Capítulo 41.

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Faltaba menos de una semana para una de las festividades de las que estábamos festejando de nuevo juntos, San Valentín, aprovechando que mis hermanos estaban felices con sus respectivas parejas y papá con Kristen decidimos organizar una fiesta, con motivo también de reunirnos todos de nuevo.

Empezamos los preparativos de inmediato, Ariel y Penelope solo ayudaban con elecciones ya que estaban embarazadas y no se podían arriesgar.

- Que les parece esta?. - Les mostraba una tira de corazones.
- Es muy bonita. - Ariel sonreía.

La coloque y me senté un momento a descansar.

- Oye Catherine.
- Dime Ariel.
- Tu estas enamorada?
- Enamorada? Pues...
- Sabes, me da mucho gusto que sonrías y estemos unidos de nuevo, pero me pregunto que o quien fue quien lo logró.
- Fue...

De inmediato empecé a recordar a Santiago y me invadí de nostalgia.

- Lo lamento, te hice sentir mal?
- No.
- Es que de pronto te pusiste triste.
- Es porque esa persona que me devolvió la sonrisa se fue hace mucho tiempo y lo extraño demasiado.
- Como se llama?
Empecé a llorar. - Santiago.
- Estoy segura que algún día lo volverás a ver...
Luego de esa charla regresamos a casa.

...

Finalmente era 14 de febrero, eran las ocho de la noche, todos estábamos reunidos y sonreíamos, como era día del amor y la amistad todas las parejas bailaban y se besaban.

Hasta cierto punto me sentía celosa, estaba sola.

Comimos y luego de algunos juegos todos estaban en la pista.

Dos horas después empezaron a llegar más personas, la gran mayoría con antifaces, cosa que me parecía extraña y un poco boba.
Papá se me acercó con un antifaz negro en conjunto a mi vestido plata.

- De verdad me lo tengo que poner papá?
- Por favor.
- Esta bien... Y todas estas personas quienes son?
- Son amigos, decidimos que no solo la familia podía venir.
- Me hubieran dicho para traer a mis amigos.
- Lo lamento fue de último momento.
- Esta bien, gracias por el antifaz papá.
- De nada, diviertete.
- Igual.

Mi padre se fue y me quedé parada a mitad de la pista, así que me dirigí a una mesa.
Mientras llegaba un joven se atravesó en mi camino, me sonreía muy ampliamente, debido al antifaz no sabía si lo conocía o no.

- Disculpame, pero... Me concederías esta pieza?. - Me ofrecía su mano.
- Yo... Esta bien.

Nos dirigimos a la pista y comenzamos a bailar. Mientras más pasaba el tiempo más rápido latía mi corazón.

- Disculpa, te conozco?
- Vaya eres demasiado curiosa, como aceptas bailar con un extraño?
- Con un...
Me acerco más y me dio un beso.
- Antes que nada un saludo.
- Saludo?
- No has cambiado nada.

Nos dirigimos afuera y nos sentamos en un banco.

- Me podrías explicar...
- Seguro. - Guiño un ojo.

Comenzó a quitarse el antifaz y una vez que reconocí su rostro me mostró la sonrisa más hermosa y sincera de todas.

- De verdad eres tú?
- En carne y hueso... Ahora.
- No lo puedo creer... Santiago!
Ambos nos abrazamos.

Mi Ángel GuerreroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora