Capítulo 43

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La casa de mis padres se había convertido en una completa locura, todos llevaban cosas de aquí para allá y mi madre daba órdenes porque según ella, todo tendría que salir perfecto. Habíamos escogido las invitaciones con su ayuda semanas atrás y ella misma se había ocupada de que llegarán a su destino. Sander y yo habíamos estado ocupados con el tema de la reconstrucción de la casa. Por suerte y gracias al cielo, estaba muy conservada, así que no fue mucho los arreglos que necesitó y ahora mismo la casa lucía como una verdadera mansión, imponente, bonita.
Había ido a escoger el vestido con mi madre y las chicas... Y fue por demás una actividad larga, resumiendo, diré que duramos casi dos horas buscándolo y otras dos haciendo los arreglos correspondientes. Pero había sido lindo y emocionante.

Yo aún no podía creer que estuviera a menos de tres horas de casarme.

Mi madre entró como un torbellino en la habitación donde todas nos estábamos alistando. Suspiro en cuanto sus ojos se encontraron con los míos a través del espejo.

- Pareces una princesa- susurró de pronto con sus ojos húmedos.

Llevaba un vestido verde claro, luciendo hermosa, como siempre.

- Gracias, mamá.- le dije en un susurro, pues de un momento a otro me atacaron unas inmensas ganas de llorar.

- No puedo creer que vayas a casarte- entonces sus ojos se llenaron de lágrimas- Mi pequeña niña se va a casar.- caminó hasta mí y entonces me abrazó- Quiero que sepas que me siento por orgullosa de ti mi niña; de ustedes dos. Porque a pesar de todo y de todos, ustedes siguieron adelante y lograron superar cosas muy fuertes. Siempre se apoyaron y... estoy segura de que ese gran amor que se tienen, crecerá aún más.

- Yo también mamá, yo también.

En ese momento la puerta sonó y después, mi padre entró con una pequeña sonrisa. Al estar frente a mí, sus ojos se llenaron de lágrimas, algo muy raro en él, pues casi nunca había visto a James Collins llorar. Sus brazos me arroparon segundos después.

- Te amo demasiado, Bella. Y quiero que sepas que estoy feliz y orgulloso de ti.- se alejó y tomó mis mejillas en sus manos- No olvides que tú siempre serás y eres mi orgullo, Bella... Y que a pesar de todo lo que ha pasado, eres lo más lindo que Dios puso darme... Y siempre serás mi princesa y mi guerrera.

Era imposible no llorar con esas palabras. Mi padre me había demostrado cariño, pero nunca tan profundo, jamás en mi vida lo había escuchado decirme cosas como esas. Y era lindo saberlo, era lindo saber que hasta esas personas que creías frías, podían tener sentimientos tan fuertes por una persona y podían demostrar que los tenía.

Él y yo siempre habíamos tenido peleas muy fuertes, y algunas veces nos habíamos dicho cosas que no tenían perdón; sin embargo siempre pedíamos disculpas, pero no eran las disculpas merecidas. Ahora sin embargo, estaba segura de que no había mejor disculpa que esa.

- Yo también te amo papá- le conteste con la voz entrecortada- Te amo mucho y quiero que sepas que siento todas las cosas feas que te dije en el pasado.

- Yo siempre supe que no las decías de corazón... Y yo tampoco lo hacia. Sólo quiero que sepas, que confió en ti, Bella. Confio en que serás una esposa excepcional y que podrás responder a los problemas de una manera madura.

- Lo haré, papá, te lo prometo.

- Sobre todo... prometeme que serás muy feliz.- sonreí y asentí.

- Te lo prometo.- mi padre también asintió.

- Bien, ahora permiteme escoltarte hasta el altar ¿te parece?

Trato Echo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora