La hermana de Mathias|Federico Vigevani y tu|

Pasó.

Sirvió dos vasos de jugo y me dio uno.

- Gracias. ¿Y tu familia?

Tomé un poco y lo miré esperando una respuesta. Él dio un sorbo de su jugo y lo dejó en la mesa para luego apoyarse en la mesada mirándome.

Fede: Mi hermana vive en Dubai, no sé si sabías...

Asentí levemente.

Fede: Bueno y mi hermano, y mi mamá fueron a verla.

- ¿Por qué no fuiste vos?

Fede: Porque en unos días tenemos el show, ¿te acordas?

Asentí otra vez tomando un poco de jugo.

Fede: Mi familia recién vuelve en un mes. Si iba no llegaba al show.

- Ahhhh ya entendí.

Le sonreí y me devolvió la sonrisa. Me dediqué a ver las fotos que estaban en cuadros en la pared. Fotos de Fede de pequeño, era tan lindo.

- Eras tan bonito cuando eras chiquito...

Dije mirando una foto y sonriendo para luego mirarlo. Me miraba mordiendo su labio inferior mientras sonreía.

Mejor vista imposible.

- Y ahora estas así.

Lo miré con disgusto de broma. Obviamente ahora estaba más bueno pero para jugarle una broma.

Fede: Que mala.

Me miró triste y se dio vuelta dandome la espalda para fingir que lloraba. Me acerqué a él riendo, sin antes dejar mi vaso en la mesada, y lo abracé por atrás recostando mi cabeza en su espalda.

- Si sabes que sos re lindo, ¿qué te haces?

Susurro en su oído y se voltea rodeando mi cintura mirándome de manera tierna.

Fede: Además de mala, mentirosa.

Solté una risita y lo miré a los ojos. Tenerlo tan cerca hacia que sintiera pequeñas cosquillas en mi estómago.

- No miento Fede, sos re lindo. Suena raro decirlo...

Solté una carcajada y luego él dejo salir una. Tomó un mechón de mi pelo y lo puso detrás de mi oreja. En eso suena su celular y me separé con algo de vergüenza.

-Fijate si es importante.

Se apoyo en la mesada ignorando su celular, luego lo apagó y me miró.

Fede: Sos hermosa ____ Sellanes...

Mi cara empezó a arder levemente. Estaba sonrojadisima seguramente. Me quedé mirándolo unos segundos y me acerqué a él rápidamente tomando su cara en mis manos y juntar nuestros labios.

No sé todavía porque lo hice, lo necesitaba. Lo bueno fue que no me separó.

Nos quedamos así unos segundos y me separé avergonzada por falta de aire.

- Perdón, no tenía...

Pero me interrumpió tomándome de la cintura para besarme de nuevo con ternura y deseo a la vez. Sus labios se movían al compás de los míos, parecían que encajaban perfectamente. Abrí mi boca dándole paso a ella, y este aceptó. Nuestras lenguas jugaban entre ellas haciendo que de pronto el ambiente se volviera más caluroso.

Me alzó así rodear su cintura con mis piernas y me sentó en la mesada. Abrí un poco las piernas y se puso entre ellas mientras sus manos aún seguían en mi cintura. De pronto escuchamos que algo se rompía que nos obligó a separarnos y mirar. Habíamos tirado el vaso de jugo que me dio Fede. Ambos nos miramos y comenzamos a reír.