Sobre mis hombros descansan dos demonios...
Hubo un año que fue mágico para mí. Es el 2017, donde por fin terminé un libro... ¡y varios! Escribí muchísimo, desde relatos, varias novelettes y un par de novelas.
Nunca más he vuelto a ser tan productiva.
De vez en cuando, una vocecilla me recuerda que en el 2017 hice muchísimo. En comparación, parece que en este no he hecho casi nada. Por inercia, tengo la costumbre de contabilizar solo los proyectos que termino, pero pulirlos también lleva muchísima faena.
Aquí llega el 2º demonio, que me recuerda por las mañanas tooooooooooodo lo que tengo todavía por terminar.
Aunque disfruto de los dos procesos, tener a estos demonios es un dolor de cabeza. Porque al final siento que hago poco (mentira) y que nunca terminaré de corregir porque siempre habrán errores.
Uno de mis objetivos de este año ha sido aprender a compaginar las dos fases. No quiero dejar de escribir novelas nuevas, pero tampoco voy a olvidarme de las correcciones (ejem, como en el 2017).
Lo más frustrante es que no tengo tiempo para hacer las dos cosas a la vez, pero me las voy apañando.
Y lo que nunca más volveré a ignorar es que hay todo tipo de logros. ¡Y terminar una novela es tan importante como corregirla!
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Consejos para escribir
Random¡Hola! Soy Celia Añó, dibujante y escritora de fantasía. Aquí os cuento mi experiencia en el largo camino de la escritura, mucha motivación, trucos, errores en historias y cómo aprender a publicar tus propios libros.