Capitulo 38

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- Isabella- el susurro de Jazmin me sacó de la nube en la que me había sumergido.- Isabella ayudame- sollozó desesperada y asustada- no...quiero morir...

Subí la camiseta y presioné mis manos en la herida, sentí una lágrima bajar por mi rostro. Miré a Jazmin quien me miraba asustada, respiraba irregular mente y soltaba quejidos de dolor, mis manos se mancharon de rojo en cuestión de segundos.

- No quiero... morir Isabella, ayudame- la miré y con una mano le aparte el pelo de la cara, negué con mi cabeza.

- Tranquila, tranquila, no vas a morir ¿bien?- solté un sollozo asustada. No podía morir- Vas a estar bien, no cierres los ojos, mantenlos abiertos- Jazmin asintió efusiva mente.

Mi padre llegó a mi lado y miró la escena, sus ojos chocaron con los mios, el rostro se le palideció, pero una chispa de alivio cruzó sus ojos, se arrodilló a mi lado y suspiro.

- Isabella...

- Llama a emergencias papá.- le ordene escuchando los sollozos y quejidos de Jazmin. - Diles  que vengan papá.

- Bella, ya no hay...

-¡Llama a emergencias por favor!- le grité llena de pánico- No la voy a dejar morir, no así papá, no así.- miré a Jazmin, estaba casi tan blanca como una hoja de papel y sus ojos se veían apagados-¡Llama a una ambulancia, maldita sea!

- No quiero... morir, ayudame... Isabella- asenti y tomé su mano dándole un apretón.

- Tranquila, te prometo que estarás bien- sus ojos se cerraron- No, no cierres los ojos, mirame- le órdené, lo hizo mientras escuchaba al oficial el pie de la colina.

- ¡Traigan el equipo medico, rápido, rápido!- en segundos el oficial estuve al otro lado, me miró y luego a Jazmin- Tenemos que sacarla de aquí- Asenti.

Mi padre levantó sus pies y el oficial la levantó por las axilas, yo mantuve mi presión en su herida, ella soltó un quejido de puro dolor y pánico. Volví a pedir que se tranquilizara, en cuanto llegamos a la plazoleta unos paramedicos trajeron una camilla y la depositaron en ella, le pusieron una mascarilla mientras la subían a la ambulancia.

- ¿Cree que se salve?- le pregunté a un paramedico, él me miró con duda.

- A perdido mucha sangre señorita, no sabemos si la bala toco órganos importantes. Pero le prometo que haremos todo lo posible para que sobreviva.

El paramedico subió y la ambulancia se puso en marcha con las sirenas encendidas. De repente la desesperación y el miedo me asaltaron, corrí hacia mi padre y lo tomé de la manga de su abrigo.

-¿Dónde esta Sander?- mi padre me sonrió y me acaricio la mejilla sana.

- Él esta bien, pequeña, se lo llevaron al hospital para confirmar que todo estuviera bien- dejé escapar el aire que tenia contenido y algunas lágrimas también.

Mi padre me abrazo fuertemente, cerré los ojos y comprendí que...todo había acabado, Sander estaba bien, a salvo, Jazmin estaba herida pero tenia la esperanza de que sobreviviera. Se haría justicia y por fin esta pesadilla acabaría. Por fin podría vivir tranquila, sin miedo, sin odio... Podría vivir llena de amor y paz al lado de las personas que amaba.
Pero la burbuja de tranquila estallo en cuanto vi mis manos, yo le había disparado a Jazmin, lo había hecho yo. ¿Qué haría si moría?, pasaría toda la vida atormentada por haberme convertido en una asesina, ¿Me llevarían presa?, si lo hacían me condenarían a muchos años, perdería mi vida, la escuela, mis amigos, Sander, mi libertad.

-¿Qué pasara si muere?, iré a la cárcel papá, yo dispare el arma, fui yo papá- lo miré con las lágrimas a punto de salir de nuevo, mi padre negó muy seguro de si.

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