- Isabella- el susurro de Jazmin me sacó de la nube en la que me había sumergido.- Isabella ayudame- sollozó desesperada y asustada- no...quiero morir...
Subí la camiseta y presioné mis manos en la herida, sentí una lágrima bajar por mi rostro. Miré a Jazmin quien me miraba asustada, respiraba irregular mente y soltaba quejidos de dolor, mis manos se mancharon de rojo en cuestión de segundos.
- No quiero... morir Isabella, ayudame- la miré y con una mano le aparte el pelo de la cara, negué con mi cabeza.
- Tranquila, tranquila, no vas a morir ¿bien?- solté un sollozo asustada. No podía morir- Vas a estar bien, no cierres los ojos, mantenlos abiertos- Jazmin asintió efusiva mente.
Mi padre llegó a mi lado y miró la escena, sus ojos chocaron con los mios, el rostro se le palideció, pero una chispa de alivio cruzó sus ojos, se arrodilló a mi lado y suspiro.
- Isabella...
- Llama a emergencias papá.- le ordene escuchando los sollozos y quejidos de Jazmin. - Diles que vengan papá.
- Bella, ya no hay...
-¡Llama a emergencias por favor!- le grité llena de pánico- No la voy a dejar morir, no así papá, no así.- miré a Jazmin, estaba casi tan blanca como una hoja de papel y sus ojos se veían apagados-¡Llama a una ambulancia, maldita sea!
- No quiero... morir, ayudame... Isabella- asenti y tomé su mano dándole un apretón.
- Tranquila, te prometo que estarás bien- sus ojos se cerraron- No, no cierres los ojos, mirame- le órdené, lo hizo mientras escuchaba al oficial el pie de la colina.
- ¡Traigan el equipo medico, rápido, rápido!- en segundos el oficial estuve al otro lado, me miró y luego a Jazmin- Tenemos que sacarla de aquí- Asenti.
Mi padre levantó sus pies y el oficial la levantó por las axilas, yo mantuve mi presión en su herida, ella soltó un quejido de puro dolor y pánico. Volví a pedir que se tranquilizara, en cuanto llegamos a la plazoleta unos paramedicos trajeron una camilla y la depositaron en ella, le pusieron una mascarilla mientras la subían a la ambulancia.
- ¿Cree que se salve?- le pregunté a un paramedico, él me miró con duda.
- A perdido mucha sangre señorita, no sabemos si la bala toco órganos importantes. Pero le prometo que haremos todo lo posible para que sobreviva.
El paramedico subió y la ambulancia se puso en marcha con las sirenas encendidas. De repente la desesperación y el miedo me asaltaron, corrí hacia mi padre y lo tomé de la manga de su abrigo.
-¿Dónde esta Sander?- mi padre me sonrió y me acaricio la mejilla sana.
- Él esta bien, pequeña, se lo llevaron al hospital para confirmar que todo estuviera bien- dejé escapar el aire que tenia contenido y algunas lágrimas también.
Mi padre me abrazo fuertemente, cerré los ojos y comprendí que...todo había acabado, Sander estaba bien, a salvo, Jazmin estaba herida pero tenia la esperanza de que sobreviviera. Se haría justicia y por fin esta pesadilla acabaría. Por fin podría vivir tranquila, sin miedo, sin odio... Podría vivir llena de amor y paz al lado de las personas que amaba.
Pero la burbuja de tranquila estallo en cuanto vi mis manos, yo le había disparado a Jazmin, lo había hecho yo. ¿Qué haría si moría?, pasaría toda la vida atormentada por haberme convertido en una asesina, ¿Me llevarían presa?, si lo hacían me condenarían a muchos años, perdería mi vida, la escuela, mis amigos, Sander, mi libertad.-¿Qué pasara si muere?, iré a la cárcel papá, yo dispare el arma, fui yo papá- lo miré con las lágrimas a punto de salir de nuevo, mi padre negó muy seguro de si.
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Trato Echo
Teen FictionIsabella, es una chica de 17 años, cursa el undécimo año de secundaria. Es una chica inteligente, con una sonrisa en su cara la mayor parte del tiempo. Pero en ciertas cosas saca a relucir su orgullo y su prepotencia. Pero esos sentimientos de orgu...