Capítulo 8.

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Dos días después tenía que ir por otro vestido para la presentación de mi hermana y mi cuñado.
Santiago fue conmigo, y para bien o para mal me gustaba su compañía aunque no lo admitía.
Llegamos al centro comercial y parecía particularmente animado, era extraño pero me animaba a ir aunque no me gustara comprar.
Es extraño como una simple compañía cambia todo.
- De que color vas a comprar tu vestido?
- No lo sé, el que usare de dama es rosa así que tal vez un negro.
- Negro?
- Si, el negro es elegante.
- Y triste, porque no un blanco?
- La novia es mi hermana no yo.
- Bueno algo que no sea negro, casi todos tus vestidos son negros.
- Esculcaste mi closet?
- No, yo solo... Bueno tal vez, pero todo es tan largo y triste.
- Y que quieres? Un vomito de arco iris?
- No, pero tendrás que agregar color a tu guardarropa, empezando por este vestido.
- Bien, sugiere un color.
- Mejor tu, cual es tu color favorito?
- El azúl.
- Entonces comprate uno azúl, un poco menos largo.
- Okay.
Empecé a buscar por toda la tienda y encontre un vestido azúl marino que era largo hasta las rodillas y era brillante, me gusto mucho así que me lo probé.
- Que opinas Santiago?
- Luces... Wow! Eres muy hermosa.
- Gracias.- Una pequeña sonrisa y un color rojo en mis mejillas aparecieron.
- Luces más bonita si sonríes.
- Hace años que no lo hacia.
- Deberías empezar de nuevo, es lo que mejor te queda.
- Deja de decir tonterías, mejor espera afuera para ya irnos. - Seguía sonrojada y sonriendo.

Al salir de la tienda Santiago no dejaba de verme, parecía haber un brillo en sus ojos, eso sólo me hacia ponerme más roja.

- Deja de mirarme.- Le pedí sin poder mirarlo.
- Mi trabajo es cuidarte.
- Si, pero no me miras para cuidarme.
- Si lo hago.
- Entonces no seas tan obvio.
- Lo siento, no busco incomodarte.
- Entonces no me veas tanto por favor.
- Okay.

Al ir paseando recorde que había una película que quería ver y que mejor ocasión que esa, ya estaba allí y papá no estaba en casa.

- Quieres ver una película?
- Claro, cual?
- No se como se llama pero todos hablan de ella, es de amor, vamos?
- Seguro.

Nos dirigimos al cine y me forme para comprar las entradas.

- Buenas tardes en que puedo ayudarle? - Preguntó la empleada muy amable.
- Dos entradas para la siguiente función de amores de primavera por favor.

La joven me dio los boletos y término su trabajo con un "que disfruten la película".
Santiago se sorprendió al ver él titulo de la película pero no dijo nada. Aun faltaban 30 minutos para que empezará la función así que fui a comprar algo que tomar y unas palomitas pequeñas. Cuando ya faltaba menos de 10 minutos nos dirigimos a la fila para entrar saque las entradas y Santiago después de verlas comenzó a reírse.

- Se puede saber que te parece tan gracioso?- Pregunte molesta.
- Compraste dos entradas pero yo no la necesito, yo puedo entrar así sin problema.
- Tu...

Entonces me di cuenta que había comprado un boleto para un ángel que podía entrar y salir de cualquier lugar sin problema, allí mi color rojo alcanzo su mayor esplendor. ¿Qué hacia con la entrada que me sobraba? No podía regresarla y tampoco había forma de usarla.

Cuando ya estaba más cerca de entrar me ponía mas roja pensar que le diría al joven de que tenía dos entradas y solo usaría una.

Mientras me ponía como tomate una pareja se puso a discutir sobre como pasarían su aniversario si ya casi empezaba la película de amor que ambos deseaban ver y solo tenían un boleto, la chica comenzó a llorar por no poder pasar a ver la película juntos, era la misma que yo vería y a la misma hora, así que no podían hacer nada más, mire de nuevo los boletos, ellos eran dos y solo tenían uno, yo era una y tenía dos la solución era simple.
Me acerque y les di el boleto, se sorprendieron y me preguntaron si no había problema y les asegure que no, y les dije que la persona con la que vería la película no había llegado, ambos me agradecieron y aunque insistieron en pagarlo les dije que era mi regalo por su aniversario, ya que alcance a escuchar que cumplían 4 años de novios y eso merecía celebración.

Santiago y yo entramos a ver la película y ambos salimos con una sonrisa porque presenciamos como esa pareja se había comprometido, él había hecho el plan para pedírselo al terminar la película con su canción favorita de fondo, ya que esa era parte del final de la película.

Mi Ángel GuerreroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora