Capitulo 30

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No puedo creer lo que escucho, creo que están dramatizando, no se puede saber a ciencia cierta lo que pasará, la anemia se puede controlar, es peligrosa, pero tanto como para no poder tener hijos...

Me quedo en shock, Christian me mira suplicandome que no salga corriendo, que es precisamente lo que quiero hacer. Me volteo para hacerlo, pero Christian me alcanza.

-— Ana espera, no te vayas, vamos a hablar. — Dice Christian desesperado. Sé que me quiere, pero está siendo estremista, y su madre también, están exagerando las cosas, me están poniendo como una enferma, y no me siento como tal, solo tengo anemia, seguramente a causa de una perdida de sangre como la de esta mañana, no era la primera vez, pero no quería decirselo a Christian precisamente por esto.

— ¿De qué?, ¿para qué?, odio que me trates como a una enferma, solo existen riesgos Christian, pero eso no significa nada. — De nuevo intento irme, no quiero hablar, pero Christian si tiene muchas ganas e impide que me marche.

— Vale, es cierto, pero es que tengo miedo, mucho, y no quiero que te pase nada, prefiero estar solo contigo, no necesitamos hijos, nos tenemos el uno al otro, para mí tu eres lo más importante, nadie más. — Se sincera Christian. Me duelen sus palabras, está claro que no quiere tener a bip por la existencia de unos riesgos de no poder superar el parto, pero sé está equivocando, no es el fin del mundo, y yo sé que aguantaré, precisamente por él, por nuestro hijo.

— Christian, yo si quiero que mi hijo nazca, no pienso perderlo por causas que ni si quiera sabes si pasarán, bip va a venir al mundo quieras o no. — Protego a mi hijo llevandome la mano al vientre, menos mal que todabía no es consciente y no sé acordará de las barbaridades que está diciendo su padre.

— ¿Sabes Ana?, no puedes pedirme que le quiera, no puedes hacerme esto, tienes que pensar en tí, no pienso perderte, hoy mismo hablaré con mi madre y sé hará lo que es mejor para tí. — Christian me coge del brazo, quiere que vuelva de nuevo a la habitación, si fuese por él, estaría atada a la cama, me mata su sobreprotección.

— Eso hago Christian, pensar en mí, porque mi felicidad también depende de este niño, forma parte de mí, de tí, ¿por qué haces esto?, sabes perfectamente que esto puede salir bien. — Me deshago de su agarre y intento convencerle de que no hace falta perder a nuestro hijo.

— Pero también puede salir mal Anastasia, y no vas a convencerme, me da igual todo, lo único que me importa eres tú, y si existe un minimo riesgo de perderte, prefiero mil veces que no sigas adelante con esto, no podría superar tu perdida, entra en razón, hay muchos metodos para tener hijos, somos jovenes, mi madre ha exagerado, se presentarán más oportunidades...— No dejo que Christian siga hablando. Me está poniendo muy nerviosa, no quiero escuchar su rechazo a nuestro hijo, y es que no sé da cuenta que me duele mucho lo que dice.

— No sigas Christian, ya te he dicho que voy a tener a mi hijo, tu veras si quieres estar conmigo en esto o no, pero bajo ningún concepto perderé a nuestro hijo, es lo que hacen las madres Christian, proteger a sus hijos aún que para ello tengan que perder su propia vida. — Digo decidida. Puedo ver el terror en sus ojos grises, no le gusta lo que escucha, pero va a tener que conformarse.

— Para Ana, no joder, no, no hagas esto, ¿acaso quieres déjarme sin tí?, soy el padre, y creo que merezco opinar, la decisión no es solo tuya. — Me grita Christian, ya estaba tardando en hacerlo.

— Me sorprendes Christian, un padre no sé comporta así, además, la decisión tampoco es solo tuya, y por cierto, esa decisión ya está tomada, y es que nuestro hijo va a nacer, y cuando puedas verle, sostenerle en tus brazos, espero sientas lo que siento yo por él ahora mismo, solo estas confuso...— Christian me interrumpe.

— No Ana, yo...nunca podré querer a...— Le interrumpo, como diga eso, me va a hacer daño, y no quiero escucharlo.

— Dejalo, por favor, no me hagas más daño, no lo voy a hacer y punto. — Me suelto de Christian y me marcho corriendo.

— Espera...Ana. — Grita Christian antes de que me aleje lo suficiente como para dejar de verle.

Salgo del hospital nerviosa, no quiero que Christian me alcance, me cojo el primer taxi, y por la ventanilla puedo ver a Christian, yo solo le digo adios con la mano.

Me duele mucho todo esto, no sé donde voy a ir, he pensado en irme a Georgia, a visitar a mi Kate, o no sé, preferiría desaparecer, pero no sé como hacer eso.

Mi móvil no para de sonar, un terrible sentimiento de culpa se apodera de mí, creo que debería volver con él, hacer lo posible por convencerle, en vez de huir y preocuparle.

— Por favor, dejeme aquí. — Le digo al taxista al que ni he podido ver al subirme tan de pronto. Necesito volver con Christian, irme así es precipitarse.

El taxi no para, sigue adelante, igual no me ha escuchado.

— Perdone, he dicho que pare, ya nos estamos alejando mucho, y tengo que volver. — Le insisto al taxista.

El taxi para de pronto. Me da el miedo cuando todas las puertas del vehículo se cierran con seguro, ¿sé puede saber que está haciendo?

— Perdona, ¿podría abrir la puerta?, creo que las ha cerrado. — Pregunto con la voz temblorosa.

— Al fin volvemos a vernos Anastasia, ¿tan ocupada estabas que no te acordabas de Clarita?, Kate la ha cuidado mucho, lastima que no haya podido protegerla de mí, es fácil engañar a tu otra amiga. — Dice una voz que me resulta demasiado conocida.

Dios mio, Clarita, he estado tan ocupada con esto que no me acordaba que la dejé con mi Kate...¿estará bien?, ¿qué es lo que quiere de mí ahora esta loca?

— ¿Qué estás diciendo Leila?, ¿qué...has...hecho?. — Pregunto con miedo.

Buenas noches, aquí dejo nuevo capitulo.

Byee

Embarazada de mi jefe (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora