Capitulo 37

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Me habían puesto una pequeña grabadora escondida dentro de mi chaqueta negra, también llevaba un arma escondida en la pretina de mis jeans azul oscuro. Estaba nerviosa, las manos me sudaban y mi corazón palpitaba de manera irregular. Miré mi reloj de mano, ya solo quedaba  hora y media.
La fabrica donde se encontraban estaba a unos veinte kilómetros de casa de Sander. Dejé mi cabello suelto y miré mi reflejo en el espejo.
«Vamos-me animé a mi misma-puedes hacerlo. Eres valiente y confían en ti. Puedes hacerlo»
Bajé los escalones, el oficial se me acercó y me puso una mano en el hombro.

-No te asustes, si estas en peligro lo sabremos. Por favor no hagas nada precipitado- me tendió un reloj de mano- Lleva este, esta coordinado con los demás, así que en cuanto se marquen las 9:30 entraremos nosotros- me quité mi reloj y me puse el que el oficial me había dado- Lleva también esto- vacile en si tomar el chaleco antibalas, el oficial suspiro- Bella, sé que esto no te agrada, pero tu padre se quedara mas tranquilo y...yo también. Si te dan de cerca, el impacto de bala te golpeara, pero no  traspasara, ¿bien?- asenti y pasé saliva, el oficial puso las manos en mis hombros- No voy a permitir que nada les pase ni a ti ni a Sander.

En cuanto acomodé el chaleco debajo de mi chaqueta de manera que no se viera, salí de la casa, miré a todos. Habían dos furgonetas negras, una donde habían más oficiales y otra donde llevaban todo el equipo informático y en la cual iríamos el oficial, mi padre, el padre de Sander y yo.
En cuanto estuve cerca mi madre me abrazo fuertemente, enterré mi rostro en su cuello, porque aunque yo me hiciera la dura, tenia miedo de morir... Tenia miedo de que mis problemas por fin lograran hundirme.
Todavía no quería irme de este mundo... No estaba lista.

-Por favor cuidate mucho, quiero ver que regreses con bien. Tú, Sander y los demás- me apartó y me cogió la cara entre las manos- Te amo mi vida. Jamas olvides eso.

- También te amo mamá- la abracé de vuelta con fuerza- Pase lo que pase, quiero que sigas tu vida, ¿bien?. De una u otra forma siempre estaré con ustedes- el cuerpo de mamá se sacudió por los sollozos y me abrazó con mas fuerza.

- No hables así. Vas a regresar- se apartó y mis ojos miraron los suyos- Prometeme que vas a regresar.

No sabia lo que pasaría, pero tenia un mal presentimiento, sentía que una piedra me aplastaba el corazón y me dejaba sin fuerzas. Si moría tenia la certeza de que hice algo en esta vida, algo bueno. Este era mi propósito, ayudar a esa persona que tanto quería aún sin importar dar mi vida a cambio de la suya, mi propósito era darle la felicidad a Sander y encontrar los dos la forma de sobrellevar los problemas.
Y estaba segura de que había hecho un buen trabajo.
Con un nudo en la garganta, asenti.

- Te lo prometo mamá.

-¡Bien, tenemos que irnos!- gritó el oficial.
Miré a mi madre y a mis amigos antes de subir, me acerqué a ellos y sonrei de manera sincera.

-Quiero que sepan que han sido los mejores amigos que he tenido. Y no me arrepiento de nada de lo que sea que hayamos hecho, ¿esta bien?. Quiero que recuerden eso.

Los cuatro me abrazaron y sonrei, porque al final de todo tenia un grupo de amigos inigualable. Y sabia que podía contar con ellos en cualquiera de los casos, siempre estarían ahí para mi...y yo estaría ahí para ellos.

- Vamos guerrera- me alentó Ethan con una pequeña sonrisa, pero sus ojos escondían miedo- quiero verte aparecer por esas puertas mas tarde... Y quiero ver a Sander a tu lado. 

Subí a la camioneta y me senté junto a papá, eché una ultima mirada antes de que la puerta de la furgoneta se cerrara. Me sequé el sudor de las manos en los jeans. De pronto un montón de preguntas me asaltaron la cabeza, bombardeandome por completo.
¿Qué haría cuando la tuviera en frente?. ¿Le diría todo lo que quería decirle?. ¿Cumpliría su promesa de mantener a Sander a salvo?. ¿Saldríamos las dos con vida o una de las dos no lo lograría?...¿Que pasaría si...moría?.
«Tranquilizate-me dije-no puedes ponerte nerviosa ahora»  

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