◐Capítulo III: No creo que mis deseos vayan a cumplirse...

2.8K 172 30
                                    

Riley

Mordí mi labio inferior, mientras observaba a Maya elegir mi atuendo para la cita con Lucas. Es demasiado increíble que aquel pequeño ser humano me tuviera totalmente enamorada, que sea igual de feliz con mi felicidad y ser tan fuerte como lo és. Los gestos que hacia cuando sacaba prendas algo de niñas muy infantiles, eran graciosas.

— ¿Por qué no solo me prestas ropa tuya? —indagaba tratando de recoger mi preciada ropa del suelo, se ríe mientras trataba de saber que era lo que me habia hecho comprar tantas ropas infantiles. «Ella» pensé. 

— Hasta crees que mi ropa te entraría —mostre confusión por sus palabras, porque en realidad no le encontraba en chiste a su risa. Aunque me sintiera felíz de que riera aúnque sea de mí de la que se éste burlando— Rilis tu mides 1.67y yo solo 1.55 ¿cómo imaginas que te quedarían mis blusas?

—Oh, valla... Eso quiere decir que soy un unicornio muy alto —Se mordió el labio sonriente y colocando cabellos detras de sus orejas dejando ver su impecable rostro con mayor facilidad.

— Eres un unicornio muy lindo a decir verdad —Sentí la sangre inundar mis mejillas provocando el rosa leve –, amo los unicornios por lo que bien podría adoptarte. Serías mía.

Ella no entendía el efecto que sus palabras y halagos hacían en mí.

— ¡Riley! ¿Maya? —Mi madre entro sin avisar, suspire con algo de alivio. No sabía si podria aguantar un segundo más, aquella dos palabras, hicieron que mi cabeza quisiera explotar, me sentía desarmada y sentía mi corazon bombear acelerado— Hace un tiempo que no te veía  por aquí...

— bueno... Estuve algo ocupada en estos días. —Susurro a mi madre con una sonrisa, recordándome que hay algo que nos oculta, qué me oculta.

— ¿Pero qué es todo este reguero? —se exalta— ¡Necesitas ropa nueva!

— Gracias a todos los cielos, Topanga. —dice Maya— Su unicornio-hija queria que le preste mi ropa, para una cita con el vaquero.

— ¡Por Jesucristo Riley! —grita alterada mi madre, cerré los ojos con frustración y pués es que un dia de compras con mi madre era como un castigó — Iremos de compras ¡ahora mismo!

Se fué, supongo por sus tarjetas de créditos y llaves de auto. Observé a Maya quién me observaba confundida.

— ¿te pasa algo? No veo que tus ojos brillen —se acercó lo suficiente para poder respirar el perfume de la otra. Su perfumería era frutal y citria al mismo tiempo... Era como buena y mala a la vez, era exquisito. Ella lo era. — ¿ha hecho algo mal el vaquero?

— ¡No! Oh no, no. Lucas es un pan de Diós, es tierno, amable y romántico... —me calle unos segundos y observe con más detenimiento los ojos azules de Maya que mostraban desconfianza.

— ¿Segura? —Asentí con nerviosismo. No era para menos la tenía a milímetros de mí.

— Sí, muy segura. —Susurre en afirmación después de unos segundos— Lucas es...tan Lucas.

— ¡Riley vamos! —Grita mi madre desde la planta baja.

— Bien yo me tengo que ir... —Sonrie y se acerca a la ventana— Nos vemos luego. Así luego me cuentas como estuvo tu cita con el cowboy.

— ¿Cuándo me diras por que desapareces tan derepente? —susurre con impaciencia y mordazmente.

— sera pronto linda. —Sonrió y tra de eso desapareció.

Suspiré con agotamiento, la parte de mistério de Maya me encantaba. Sin embargo esta vez sentía que este misterio traeria muchos problemas.

— ¡Riley se nos hace tarde... ¿y  donde esta Maya? —apreté los labios y me encogi de hombros.

— Solo tenia cosas que hacer.

[...]

Luego de recorrer estante por estante, tiendas y más tiendas estaba agotada y mariada de tanto color y marca en ropas. Salir de comprar con mamá era como hacer un suplicio.

— ¡Por todos los buenos abogados! —Exclamó con molestia e irritabilidad –Riley, elige un vestido y ya.

— Pero mamá... Es tan solo una cita. –balbuceo.

«que solo de pensar en ello me repugna. »

— ¡pero nada! Es Lucas, no solo una cita. —Explica con molestia— El puede ser un gran esposo en un futuro.

— ¿¡Pero que cosas dices!? —siseo con acidez— Mamá, tan solo tenemos 17 años... Aún no pensamos en matrimonio.

— Lucas es un gran chico, y en un futuro no muy lejano sera un gran esposo para ti hija. —Resople con cansancio. Era caso perdido dialogar con ella— Ya quiero ver como saldrán aquellos niños...

— ¡oh!  mira ese vestido —Chille con alegría fingida.
Mi madre perdio todo el hilo de la conversación y fue casí corriendo por aquél vestido de lentejuelas cafes. Era mi oportunidad, el solo pensar de Lucas en terno y yo vestida de blanco parados en una iglesia hacia que quisiera morir y jamas haberlo conocido en ese metro.

En aquel metro dónde comenzó mi pesadilla. Escuché la risa de Maya y registre el lugar por el que me encontraba hasta llegar a verla. Pero creo que fue una mala pasada de mi mente, ya que no la ví por ningún lugar.

— ¡Vámos! —Exige mi madre— Tan solo tienes hora y media para que Lucas llegué a casa por su cita.

Respiré ondo y traté de sonreir lo que más pude, esto era de todo los dias fingir el gusto de alguien por el cual solo veía como un hermano, y estando casí segura de que él lo hacía igual conmigo.

Llegamos a casa en velocidad de rayo, mi madre prácticamente me obligó a ducharme de la manera mas rápida, al salir, observe mi atuendo, era lindo pero sería mas lindo si tuviera que utilizarlo por una ocación para Maya y no por una tonta cita con Lucas.

Me vestí y junto a aquel vestido me coloque un pequeño veló, mi cabello seco y ahora moldeado en ondas mas un maquillaje simple era lo que complementaban y animaban mi autoestima. El timbre de ma casa sonó y suspiré este seria un larga cita.

— ¡Riley baja, lucas ya esta aquí! —Chillo mi madre desde la planta baja.

— ¡Lucas! —Grite animadamente y haciendo un amague de caer.

— más cuidado princesa —Sonreí embobada y el sonrió igualmente solo que se notaba mas nervioso.

— Tu siempre tan perfecto Lucas...

——
Nos leemos pronto, Chicas_Hart ✌

Top secret's Riley | #WGA2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora