Capitulo 23

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Lo miré, su perfecta sonrisa me hacia brincar de la felicidad, seguía tan guapo como siempre. Su cabello perfectamente peinado, sus ojos negros y sus hermosos labios.

- No sabes la falta que me hiciste, no vuelvas a dormirte así- fruncí el seño confundida.

-¿Dormirme?- el asintió con un deje de tristeza.

- Tuvieron que inducirte a un coma, tu cerebro estaba un poco afectad y tenias que dormir por un tiempo- suspiró- estuviste en coma dos semanas.

-¿En coma?, pero...- y entonces recordé todo.

Nicholas entró a la casa, luego me golpeó, intentó llevarme a la fuerza, me hizo una zancadilla y caí por las escaleras, lo ultimo que vi fue a él.
Comencé a respirar agitadamente.
¿Y si él venia por mí?.
¿Y si intentaba llevarme a la fuerza de nuevo?.

- Hey, hey- tomó mi mano y le dio un apretón- Tranquila, todo esta bien.

-¿Cómo lo sabes?. El vendrá por mí- me senté mejor en la cama, Sander tomó mi cara en sus manos.

- El esta en la cárcel, Bella, lo detuvieron el mismo día. Tranquila, te dije que todo estaría bien.- se acercó y me dio un beso en los labios.

Me tranquilicé de inmediato, Dios, en serio me había dormido.

- No vuelvas a dejarme sola- acaricié su rostro, él sonrió.

- Creeme que no lo haré, nunca volveré a dejarte. Te lo prometí y lo voy a cumplir- lo atraje hacia mí y  lo besé.

Nunca había necesitado tanto unos labios como los suyos. Sentí un estorbo en mi brazo derecho y un dolor en mi costado.
Me separé.

- ¿Qué me pasó?- pregunté alarmada.

- Te fracturaste el brazo, unas costillas y un esguince en uno de tus dedos de la mano... Y un golpe en tu cabeza- abrí mi boca para  contestar pero la puerta se abrió.

Dejandome ver a los chicos, sonrei ellos se quedaron quietos unos segundos mirándome. Escuché a Sander reír.

- ¡Isabella!- exclamó Ethan, corrió hacia mí y me atrapó en sus brazos apretandome  fuertemente.- No te vuelvas a dormir.

Reí divertida.

- No lo haré- acaricié su espalda- Ethan, no me dejas respirar.

Me soltó sonriendo, luego llegó el turno de Nathan y Luis, y cuando vi a mi amiga abrí mi boca.

-¿Qué le hiciste a tu cabello?- ella me miró por unos segundos y luego me abrazo fuertemente, la abrace de vuelta.

- Eres una tonta, no me des un susto así de nuevo,   porque te juro que te hago dormir para siempre- todos reímos. La había extrañado mucho.

- No lo haré, te lo juro. ¿Pero por qué te pintaste el cabello?- reí, se separó de mi sonriendo.

- Te dije que mi cabello representa mi humor. Me lo pintaré de morado ahora- sonrei negando con la cabeza.

- Sabes, creo que traemos la suerte. Miren, Sander a venido todos los días por dos semanas y nada de nada. Y llegamos nosotros y despierta- volví a reír, Sander le dio un golpe en su hombro y este se quejó.

- Callate cabron. Si estuvieras en mi lugar harías lo mismo.

La puerta volvió a abrirse dejandome ver a mis padres.
Mi padre me miró y luego sonrió mostrando todos sus dientes.
Se acercó y me envolvió en sus brazos. Dios nunca me había sentido tan segura.
Recuerdo una vez que me compró una bicicleta, era mi juguete favorito, pero como todos los niños, me caí y me hice un raspón en mi rodilla, no deje de llorar hasta que mi padre llego del trabajo y me dio un gran abrazo. Y ese fue mi mejor abrazo.

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