Capitulo 26

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Después de salir de la prisión nos dirigimos hacia casa de Sander. Yo solo miraba por la ventana pensando en todo lo que el imbécil de Nicholas había dicho. Era una estúpida, después de todo lo que había pasado aun tenia la esperanza de que Nicholas tuviera un poco de arrepentimiento en su interior, hasta tenia pensado pedir que redujeran su condena.

Pero ahora lo que único que quería y deseaba era que pasara el resto de su vida en la cárcel. Por mi mente solo rondaba una maldita pregunta que no me dejaba tranquila. ¿Por qué?. ¿Por qué quería hacerme tanto daño?
La primera vez que vi a Ethan fue algo muy extraño, yo solo lo miré y él me miró, creí que todo seria perfecto, iniciáriamos una relación y la defénderiamos. Pero jamas me di cuenta que Jazmín también estaba tras él, ahora entendía las muecas que hacia cuando le hablaba de él, todas las veces que trato de decirme cosas negativas de él, con solo una mala intención. Natalie nunca confió en ella, siempre me dijo que Jazmín no era de fiar... Y tuvo razón. Ahora no me afectaba el engaño de estas dos personas que en su momento fueron importantes para mí. Ahora me sentía estúpida, estúpida porque a pesar de todo yo confíe en ellos sin importarme nada. Y ellos me fallaron.

-¿Estas bien?- quité mi mirada de la carretera y miré a Sander, asenti de forma distraída- No lo parece.

- Es solo que... Siento que fui estúpida por no darme cuenta antes la clase de persona que era Nicholas- solté una sonrisa triste y negué- en el fondo de mi esperaba que Nicholas tuviera un poco de arrepentimiento, pero no. Ni siquiera admite que destruyo todo la poca confianza que me quedaba de él.

Me sentía tan decepcionada, que si algún día Nicholas se cruzaba en mi camino, ni siquiera podría mirarlo a la cara.
Sander estaciono el auto en la orilla de la carretera y suspiró.

- Bella, no eres estúpida, ¿cómo podrías saber lo que pasaría?. No tienes por qué sentirte así. Eres una persona asombrosa, incluso podría jurar que después de todo, tú lo perdónarias- lo miré fijamente.

-¿Por qué dices eso?- él solo se encogió de hombros.

- Porque sé que lo harías- lo miré y luego negué confundida.

-No- inmediatamente giró a verme, yo solo seguía negando- No, no lo haría, ¿cómo podría perdonarlo?. No.

- ¿Ni aunque te rogara?- lo miré incrédula, abrí mi boca para decir algo pero no pude, finalmente bajé mi cabeza.

- Basta, esta conversación no tiene ningún sentido. Así que por favor deja ese tema en paz. No quiero hablar más del asunto.

- Bien, como tú quieras.- puso el auto en marcha de nuevo.

El ambiente estaba silencioso, lo único que quería era llegar a casa y dormir. Tal vez así dejara de pensar en muchas cosas que, ahora mismo me quitaban la calma y la poca cordura que me quedaba.

Al llegar a casa de Sander, la Señora Holt me recibió con un gran abrazo. Si alguien me hubiera dicho que mi suegra iba a hacer tan cariñosa, me hubiera casado con Sander en el primer momento en que lo conocí.

- Cariño, ya te estabas tardando en venir- me dijo separándose de mí, yo le sonrei.

- Sí lo siento es solo que he estado ocupada y todo esto me tiene algo distraída- ella asintió.

- ¿Y cómo va lo del juicio, ya hablaste con Nicholas?- inmediatamente mi sonrisa se borró.

- Si ya...- aclaré mi garganta- ya arreglé eso, justo vengo de ahí- la Señora Holt abrió sus ojos.

- ¿Y qué tal, cómo te fue?- sonrei sin gracia y negué con la cabeza.

- La verdad esperaba que fuera mejor, incluso estaba dispuesta a pedir que rebajaran su condena pero...- negué-... No vale la pena, ni siquiera muestra señas de estar arrepentido, así que... - deje la oración inconclusa, no podía más. La Señora Holt me abrazo de nuevo.

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