◑Capítulo XXXVI: la despedidas llegaron...

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camino con paso lento camino hacía la habitación donde se encuentra Lynn. Mi manos tiemblan hasta están sudando a la vez, mi corazón y mente no esta preparados para ver a mi rival en su lecho de muerte. No estoy preparada para tener la ultima charla con el amor de mi amada rubia.

La puerta rechina al abrirse, miro fugazmente por donde sale el doctor mientras respiro profundo y sintiendo el escalofrío recorrer por todo mi cuerpo.

Era hora.

—Ya puede pasar, señorita. —balbucea el doctor con la mirada paciente y compasiva.  Pero sinceramente no puedo hacer lo que me pide.

—ok... — le respondí flaqueando y dando pequeños pasaos tambaleando. Me detengo, giro sobre mis talones y lo vuelvo a observar— Yo no puedo hacerlo...

El solo me sonríe melancólicamente mientras siento el pesar en mi alma. 

—puedes hacerlo pequeña, no queda tiempo y es mejor limar perezas antes de que sea muy tarde.—se escucha tan reconfortante pero aun así no alejo el terror que siento. —¿ella es tu amiga?

Le miro y vuelvo a ver el suelo. Negándole.

—No señor... Ella era mas como mi enemiga. —su mano es gentilmente colocada en mi hombro, la aprieta levemente dándome apoyo entre suspiros.  

—Deben tener mucho de que hablar entonces...dale la oportunidad de irse en paz. —dice y realmente deseo llorar, pero me abstengo a ello—pequeña, puedes hacerlo... Eres capaz de hacer muchas cosas. 

Le creo, creo cada una de sus palabras. 
Porque aunque no lo conozco de mucho él parece un hombre sabio y el duro camino que he vivido desde mi secreto mas profundo me hace pensar en que aquello que ha dicho es cierto.

—tiene razón.

—claro, ahora ve y demuéstrate lo fuerte que puedes ser. 

Antes su palabras asiento frenéticamente afirmando y retomando las fuerzas nuevamente. Respiro antes de abrir la puerta y giro la perilla dándome el paso al cuarto de Lynn. 

Una vez dentro observo a la de ojos grises sonreír, tan pálida y demacrada. Ella es la mas fuerte en esta situación. 

—Hola, rival. —mordí mi labio resoplando con supuesto enojo ante sus sarcásticas palabras. Es que solo ella puede estar tan campante aun sabiendo lo poco de vida que le queda. 

—¿Cómo estás? —le hago una pregunta realmente estúpida y lo se por su cejas arqueando su rostro moribundo.

—Muriendo, ¿a caso no se nota? —susurrando graciosamente.

Me muerdo la lengua antes de explotar por su estúpido comportamiento.  Detesto que sea tan alegre cuando no estamos en un momento para estar felices.

—¿Vale, de qué deseas hablar? —se que he caído en la estupidez al ver su rostro tornarse mas irónico que antes. 

—Es por Maya, lo sabes así que deja de hacer preguntas tontas hoyuelos—no me sorprendo en nada, solo me causa gracia que me llame hoyuelos. —no te diré que quiero que la cuides, sé que la amas y lo harás lo haces incluso desde antes.

—¿entonces me has llamado porque quieres un ultimo deseo en tu lecho de muerte?

—creerlo como desees, he pedido hablar contigo porque lo quiero... Siempre quizá hablar contigo. —su voz se corta por una repentina tos... Se de lo que se trata y rápidamente coloco el balde metálico que se encuentra a su lado debajo de la cama. Vomita y trato de mirar a otro lado porque realmente esto es asqueroso. 

Unos minutos después del suceso asqueroso nos miramos mutuamente.  Ella toma la delantera y habla antes de poder emitir alguna palabra.

—¿tienes alguna menta? —pregunta y busco en mis bolsillos. Encuentro un caramelo, se lo doy—vale, estoy bien ahora. ¿Cuéntame Riley, qué piensas hacer cuando muera?

Fruncí mi ceño y me tomé minutos largos antes de hablar. 

—Seguir con mi vida...

—¿Qué pasará con Maya? —pregunta sin dejarme terminar mi proceso de explicación.

—La ayudaré a que pase el dolor de tú muerte. —se sorprende al igual que yo al oír mi repuesta.—eres el amor de su vida, le costaras mucho hacerlo. 

—soy solo su primer amor, un primer amor que morirá —suspira y me ve con una mirada sería—¿sigues amándola, verdad?

—desde el día en que la conocí lo hago.

—entonces vas a enamorarla— siento que ella afirma aquello.

—Ella no me ama,  al memos no como te ama a ti.

—claro que lo hace,  aunque no se ha dado cuenta. 

—tu has provocado aquello. —le suelto mordaz. 

Se ríe  incómoda. 

—tardaste mucho, hoyuelos... Ocultar lo obvió llevas muchas penitencias y dolores de cabeza.—se lame su resecos labios y tose un par de veces —lo siento, Riley pero necesitaba vivir un gran amor y Maya me permitió hacerlo. 

—y ahora morirás. 

Sonríe con ojos brillosos. —es algo transitorio, ella encontrará a alguien mejor para amar... Ella te amará algún día Riley.

Siento la desaparición, siento no poder haber escrito el resto de esta historia.
Tuve problemas, todo se complico y ahora no se como reajustar mi horario.
Les dejo este capítulo para que tengan algo mas mientras trato de ver que hacer con esta historia. Tengo todo planificado pero no tengo el tiempo para escribir un final decente para ustedes que se lo merecen.

¿alguien más desea hablar?
Trataré de hablar con ustedes por que necesito hacer muchas preguntas y respuestas. ¿Ustedes no desean hacerlo?

Top secret's Riley | #WGA2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora