Capítulo 4.

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Las semanas de clases pasaron más rápido de lo que me imagine, finalmente estaba a solo 3 días de graduarme, estaba en mi habitación arreglando mi toga cuando papá entró para hablar conmigo.

- Hola cariño.
- Hola.
- Emocionada por la graduación?
- Papá, es solo eso, una graduación.
- Es tu graduación.
- Y de otros 500 alumnos.
- Quieres que te ayude?
- No.
- Sigues molesta?
- Tu que crees?
- Entiende por favor.
- Papá necesito dormir.
- Buenas noches.

Aunque le dije que necesitaba dormir no lo hice, me senté en el suelo y me puse a llorar y trate de hablar con mamá, explicarle la falta que me hacia y pedirle que volviera, estaba tan desesperada que eso era lo único que pensaba.

De pronto sentí que me mareaba y caí.

Desperté en una cama de hospital y con un suero conectado. Papá y Ariel estaban dormidos a mi lado.
En cuanto me levante ambos se despertaron.
- Como te sientes? - Me preguntó Ariel algo adormilada.
- Bien.
- Te duele algo? - Preguntó esta vez papá.
- Sólo la cabeza.
- Llamare al doctor. - Ariel se levantó y se fue. Volvió a los 10 minutos con el doctor.
- Así que solo dolor de cabeza eh?
- Si doctor.
- Okay, entonces te revisaré y si solo es eso podrás irte a casa.

Por suerte solo había sido el dolor de cabeza por el golpe contra el suelo. Me dieron de alta de inmediato. Llegue a dormir porque al siguiente día era mi graduación. Esa noche volví a soñar con esa ala al contraste del sol.
No entendía porque a pesar que no sabia de que se trataba esa ala ni nada me hacía sentir mucha paz, me sentía como si todo estuviera bien y no hubiera problemas.
Era una paz que no sentía ya hace mucho, a pesar de todo nunca estaba del todo tranquila, algo me hacía sentir insegura.

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- Vaya! Mi primer trabajo oficial.
- Nervioso? - pregunto Janis
- No, muy ansioso.
- Eres él primero que acepta este trabajo, ¿sabias?
- De que hablas?
- A todos les da miedo llegar a defraudar e inclusive fallar y hacer lo contrario. ¿Me entiendes?
- Si, pero esperó poder ayudar, es más que obvio que lo necesita.
- Es él asunto de los humanos. - Aseguró ella.
- El asuntoA que te refieres?
- Todos necesitan ayuda pero nadie la pide, nadie quiere parecer débil.
- Pero yo cambiare eso, cuando llegue todo sera diferente y...
- No, todos pensamos lo mismo y después caemos en la realidad de lo que podemos y lo que ellos nos dejan hacer, así que no te hagas muchas ilusiones, solo cumple con la tarea que ya se te asigno lo mejor posible.
- Eso haré! Además... Por algo se empieza no?
- Si si. - Janis se alejo sacudiendo la cabeza y pensando. Cuando dejara de soñar tanto?

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Por la mañana siguiente al despertar el sol parecía brillar mas que de costumbre y al mirar por la ventana y alzar la mirada creí haber visto aquella ala parecida a un diamante al sol que solo había visto en mis sueños.

Mi Ángel GuerreroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora