Capitulo 14

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Nunca había visto nada igual, ni siquiera se molesto en darme una explicación, como si decir lo siento fuera suficiente. Su comportamiento me era impredecible, su forma de hablar conmigo y su forma de tratarme me eran algo conocidas, pero aún pensándolo así, era imposible, tendría que haber habido un gran cambio en él y sus ojos... Supongo que muchas personas los tendrían parecidos, aunque una parte de mi mente me dijera que no.

En cuanto entre a la escuela lo vislumbre charlando con un grupo de chicos que yo conocía muy bien, que extraño, precisamente sus mismos amigos.

Aclaré mi garganta y paré justo atrás de él.

- Nicholas, ¿me regalas unos minutos, por favor?- él se giró con una mezcla de sorpresa y miedo en su cara, de seguro ya sabia de que quería hablarle.

- Por supuesto- miró a sus ( ahora) mejores amigos- los veo después.

Dicho esto me giré y comencé a dirigirme  hacia las afuera de la escuela, detrás de la cafetería había como una especie de jardín, casi nadie iba a ahí así que era perfecto. En cuanto llegamos dejé mi mochila en una banca y me giré para encararlo, la misma posición, su peso recargado en una pierna, sus manos metidas en los bolsillos de su jeans desgastados, su mueca en su rostro cuando algo no le agradaba... Sacudi la cabeza  y hablé con determinación.

- ¿Por qué lo hiciste?- pregunté.

- ¿Hice qué, tratar de protegerte, eso?, ¿eso esta mal para ti?

- No, lo que esta mal es que le hallas  pegado. ¿Por qué lo hiciste?, ¿por qué me proteges si ni siquiera me conoces?, ¿Cómo sabes que Sander me hará daño si no llevas ni una semana aquí?, ¿sabes?, tu comportamiento me es muy extraño- su rostro no tenia emoción alguna solo me observaba como recordando algo- ¿No me vas contestar?.

- Lo hice porque te aprecio, y puede que no lleve mucho tiempo aquí, pero lo que e escuchado de ese tipo...

- Sander- interrumpí, suspiró.

- De Sander, me basta y me sobra para saber quien es- entrecerré los ojos.

- Que curioso, ahora dime algo, ¿cuándo conseguiste tantos amigos?.

- Solo me ayudaron, no era justo cuatro contra uno- lancé una carcajada irónica.

- En esta escuela no son nada solidarios, creeme llevo mucho tiempo aquí- se frotó el puente de su nariz algo exasperado.

- ¿A donde quieres llegar?- preguntó con cansancio en su voz.

- A que me digas quien eres en realidad, tu personalidad y tus acciones me son muy conocidas, ese día cuando te dije que tus ojos los había visto en algún lado quitaste la mirada y te fuiste, esos chicos con los que, según tú, ahora son tus amigos, no son nada fáciles, son engreídos y no confían ni en ellos mismos. Me atrevería a asegurar que eres Eithan Hansen- sus ojos se abrieron, algo que no paso desapercibido para mí, trago saliva e intento tranquilizarse.

- No se de quien hablas- me crucé de brazos.

-¿Entonces por qué te sorprendes?. Si no lo conoces

- Yo no estoy sorprendido, creeme que no sé de que hablas.

-Bien, entonces jurame que eres Nicholas, jurame que en verdad no lo conoces. Creeme, Nicholas, no te convengo como enemiga y tú me caes muy bien, no quisiera tener problemas contigo, no quiero terminar de enterrar lo único bueno que tengo de la imagen de Eitan Hansen.

- Te lo juro, no conozco a ese tipo.- asenti, aunque algo me decía que me estaba mintiendo, decidí ignorar eso.

- Bien, perdón por quitarte tu tiempo- él asintió, tomé mi mochila y me dirigí hacia los pasillos.
Cuando llegue a mi casillero saqué los libros y cuadernos correspondientes.

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