Embarazada de mi jefe (Terminada)

Capitulo 6

No me lo puedo creer, sin duda Christian es él, y es su estúpida canción, ahora me arrepiento de haberla cantado...

Por más que intento evitarlo, no puedo, vuelvo a caer rendida en sus brazos.

Cuando Christian se duerme, me marcho, no puedo seguir aquí, no puedo continuar con él, me hechó de su vida y se va a casar, no sé qué hago aquí.

A la mañana siguiente...

Le presento mi renuncia a Christian, pero la rompe, hoy está especialmente de mal humor, y demasiado guapo. Mierda, estoy locamente enamorada de él, devo parar esto como sea, y para ello el único remedio es alejarme de él.

Antes de marcharme, le digo que es justo que sepa una cosa, le voy a decir que estoy embarazada.

— Christian yo...— Digo con la voz temblorosa. Mi subsconsciente me anima a contárselo, el tiene derecho a saber que será padre.

Justo entra Leila en su despacho y me marcho sin decir nada, ignorando las llamadas de Christian. Ahora si que no le voy a decir nada.

Recojo mis cosas y me cruzo con Leila, que sale corriendo. Me dirijo a toda velocidad al ascensor, seguro Christian ahora me está buscando.

En el ascensor observo a Leila llorando, decido preguntar que ha pasado.

— ¿Estás bien?. — Pregunto muy nerviosa. No se me da bien eso de animar a la gente.

— No. — Dice Leila sin parar de llorar.

— ¿Puedo hacer algo por ti?.— Vuelvo a preguntar nerviosa.

— No, es solo que sufro mal de amores, tu estúpido jefe no me quiere. — Dice Leila y me abraza. Mierda, ¿y ahora que hago?, esta noche estaba en la cama con su prometido. Me siento fatal, encima estoy embarazada y reconozco que me alegra un poco saber que Christian no la quiere.

Salimos del ascensor y Leila me pide que la acompañe, yo por pena, la acompaño y no sé en qué momento acabamos en una cafeteria hablando.

— El amor es una mierda, piensas que te quieren pero no, el hombre al que quieres se ha enamorado de otra.
—Dice Leila y vuelve a derrumbarse.

— ¿Por qué dices eso?. — Pregunto curiosa, y le doy un trago a mi café, que aún quema.

— Es la verdad, estoy prometida con Christian y siento que no me quiere.

— Yo creo que eso no es así. — Trato de convencerla.

— Tu no sabes nada de amor, eres solo una recepcionista, pero te envidio, porque el día que te cases será por amor, no por dinero.
— Confiesa Leila. Aún estando así, se cree más que yo, increíble.

— No sé ni si me voy a casar. — La confieso.

— ¿Por qué dices eso?, seguro que hay hombres que se fijarán en ti, con poco dinero, pero también son humanos.
— Dice Leila creyéndose superior.

Me daba pena, pero ahora me está empezando a caer fatal.

— Mira Leila, yo no me fijo en el dinero, hay más cosas aparte de eso. — Digo realmente molesta.

— No sé Anastasia, la verdad es que no creo en el amor, creo en los negocios, y en las modistas famosas, puedo hacerte el privilegio de llevarte de compras, y lo mismo te compro algo, porque mujer, esa ropa que llevas esta ya muy pasada de moda, a mi me daría corte ir así. — Dice de nuevo la irritable Leila mientras bebe de su café carisimo de Starbucks.

— No gracias, me gusta mi ropa pasada de moda. — Digo enfadada, pero Leila no lo nota.

— Oye, gracias chica, me has animado. — Me agradece Leila.

Me sorprende la verdad.

— Me alegro. — Contesto sorprendida.

— Si, me has hecho ver que hay vidas peores que la mía, por ejemplo la tuya, es deprimente tener que llevar esos zapatos y ser tan solo una recepcionista sin lujos, sin dinero, me compadezco, además tienes que ir en transporte público donde se cuelan esos mendigos que no tienen ni para comer, que asco. — Dice Leila y se ríe.

No puedo creer lo que ha dicho, esta mujer no tiene corazón, no entiendo que ha podido ver Christian en ella, ¿pensará así también?, porque entonces no sé qué ha sido del joven que me enamoró, pues él cantaba en el metro y le hechaban unas monedas.

La verdad las palabras de Leila, me ofenden, ya que mi madre pedía por las calles cuando aún seguía viva, tenía que pagar las deudas de mi padre, quien gastaba el dinero que no tenía, sólo recordarlo se me parte el alma. Mi padre murió de sobredosis, mi madre se suicidó y mi hermano fundó una empresa y se largó, me quedé sola con él, pues en ese momento, le conocí y al principio le mentí, nunca le dije mi apellido, tenía miedo de que supiera de mis padres y se diera cuenta de quien soy.

— No conoces a esa gente, no sabes porque lo hacen. — Defiendo mi postura.

— No te engañes Ana, son muertos de hambre, no merecen que les defiendas. — Dice Leila.

Sinceramente, me arrepiento de sentir pena por ella. Ella si que se mata de hambre para caber en estúpidos vestidos de lujo.

— En cambio yo, soy perfecta, me he operado, me he quitado las costillas flotantes, me he hecho la depilación definitiva, tengo todo tipo de ropa, mi pelo es ideal, incluido el color, y sin embargo no le gusto a quien quiero gustar. — Dice Leila volviendo a derrumbarse. Esta chica es bipolar.

— Es que yo creo, que para gustar a alguien, sólo tienes que ser tu misma. — La aconsejo, pero ya no me da nada de pena.

— No creo Ana, creme que lo he intentado todo y no funciona, y yo sé que es mi hombre, de mi misma clase, y divino como yo. — Dice Leila mientras se mira en un pequeño espejo y se quita el rimel que se le ha corrido.

— Bueno Leila, no sé qué decirte.
— Digo ya cansada de escucharla.

— Es que no me lo puedo creer, lo teníamos todo planeado, teníamos la fecha de boda, mis amigas ya me estaban preparando la despedida de soltera, sólo me quedaba elegir entre tan sólo 30 vestidos de novia, y hoy me ha dicho que no quiere casarse.
— Dice Leila y comienza a llorar de nuevo.

Estoy en shock, ¿ Christian la ha dicho que no quiere casarse?

— ¿Y te ha dado un motivo por el cual no quiera casarse?. — Pregunto en shock.

— Si, que no quiere casarse porque se ha enamorado de otra mujer.

Muy buenas, aquí traigo nuevo capítulo, espero les haya gustado.

Gracias por leer, votar y comentar

Pd. Tengo otra historia, se llama "Capricho del destino", por si quieren leerla ;)

Besoos