El bolsilibro, mi gran descubrimiento del 2017

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A falta de un mes y ocho días para acabar el año quizás parezca un pelín precipitado hablar del GRAN DESCUBRIMIENTO. Quién sabe, quizás algo me sorprenda mañana, la semana que viene o en una hora, pero aun así, pase lo que pase, quiero dedicarle una entrada al bolsilibro.

El bolsilibro, nuestro nuevo mejor amigo, más conocido como relato largo o novela corta, ¿quién es? ¿Por qué quiero recomendarlo? Venid a descubrirlo conmigo.

Estoy aquí diciendo que acabo de descubrir el bolsilibro cuando, a la hora de la verdad, Donde sueñan las libélulas o La letanía del virus son bolsilibros, pero en mi cabeza siempre los había considerado esas-historietas-cortas-que-no-llegan-a-nov...

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Estoy aquí diciendo que acabo de descubrir el bolsilibro cuando, a la hora de la verdad, Donde sueñan las libélulas o La letanía del virus son bolsilibros, pero en mi cabeza siempre los había considerado esas-historietas-cortas-que-no-llegan-a-novela-que-escribí-para-concursos-de-Wattpad. Pues resulta que son bolsilibros, aunque quizás aún más "bolsi" de lo normal. Bolsibolsilibros.

Por tanto, ¿qué es un bolsilibro? Es una historia que comprende un intervalo de unas 25000 palabras, algo más, algo menos. Son novelas cortísimas, pero aun así con su trama completa, planteamiento, nudo y desenlace. Que aunque sin enrollarse ni incluir ocho subtramas, es un formato para historias mucho más extensas y completas que las de un relato.

Pese a que ya había escrito (Por accidente, todo sea dicho, pero eso sea otra historia), he descubierto este año este formato gracias a autores como Gabriella Campbell o Jose Antonio Cotrina y su saga Crónicas de fin (Por si no la conocéis, saga compuesta por bolsilibros con monstruos, galgos y muchos misterios) o la editorial Cerbero, especializada precisamente en publicar este tipo de historias cortas. Y tras leer algunos de sus libros, en serio, no hay ninguna diferencia entre un libro y bolsilibro.

Bueno, sí, la longitud.

Creo que todos los que escribimos alguna vez hemos soñado con hacer una saga de doce libros o el tochaco de mil páginas. O ir a leer y acabar juzgando los libros por su volumen, como si las historias valiesen lo que pesen y no lo que esconden las páginas. Hay historias e historias, algunas realmente necesitan un montón de páginas para desarrollarse y otras la mitad. No todas necesitan mil personajes, subtramas y adornos, pero  tampoco se pueden encoger en un cuento. Este es uno de los motivos por los que descubrir el bolsilibro ha sido tan especial para mí.

Aquí va un secreto: yo solía estar muy obsesionada con el largo de las historias. He llegado a agobiarme por escribir muy "micro", por que mis novelas no llegaban a cien páginas o de tener ideas que me encantaban pero que no daban para mucho. Y aunque es una obsesión que me he quitado poco a poco, todas esas historias cortitas seguían cogiendo polvo a la espera de engordarlas con subtramas u otras historias. Hasta que conocí al bolsilibro.

¿Por qué quiero recomendar o por lo menos dar a conocer el bolsilibro?

Porque hay historias que son cortas, que precisamente en su sencillez son perfectas y que no necesitan más. Escribir un bolsilibro en realidad es más difícil de lo que parece: no tiene que haber relleno, las partes de planteamiento-desarrollo-desenlace tienen que estar equilibradas, cosa que no es tan fácil como parece pues muchas veces la introducción ocupa más sitio del que toca y en historias tan cortas se nota. Nada que no se solucione con práctica.

Si te gusta escribir y quieres empezar pero te da pánico, no tienes las ideas muy claras, te falta constancia o, como yo, has probado con mil novelas y no has terminado ninguna (que te gustase), el bolislibro es tu mejor amigo. Aprendes a organizar tus ideas, a administrar las partes de la historia, lo vives igual que si fuese una novela y es muy rápido de escribir. Mucho. En lo que llevo de año he escrito ya tres bolsilibros más uno que tengo a mitad, y en todos ellos habré invertido como medio mes. Cierto que yo ya tengo un buen hábito de escritura, pero si te pones con él, con esa idea corta que ya tienes clara, y no paras hasta acabar, lo tendrás en menos de lo que esperas.

Y terminar una historia siempre da muchísima satisfacción. Es un logro que además te llena de energía y confianza para enfrentarte a un proyecto más largo.

Además, son un gustazo de leer.

Así que, tanto si lees o escribes, nunca descartes a los bolsilibros.

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