La casa de mis padres se había convertido en una completa locura, todos llevaban cosas de aquí para allá y mi madre daba órdenes porque según ella, todo tendría que salir perfecto. Habíamos escogido las invitaciones con su ayuda semanas atrás y ella misma se había ocupada de que llegarán a su destino. Sander y yo habíamos estado ocupados con el tema de la reconstrucción de la casa. Por suerte y gracias al cielo, estaba muy conservada, así que no fue mucho los arreglos que necesitó y ahora mismo la casa lucía como una verdadera mansión, imponente, bonita.
Había ido a escoger el vestido con mi madre y las chicas... Y fue por demás una actividad larga, resumiendo, diré que duramos casi dos horas buscándolo y otras dos haciendo los arreglos correspondientes. Pero había sido lindo y emocionante.Yo aún no podía creer que estuviera a menos de tres horas de casarme.
Mi madre entró como un torbellino en la habitación donde todas nos estábamos alistando. Suspiro en cuanto sus ojos se encontraron con los míos a través del espejo.
- Pareces una princesa- susurró de pronto con sus ojos húmedos.
Llevaba un vestido verde claro, luciendo hermosa, como siempre.
- Gracias, mamá.- le dije en un susurro, pues de un momento a otro me atacaron unas inmensas ganas de llorar.
- No puedo creer que vayas a casarte- entonces sus ojos se llenaron de lágrimas- Mi pequeña niña se va a casar.- caminó hasta mí y entonces me abrazó- Quiero que sepas que me siento por orgullosa de ti mi niña; de ustedes dos. Porque a pesar de todo y de todos, ustedes siguieron adelante y lograron superar cosas muy fuertes. Siempre se apoyaron y... estoy segura de que ese gran amor que se tienen, crecerá aún más.
- Yo también mamá, yo también.
En ese momento la puerta sonó y después, mi padre entró con una pequeña sonrisa. Al estar frente a mí, sus ojos se llenaron de lágrimas, algo muy raro en él, pues casi nunca había visto a James Collins llorar. Sus brazos me arroparon segundos después.
- Te amo demasiado, Bella. Y quiero que sepas que estoy feliz y orgulloso de ti.- se alejó y tomó mis mejillas en sus manos- No olvides que tú siempre serás y eres mi orgullo, Bella... Y que a pesar de todo lo que ha pasado, eres lo más lindo que Dios puso darme... Y siempre serás mi princesa y mi guerrera.
Era imposible no llorar con esas palabras. Mi padre me había demostrado cariño, pero nunca tan profundo, jamás en mi vida lo había escuchado decirme cosas como esas. Y era lindo saberlo, era lindo saber que hasta esas personas que creías frías, podían tener sentimientos tan fuertes por una persona y podían demostrar que los tenía.
Él y yo siempre habíamos tenido peleas muy fuertes, y algunas veces nos habíamos dicho cosas que no tenían perdón; sin embargo siempre pedíamos disculpas, pero no eran las disculpas merecidas. Ahora sin embargo, estaba segura de que no había mejor disculpa que esa.
- Yo también te amo papá- le conteste con la voz entrecortada- Te amo mucho y quiero que sepas que siento todas las cosas feas que te dije en el pasado.
- Yo siempre supe que no las decías de corazón... Y yo tampoco lo hacia. Sólo quiero que sepas, que confió en ti, Bella. Confio en que serás una esposa excepcional y que podrás responder a los problemas de una manera madura.
- Lo haré, papá, te lo prometo.
- Sobre todo... prometeme que serás muy feliz.- sonreí y asentí.
- Te lo prometo.- mi padre también asintió.
- Bien, ahora permiteme escoltarte hasta el altar ¿te parece?

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Trato Echo
Teen FictionIsabella, es una chica de 17 años, cursa el undécimo año de secundaria. Es una chica inteligente, con una sonrisa en su cara la mayor parte del tiempo. Pero en ciertas cosas saca a relucir su orgullo y su prepotencia. Pero esos sentimientos de orgu...