Capítulo 7.

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Al día siguiente, al salir de la ducha y empezar a prepararme para la prueba de vestido recibí una visita peculiar (de nuevo).

- Buenos días por la mañana.- Santiago lucia radiante, pero considerando que era un ángel tal vez así era todos los días.
- Te das cuenta que esa frase es muy estúpida?
- Te das cuenta que la gente educada dice "Buenos días a ti también" como respuesta.
- Buenos días Santiago.
- Dime Santi.
- Cuantos años tienes? 8?
- Sólo quería armonizar esto.
- No, ahora... Vienes?
- Disculpa? Creó que tu fuerte mal humor bloquea lo que parecía una atenta invitación.
- Quien debe ser él bueno aquí?
- Tuche.
- Bueno... Vas o no?
- Seguro.

Ambos bajamos y me sorprendí de que papá no viera a Santiago, pero era mejor así, tome un poco de jugo una manzana y salí, papá insistió en llevarme pero opte por tomar el autobús.

- Tu padre... Parece una buena persona.
- Lo es, cuando no esta con esa tal Kristen.
- Vamos! Tu padre te ama, no te cambiaría por una nueva mujer en su vida.
- No que me cambie a mi, sino... A mamá.
- Tu madre... Falleció cuando eras pequeña verdad?
- Si, imagínate.
- Yo... Lo lamento.
- Gracias... Ya llegamos vamos.
- Si.

Al llegar mi hermana me recibió con un abrazo y entramos a la tienda. Dos primas que casi no conocía pero que eran muy cercanas a mi hermana estaban listas también para la prueba de vestido, igual que dos amigas de la universidad de mi hermana.

Ya podía vernos como anuncios de circo y siendo contratadas como payasos de ellos.

Mi hermana no podía lucir más feliz, todas menos yo tenían una sonrisa.

Cuando llegamos nos dijeron que alistarían un probador para cada una. Durante unos minutos esperamos y nos asignaron uno a cada una.

Una trabajadora nos llevó los 4 vestidos que mi hermana eligió, me probé él primero que no era exactamente una carpa de circo pero tampoco estaba tan lejano.

Salimos y a nadie le gusto, suspire de alivio y regrese al probador, el siguiente era demasiado grande, cabía un circo entero con todo y público, no fui la única en notarlo.

Tras dos horas cambiando de vestidos y opiniones elegimos uno demasiado largo y pegado y con un escote que era poco lo que dejaba a la imaginación.

Compramos los vestidos y mi hermana y yo nos fuimos a casa, ella me contó que ella y su prometido harían una fiesta de compromiso, dijo que era tradición en la familia de él, así que habría doble vestido, doble comida, doble invitación y doble aburrimiento para mi, porque gracias a la fiesta tenía que comprar otro vestido, solo quería ver a mi cuñado y darle las gracias a mi manera.

Al llegar estaba tan cansada que no cene nada, solo fui a mi cuarto me duche y puse mi pijama, pero una personita no me dejaba dormir.

- Porque los humanos duermen?
- Porque nos cansamos mucho.
- Tu crees que nosotros no nos cansamos de andar de un lugar a otro detrás de ustedes y cuidándolos.
- Y porque no te vas a dormir y me dejas a mi dormir?
- Porque jamás me da sueño.
- Que dicha!.- Dije sarcástica.- Ahora adiós.
- No seas grosera, quiero platicar.
- Ahora?
- Si!
- Que quieres?
- Pues... Yo... Que te gusta hacer?
- Largo Santiago!.- Le grite y lancé una almohada.

Ahora si, era tiempo de dormir.

Mi Ángel GuerreroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora