Mi 2018

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Parece que esto se acaba ya.

2018 ha sido un año extraño, especial sin lugar a dudas. Creo que no lo olvidaré nunca, pero si sucede, aquí van un par de líneas para la Celia del futuro y quien quiera leerlas.

En comparación con el 2017, he escrito menos cuentos y me han seleccionado en menos antologías, pero todas las que han tocado me han hecho muchísima ilusión. Ahí están Soles de medianoche (ya publicada), De-Tinta: Social y Empotradoras (próximamente). También ha sido el año en el que me han publicado en físico. Hasta entonces eran todo pequeñas apariciones, pero gracias a la Antología Fieles e Insólitas ya me podéis leer en papel.

 Hasta entonces eran todo pequeñas apariciones, pero gracias a la Antología Fieles e Insólitas ya me podéis leer en papel

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Luego está la gran noticia, el nuevo paso que he dado para alcanzar mi sueño: he publicado un libro. Aracnefobia está a un tris de salir del horno y tengo muchas ganas de que podáis leer la historia. Llevamos meses trabajando en ella, cuidando todos sus detalles para que esté perfecta. Es una novela corta (aunque su corrección ha sido interminable), pero significa mucho para mí.

He aprendido mucho sobre recursos para escribir, he corregido errores y deshecho varios pasos para ir por el mejor camino

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He aprendido mucho sobre recursos para escribir, he corregido errores y deshecho varios pasos para ir por el mejor camino. También me ha tocado aprender a redactar una propuesta editorial (¡y mandar varias!) y a encontrar un equilibrio entre escribir historias y corregirlas. Si 2017 fue el año en el que supe que podía terminar los libros que empezaba, este ha sido el de darles alas y mandarlos a volar.

Y así he escrito una novela corta, dos novelas y corregido un montón. Pero también me ha tocado respirar y reconocer que hay proyectos que necesitan una pausa e incluso empezar de cero. Me ha tocado cancelar la webnovela que estaba publicando aquí pese al cariño que le tengo (y os prometo que sigo con la historia y algún día la podréis leer entera) y detener una novela que se me había ido de las manos. (Algún día te terminaré, Tocho, algún día...)

En términos de edición digital no me puedo quejar, sigo aprendiendo sobre códigos y a maquetar mejor. Por el día del libro y la noche de brujas autopubliqué en Lektu dos relatos: Héroe y demonio y Un cuento deshilachado (muy, muy relacionado con Aracnefobia). La edición digital me gusta tanto que me atreví a organizar mi propia convocatoria de relatos: La antología de colores (sin colores), que por fin está lista, ¡y estuvo una semana entera en el primer puesto de tendencias en Lektu! Esta ha sido una experiencia preciosa que pienso repetir algún día, aunque solo sea para repetir la locura que fue la Gala.

Siguiendo con mis idas de olla, en las redes sociales me habéis animado (demasiado) con mis pequeñas iniciativas. Y así por los 1000 seguidores en Twitter pude organizar ese gran crossover entre mis personajes que fue Los juegos del hambre brujeriles. ¡Y me he quedado con ganas de repetirlo!

Pero más allá de escribir, mi gran descubrimiento han sido las firmas de libros. Real que me han cambiado la vida. He salido mucho y he podido conocer a un montón de escritorazas, de hacerme su amiga y de ponerles cara a otras. Sigo redescubriendo a las nuevas autoras nacionales y estoy encantada de compartir tiempo con ellas. Y así, leyendo sus historias, se ha roto mi bloqueo lector. Y aunque ahora necesito una estanteríanueva para libros, me he reencontrado con lo que lo inició todo: leer.

Con el dibujo sigo batallando, pero ¡eh! este ha sido mi segundo año en el que he logrado dibujar toodos los días. Tengo mis más y mis menos, pero al menos no he dejado que los bloqueos puedan conmigo. Nunca más olvidaré que si escribo y dibujo es para disfrutarlo. Y aunque no las tenga siempre todas conmigo, este año me atreví a preparar merchan (y descubrir que me encanta diseñar pegatinas) e irme a la Sushi Splash y al Salón del manga de Valencia. Y al de Madrid como fantasma. Y así, entre uno y otro, he conocido a más dibujantes con los que he pasado un montón de buenos momentos.

Ha sido un año intenso. Y aunque también ha tenido sus bajonas, quiero recordar todos estos momentos. Porque hasta el más pequeño es un logro. Y cada reseña, cada comentario y mensaje que me habéis hecho, me ha dado fuerzas para levantarme otro día más con la cabeza en las nubes y ganas de seguir creando.

Para el 2019 os prometo que no voy a parar. Y la promesa va con segundas y octavas, pues ya tengo mucho planeado y pronto se irán desvelando... noticias.

Si has leído hasta aquí, mucha energía para perseguir tus sueños. No te rindas.

 No te rindas

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