Llego a la planta 0, las puertas del ascensor se abren y...mierda, me he pisado la bufanda, nada me sale bien, encima era de Kate y me va a matar.
Cojo la bufanda y me dirigo a la puerta de salida, ahora si voy a salir de aqui.
Hace bastante frío esta noche, y las nubes grises indican que va a llover, espero que la lluvia no me pille por el camino, solo me faltaba eso. Mi vida es un completo desastre, estoy enamorada y embarazada de mi jefe, que ahora sabe todo, y sinceramente no sé que hacer cuando le vuelva a ver, está vez me he librado, pero creo que no habrá próxima vez.
El tiempo no está a mi favor, y comienza a llover, corro hasta el portal más cercano y me refugio de la lluvia. Espero que la lluvia pare pronto, solo quiero llegar a mi casa, tumbarme en la cama y no despertar a no ser que sea por una urgencia.
La lluvia no cesa, y mis ojos tienen ganas de derramar esas lagrimas que ya no puedo retener más. Un día negro perfecto para mi estado de animo, ojalá las cosas fuesen de otra forma.
Cuando para un poco de llover, salgo del portal y continuo mi camino sin prisa, pues ni si quiera tengo ganas de seguir caminando.
Mientras camino, observo los escaparates de las tiendas ya cerradas, y tambien puedo observar a la gente coger el coche para ir a trabajar, entonces recuerdo que yo ya no tengo trabajo, asi que no sé porque sigo haciendome a la idea de que Christian es mi jefe, pues ya no soy nada para él.
Cuanto más me acerco a mi casa, más ganas de llorar tengo, en verdad, debería haberle dicho todo a Christian, y ahora lo perderé definitivamente, se casará con otra y no podré hacer nada, para él he sido una más, ha estado conmigo por diversion, y ahora de nuevo me ha dejado.
Por el camino, observo a una chica parada frente a mi, tiene el pelo azul y sostiene la guitarra de Christian, y cuando me acerco desaparece, pues ya nada queda de esa joven alocada. Observo mi reflejo en un charco y efectivamente, ya no queda nada.
De pronto recuerdo la última conversacion que tuve con Christian antes de que me dejará.
Recuerdo que quería hacerme un tatuaje, pero el no me dejaba hacerlo, era demasiado protector conmigo, y eso me gustaba, al principio de heredar la herencia de su abuelo, no le importaban los negocios y seguía siendo el mismo, hasta que llegó su tia Elena, entonces Christian se interesó por los negocios y poco a poco me fué dejando de lado hasta que se dió cuenta de que era un estorbo para él.
Llego a mi casa despues de un buen rato caminando y observo el calendario, 14 de febrero, ha comenzado San Valentin, otro año que pasaré sola, aun que al menos este año tengo a mi pequeño.
Me tumbo en el sofá, me doy cuenta de que Kate no está y enciendo la television, cierro los ojos y me abrazo a un cojin hasta quedarme dormida.
Justo cuando pienso que iba a dormir, el sonido de mi móvil me interrumpe, es un número desconocido.
— ¿Si?. — Atiendo la llamada nerviosa.
— Ana, no preguntes como he conseguido tu número, y siento llamarte a estas horas, pero necesito hablar. — Dice Leila entre sollozos.
Al escuchar a Leila llorar, no puedo evitar llorar yo tambien.
— ¿A que se debe tu llamada?. — Intento no derrumbarme mientras hablo con ella.
— Es Christian Ana, es un gilipollas, no sé que le pasa, me ha dejado un mensaje diciendome que le deje y que no quiere saber más de mi, y ahora no coge el teléfono. — Dice Leila sin poder evitar romperse.
— Calmate Leila, los hombres son asi, yo tampoco tengo a mi lado al hombre que amo. — Confieso.
— ¿Ah no?, ¿y como haces para soportarlo?. — Pregunta Leila intentando tranquilizarse.
— No lo sé Leila, simplemente hay que dejar que pasen los días hasta que llegué el día que te levantes y no duela tanto.
— ¿Cuanto tiempo se necesita?, ¿por qué no olvidar y ya está?. — Pregunta Leila lo que todos nos preguntamos.
— No lo sé, ojalá lo supierá.
— Gracias por tus palabras Ana, aunque no seas de mi clase, te considero mi amiga. — Dice Leila dejandome en shock.
¿Cómo que me considera su amiga?, esto no me lo esperaba.
— Claro. — Contesto sin saber que decir y cuelgo.
No sé porque, pero al hablar con ella, presiento que la estoy traicionando.
Dejo el teléfono sobre la mesa y vuelvo a acomodarme en el sofá, pero la llamada de Kate hace que me vuelva a levantar.
— Ana, amiga, ¿estas mejor?. — Pregunta Kate preocupada.
— Pues no Kate, vengo de su casa. — Confieso con la voz apenas audible.
— ¿Cómo que acabas de llegar de su casa?, ¿pero estas bien?, ¿qué te ha hecho para que estes asi?, como le pille le voy a capar por idiota.
— Contesta Kate alterada.— Kate, relajate, no me ha hecho nada, solo he ido a su casa porque los mensajes que supuestamente te iba a mandar a ti, sin querer se los he mandado a él, y quería cogerle el teléfono y borrar el mensaje, pero no he podido, y ahora lo sabe todo y no sé que va a pasar ahora. — Digo y me vuelvo a derrumbar.
— Ana, estas loca, madre mia, me has dejado sin palabras. — Contesta Kate.
— No me quedaba otra Kate, ademas ahora se ha enterado igual. — Digo alterada. Solo recordar que lo sabe, siento como mi corazon se acelera, y más cuando suena el timbre de la puerta.
— Ana, vas a tener que contarme desde el principio..— Dice Kate en shock.
— Lo que te he contado Kate, ahora te dejo que llaman a la puerta. — Digo y cuelgo.
Ignoro el timbre de la puerta y me meto en el baño a ponerme el pijama y prepararme para dormir.
Salgo del baño y me dispongo a tumbarme en la cama, pero de pronto siento como alguien toca mi hombro.
Pego un grito y me giro sobresaltada, casi me da un infarto.
— Joder Christian, que sus....un momento, ¿Christian?. — Digo en shock.
Buenas noches, aqui traigo nuevo capitulo.
Gracias por leer, votar y comentar.
Besoos
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Embarazada de mi jefe (Terminada)
Fiksi PenggemarAnastasia Steele, es una joven de 23 años que ha terminado la universidad y tiene su primera entrevista de trabajo en la editorial Grey's. Christian Grey, es su jefe, el dueño de la editorial más conocida de Seattle. Entre ellos pasará algo que desp...