Capítulo 28.

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Por la mañana siguiente sentía un ánimo inusual, había regresado a casa a las 4 de la mañana pero a las 9 ya estaba despierta y con ganas de hacer muchas cosas. Papá seguía durmiendo y aproveche eso para limpiar un poco la casa, estaba por terminar cuando Janis llegó y me pidió que subieramos a mi habitación porque necesitaba hablar conmigo de algo importante.

- Cierra la puerta. - Janis lucia demasiado seria.
- Que ocurre?. - Después de cerrar la puerta me senté en la cama y ella estaba frente a mi.
- Hoy estuve hablando con Santiago.
Mi corazón se aceleró. - Que te dijo?
- No es lo que me haya dicho sino por lo que estaba pasando allá.
- Janis empiezas a asustarme.
- Deberías relajarte un poco... Apenas empiezo. - Me dijo en un tono casi inaudible.
- Que pasa?. - Estaba empezando a perder la calma y el color.
- Santiago está en problemas, tal parece que rompió una regla, y quieren... Quieren borrarle la memoria...
- Que?... Pero que regla pudo haber roto para ese castigo!
- No me lo dijeron, pero... Sea la que sea él no lo negó y acepta el castigo...
- Pero...
- Y, es posible que no sea un ángel más, puede que... Que deje de existir.
- Deje de...
- Si.
Estaba llorando para este punto. -  Janis, necesito verlo, necesito hablar con él.
- Eso no es posible...
- Por favor! No quiero que le pase algo.
- No podrías cambiar nada.
- Pero al menos lo vería por última vez, y podría despedirme.
- Es arriesgado Catherine.
- Por favor! Es lo único que te pido, poder verlo una última vez, antes de que... Antes, de que me olvide.

No podía dejar de llorar, me sorprendió que pudiera hablar.

- Esta bien, pero debes tener mucho cuidado.
- Te lo prometo.
- Mañana te llevare a verlo.
- Gracias Janis.
- Por nada.

Ambas permanecimos en silencio y en unos minutos Janis se unió a mi, y estábamos llorando.
Por mi mente solo pasaban los momentos al lado de Santiago y lo bien que me hacía sentir. No había duda, a pesar de estar distanciados tanto tiempo los sentimientos seguían allí y eran más fuertes que nunca, estaba incondicional e irremediablemente enamorada de Santiago y la idea de no volver a verlo, despedirme, que desapareciera y me olvidara me dolía demasiado.

Mi Ángel GuerreroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora