Estas semanas tengo tiempo para poco, así que vengo con un tutorial exprés que a mí me ha ayudado mucho y quizás os pueda servir. Hablo, como no, de las famosas comillas («Me encanta comer pasta, ¿a vosotros no?») y la raya (―¡Por supuesto!). Esta es una de esas tonterías que están en todos los libros y que cualquier escritor que se precie tiene que añadir a su texto de la manera que sea. Mediante controles, copiando y pegando o cualquier otro tipo de magia extraña.
Como esto último es un incordio y a todos nos gusta la raya, vengo con un truco muy sencillo para incluirlo en el autocorrector de Word.
Ojo: Uso Word 2010. Este truco es totalmente universal, pero los nombres o el lugar donde se esconden puede cambiar de una versión a otra.
Entra en "Archivo" y busca "Opciones".
De inmediato te saldrá una nueva pantalla. En ella busca la opción de "Revisión". Clica en ella y te saldrán una serie de opciones, incluida la que nos interesa; "Opciones de autocorrección".
Aquí es dónde vamos a "enseñarle" a Word estos símbolos. Solo hay que rellenar el primer cuadro con un par de elementos (Por ejemplo: –) y al lado el símbolo con el que los vamos a sustituir (―). De esta manera, cada vez que estemos escribiendo y pongamos "–" automáticamente se convertirán en "―".
Puedes hacer lo mismo para las comillas o cualquier otro símbolo que te parezca útil tener a mano.
Y hasta aquí el truco del amendruco, simple como él mismo, pero útil hasta límites insospechados.
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Consejos para escribir
De Todo¡Hola! Soy Celia Añó, dibujante y escritora de fantasía. Aquí os cuento mi experiencia en el largo camino de la escritura, mucha motivación, trucos, errores en historias y cómo aprender a publicar tus propios libros.