Boruto en el Tiempo.

Regreso al Monte Myōboku

-Tengo sueño-ttebayo –Naruto se estaba quedando dormido recargado en un poste cerca de la entrada principal-

-Es que eres un adicto al sueño-ttebasa –Hinata y Konohamaru sólo reía de aquel par, era de madrugada en la Aldea y Fukasaku-sama aún no llegaba.

-¿De qué te quejas Naruto-niisan? –suspiró -. A mí me fue fatal con Moegi la cual estaba en completo desacuerdo que me fuera de misión con ustedes-kore –miró al cielo-. Hasta le fue a reclamar al Hokage y la seguridad la sacó de ahí.

-Sí que la tuviste difícil –Boruto se río de la situación de su senseí y Konohamaru sólo asintió.

-No quería levantarme tan temprano además ese anciano no ha llegado –seguía quejándose el rubio.

-¿A quién le dices anciano Naruto-chan? –apareció ese pequeño sapo montado en su transporte.

-Jijijijiji –dejó escapar una risita nerviosa mientras se rascaba su rubia cabellera.

-Tú nunca cambiarás Naruto-chan –suspiró-. ¿Y ustedes quiénes son?

El chico de la bufanda azul se acercó –Yo soy Konohamaru Sarutobi nieto del Tercer Hokage de esta Aldea.

-Yo soy Boruto hijo de... -Naruto lo piso discretamente y el pobre pequeño derramó unas cuantas lágrimas-. Perdón quise decir primo de Naruto Uzumaki.

Y por último la más tímida de todas-. Yo soy Hinata Hyuga soy... -el sapo la interrumpió.

-¿Has dicho Hinata? –el sapo estaba sorprendido.

-Así es señor –ella se sonrojo sin entender a qué quería llegar.

-Ah así que tú eres la jovencita que se enfrentó a Pain para salvar a Naruto-chan o me equivocó –Hinata se quedó muda y sonrojada, y Naruto desvió la mirada avergonzado.

-Y no sólo eso –agregó Boruto molestando a sus padres.

-Ahora ellos dos son novios-kore –completó la frase Konohamaru, los dos estaban muy rojos de la cara.

-Ah vaya... Qué sorpresa... Eso si no me lo esperaba Naruto-chan –sonrió –Bien por ti muchacho has conseguido a una mujer muy bella y que está dispuesta a dar la vida por ti.

-Lo sé –sonrió y miró a Hinata la cual seguía sonrojada pero ella le devolvió la mirada.

-Muy bien pues no perdamos tiempo vámonos –ordenó Fukasaku aplaudiendo para desaparecerlos y luego aplaudió haciéndose desaparecer.

-Oh no...no...no...no ¿Ahora a dónde se fueron? –Kiba se acercó al lugar y sólo se encontró con humo.

-Al Monte, utilizaron invocación inversa –dijo muy calmado.

-Muy bien entonces los alcanzaremos ¿Sabes la ruta cierto Shino?

-Sí, se ha hecho una ruta al lugar –esas simples palabras emocionaron al castaño-. Pero... tardaremos un mes aproximado en llegar.

-Ah bueno no hay.... ¿QUÉÉÉÉÉÉÉ? ¿UN MES? –Estaba pálido-. Shi-Shino ¿Estás seguro que un mes? Pero no podemos dejar a Naruto solo con Hinata...

-No están solos así que disfrutemos nuestros días de vacaciones –jaló a su amigo del gorro y se lo llevó lejos de los planes de perseguir a los novios.

Konohamaru, Boruto y Hinata quedaron sorprendidos del lugar con mucha vegetación y poseedor de plantas gigantescas de diferentes colores además de las grandes estatuas de sapos de piedra y al fondo adornado con gigantescas montañas puntiagudas.