Capitulo 4 - William

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Mi nombre es William Schuester

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Mi nombre es William Schuester. Tengo 25 años, soy profesor de literatura en una escuela secundaria.

La literatura es mi vida, es lo que más amo aparte de mi familia y de los hombres... Así es.... Soy Gay y no tengo ningún problema en decirlo, lo sé desde que tengo 15 años y estoy orgulloso de quien soy.

Ahora es fácil para mí expresarlo, pero cuando era un adolescente de 15 años no me encontraba tan orgulloso de mi orientación. Ah sido un largo y duro camino estos 10 años que me tomó aceptar quien soy soy y estar orgulloso de serlo. No sólo para mí fue difícil la aceptación sino también para mí familia que han recorrido ese camino a mi lado.

Ahora, a mis 25 años, trabajando de mi profesión soñada puedo decir que me encuentro verdaderamente feliz. Obviamente aún me quedan muchas metas que cumplir, pero para eso necesito algo mas bien a alguien con quien cumplir esos objetivos.

No ah habido nadie importante en mi vida en cuanto a relaciones de trata. Eh salido con uno que otro chico, pero nada serio. Ellos no quieren nada serio.

Yo soy de los que les gusta sentar cabeza de jóvenes. Nunca fui de la clase de chicos que les gusta salir, beber, las fiestas; era de los que preferían quedarse en su casa leyendo un buen libro o viendo una película.

Y lo sigo haciendo, pero me gustaría tener a alguien a mi lado que me acompañe. Desde que me mudé de mi casa a un pequeño apartamento me siento mas solo de los normal, no es fácil encontrar a esa persona. Me refiero a la indicada, como la que se leé en los libros o que muestran en las películas. La que te hace sentir cosas que antes no sentías, la que con solo verle te alegra el día, con quien no puedes vivir sin verle.

Soy bastante cursi, lo sé. Pero que puedo decir, soy un romántico empedernido. Creo en los finales felices y sueño con el día que me toque a mi ser amado por alguien y entregarle mi corazón.

Volviendo al presente.

Llegó a mi apartamento luego de terminar mi jornada en la escuela, me preparo algo para comer y prendo el televisor poniendo las noticias. Me siento y comienza a comer tratando de enfocarme en lo que estaba mirando pero mi mente me traiciona y me aparece el recuerdo de mi nuevo alumno.

Mi mañana había comenzado normal, me habían informado que iba a tener dos alumnos nuevos en mi clase, dos hermanos.

Empezé con mi clase y me percato de que entraron dos chicos. Y ahí lo ví...

No se porque llamó mi atención, nunca me había pasado con nadie y mucho menos con uno de mis alumnos.

Su cabello era corto, negro y tenía una mirada muy hermosa en la cual destacaban sus brillosos ojos celestes.
Resultó ser un amante de la literatura como yo.

Pero eso no importaba, es un alumno mío y no puedo tener esa clase de pensamientos. Y mucho menos si el es heterosexual.

A quien quiero engañar, no puedo sacarlo de mi cabeza.

Suspiro y guardo mi plato intacto con comida en la heladera. Me acuesto en el sofá y trató de dormir un rato pero al cerrar los ojos lo único qué veo es su bello rostro. Abro los ojos mirando al techo y sin pensarlo sale una única palabra de mi boca

- Dominic - suspiro- Maldición, estoy perdido. - suena mi celular. Veo la pantalla y atiendo

*Llamada*

- Hola mamá.

- Willy, cariño. Te esperamos ayer a almorzar, no fuiste.

- Ya lo sé mamá pero tenía muchos exámenes que corregir - miento.

- ¿Exámenes? Si las clases recién empiezan.

- Sabes que me gusta ser exigente.

- Claro, como digas - dice sarcástica.
No me creyó. - Sólo quería cerciorarme que estés bien.

- Estoy bien mamá, no te preocupes.

- Como si fuera tan fácil, no basta con que lo digas. Te veo y me aparece un nudo en pecho.

- Mamá no exageres.

- Pareces un muerto viviente.

- Gracias por cumplido, sabes por momentos así me siento bendecido de ser tu hijo - digo sarcástico en broma.

- Tu padre piensa igual yo.

- Es porque tú le metes esas ideas en la cabeza.

- ¿No quieres que llamemos a la Dra. Phillipe?

- ¡Mamá no estoy loco! - grito molesto.

- No digo que lo estés, capaz que necesitas hablar con alguien ya que con tu familia no lo haces.

- Madre me voy, tengo cosas que hacer. Lo pensaré ¿si? - digo para dejarla tranquila.

- Está bien Willy, te quiero.

- Yo también ma - corto.

*Fin llamada*

Se que sólo trata de ayudarme pero lo que menos necesito ahora es a mis padres preocupándose por mi. Lo han hecho desde que era un adolescente y quiero darles un respiro.

Destinados a EncontrarnosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora