Capítulo 39.

17 1 0
                                    

La noche era hermosa, no parecía ser invierno, ya estábamos todos reunidos y hablábamos de lo felices que estábamos ahora con todo, las bodas y futuros integrantes de la familia. A pesar de que reíamos y  festejabamos como nunca pude notar un poco de tristeza y nostalgia en los rostros de Ariel y Rodrigo, inclusive en papá, lo cual me hizo darme cuenta que no era la única que extrañaba a mamá y que a pesar de salir adelante a todos nos hacia falta, pero eso nos sirvió para unirnos aún más.
Luego de varias horas las 12 sonaban, ya estaba entrando en año nuevo, todos brindamos y comimos las uvas, al terminar las doce campanadas nos dimos el abrazo y comenzamos a cenar, planeabamos cenar y más tarde salir a una fiesta que invitaron a Rodrigo antiguos compañeros de trabajo y escuela.
A las 2 de la mañana salimos de casa y fuimos a la fiesta.
Era una noche llena de estrellas parecía haber más de que se pueden imaginar, inclusive cuando sabes que hay infinidad de ellas.
Todos bailaban y bebían, solo los observaba y le sonreía a mi papá o a Rodrigo o Ariel cada vez que pasaban dando vueltas a la pista o mejor dicho "bailando". Luego de unas horas todos estaban ebrios y bailando aún más, yo disfrutaba de un delicioso pastel de chocolate y cada vez que veía a papá trataba de decirle con la mirada ya nos vamos pero el no lo notaba o optaba por no hacerlo, así que empecé a navegar por Internet y cuando ya empezaba a amanecer nos fuimos, solo caí en la cama y me dormí de inmediato.

Mi Ángel GuerreroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora