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Capítulo 10

ANDREW

Estaba afuera de la escuela esperando a que apareciera Dominic. Íbamos a ir a su casa para hacer el trabajo de literatura.

La verdad es que no se por que hize eso. ¿Por que le pedí hacer el trabajo juntos? Me había propuesto evitarlo ¿y ahora le pido para que haga el trabajo conmigo?

Me deje llevar, jure no hacerlo y a la primera que lo veo caigo ante el.

Este chico sin duda tiene un poder sobre mi, es más fuerte que yo.

- ¿Vamos? - una voz me saca de mis pensamientos. Miro para mi derecha y lo veo a Dominic.

- Si.

- No vivo muy lejos de aquí. - parecía algo desanimado.

- Genial. Vamos entonces. - comenzamos a caminar en silencio. - ¿Tus padres no tienen problema con que vaya sin avisar?

- No, no van a tener problema. No te preocupes.

Después de algunos minutos llegamos a una bonita casa blanca, entramos.

Por dentro es mucho más linda, es muy grande y espaciosa.

- Bonita casa - digo.

- Gracias. Ven - comienza a caminar voy detrás de él.

Entramos a la cocina. Había una mujer de espalda.

- Ma... - dice Dominic.

- Hola cielo, ¿como estuvo tu...? - se detiene al verme. Era una mujer muy hermosa, su cabello y sus ojos son marrones. Es muy parecida al hermano de Dominic. - Hola - me sonríe amplia. - Soy Jocelyn.

- Hola Sra. Russo. Mi nombre de Andrew Collins.

- Un placer Andrew. Llámame Jocelyn.

- Tenemos que hacer un trabajo, ¿puede quedarse?

- Claro que sí.

- Bien, vamos Andrew.

- Un placer Sr.....Jocelyn.

- Igualmente Andrew.

Comenzamos a subir las escaleras, cuando nos cruzamos con un chico joven que bajaba. Lo miro, es la versión más chica de Dominic. Con pelo negro y sus ojos celestes.

- Dom, ¿Has visto a Marc? - me mira - Hola.

- Hola. - respondo al saludo.

- Está en lo de una amiga haciendo un trabajo. ¿Esta todo bien? - pregunta preocupado.

- No, llamaron de la guardería. Dicen que Nina esta con fiebre.

- Mamá está abajo. Espera que voy contigo.

- No, yo voy. No te preocupes, cualquier cosa te aviso.

- Está bien - dice no muy convencido.

Subimos.

Y entramos a su habitación. Nos sentamos en las sillas de su escritorio. El parecía aún algo preocupado.

- ¿Esta todo bien Dominic? Podemos hacerlo mañana si quieres.

- No, no lo sé. Es mi sobrina, la hija de Marco.

- ¿El que va a clases con nosotros?

- Si. Como sea, ¿Empezamos? - dice. Asiento.

Pasan algunas horas.

Habíamos avanzado bastante en el trabajo. Cuando suena el celular de Dominic. El atiende enseguida.