita, creo que lo mejor sería que estubiese acompañada. — Sigue insistiendo la doctora.
— Ya se lo he dicho, no quiero llamar a nadie. — Contesto cansada de su insistencia.
¿A ella que le importa si estoy acompañada?, no tiene ni idea de porque hago esto.
— Está bien señorita, en un rato vengo a ver como está. — La doctora se marcha al fin.
Me estaba empezando a molestar, no quiero que siga insistiendo en que llame a alguien, sé que lo hace por mi bien, pero su trabajo no es ese, no quiero que se meta en mis asuntos. Sé lo que hago, y si no quiero llamar a Christian, estoy en mi derecho.
La doctora no sabe como es Christian, no sabe que si se entera, exagerará las cosas y esta vez con razón. Definitivamente es mejor que se quede en Escala con Ted, nuestro hijo necesita a su padre y estoy tranquila en ese sentido.
Conociendo a Christian, se que no sé quedará tranquilo y me buscará, pero no creo que me encuentre, hay muchos hospitales en Seattle, ademas le he dicho que estoy con una amiga. Ahora que lo pienso, seguro que va a casa de Kate y la va a preocupar, mierda, tenía que haberme inventado otra excusa.
Pongo la televisión un rato y me quedo en shock. No puede ser, ¿hasta donde es capaz de llegar este hombre?
En las noticias están anunciando mi desaparición, ¿qué ha hecho?, ¿por qué hace esto?
Apago la televisión rápidamente antes de que la que me trae la cena vea las noticias. Si ven la noticia, van a llamar a Christian y se enterará, ¿qué puedo hacer ahora?
— ¿Necesita algo más?. — Pregunta la enfermera dejando la comida sobre la mesa.
— No, muchas gracias. — Contesto nerviosa.
— ¿No quiere poner la televisión para estar entretenida?. — La enfermera coge el mando.
— No. — Grito más nerviosa aún.
La enfermera me mira en shock, debe de pensar que estoy loca.
— Vale, siento haberla molestado. — La enfermera se va avergonzada, no me da tiempo a disculparme por mi comportamiento.
Me siento fatal. Esto del embarazo me está afectando demasiado, yo nunca he tenido este comportamiento. Me siento culpable, si fuese una mujer como dios manda, podría tener hijos sin necesidad de que pase nada, no sirvo para esto, primero con Ted se complicó, y ahora con el pequeño o pequeña que está creciendo en mi interior, por mi culpa todos sufren.
Cojo la almohada, me tapo la cara y de nuevo comienzo a llorar. Esto me puede, ya no me quedan fuerzas para más malas noticias, todo está saliendo mal. Christian está enfadado conmigo, mi embarazo no va bien, solo tengo ganas de llorar, no tengo hambre, no duermo bien. Encima llego a mi casa y en vez de tener intimidad con Christian, me encuentro con doctoras, guardias de seguridad que me tratan como si fuese una enferma y a un Christian que está preocupado constantemente, ¿qué más me puede pasar?.
— Ana. — Grita una voz que conozco muy bien.
Buenas noches, aquí dejo nuevo capitulo.
Besoos ❤❤
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Embarazada de mi jefe (Terminada)
FanfictionAnastasia Steele, es una joven de 23 años que ha terminado la universidad y tiene su primera entrevista de trabajo en la editorial Grey's. Christian Grey, es su jefe, el dueño de la editorial más conocida de Seattle. Entre ellos pasará algo que desp...