Boruto en el Tiempo.

Sangre Hyuga.

Perdón!

Boruto despertó muerto de sed, pero le era difícil zafarse no supo cómo se enredó en los brazos de sus padres, batalló un buen rato, pero lo logró e hizo una pequeña travesura uniendo las manos de sus padres, fue a la cocina a servirse un vaso de agua.

Una niña de cabellos castaños y ojos blancos de 11 años de edad bajó de la carroza dispuesta a ir a la cocina de su casa mientras su padre el señor de la casa hablaba con los demás integrantes del Clan Hyuga trayendo noticias de sus últimos tratos diplomáticos.

El rubio bostezó saliendo de la cocina con su vaso de agua.

-¿Tú quién eres? –una voz chillona hizo que los pelos se le pusieran de punta y tirara el vaso, Boruto estaba sorprendido-. ¡Te pregunté quién eres y ¿Qué haces en la Mansión Hyuga?! –el rubio no contestaba así que Hanabi activó su Byakugan.

<< ¿Byakugan? Oh no ¿Acaso es...?>> tuvo que salir de sus pensamientos para esquivar el Puño Suave que iría directo a sus flujos de chakra. Hanabi atacó de nuevo y esta vez más rápido, Boruto detenía fácilmente los golpes los pocos días de entrenamiento con su madre dieron resultado.

-¡¡¡ ¿QUIÉN DEMONIOS ERES?!!! –Gritó desesperada.

Naruto y Hinata despertaron exaltados y observaron que estaban tomados de la mano, se sonrojaron a todo lo que daba pero otro grito los sacó de su fantasía.

-Esa es la voz de Hanabi-neechan –se paró corriendo directo de donde provenían los gritos.

-¿Qué-ttebayo? –Naruto la siguió tambaleándose.

Hanabi seguía atacando la pelea los llevó hasta el patio, Boruto no quería lastimarla así que sólo esquivaba.

-¡¡Hanabi ¿Qué está pasando?!! –A Boruto se le heló la sangre, esa voz, le tenía mucho miedo a esa voz que no se atrevía a voltear.

-¿Quién es este niño? –preguntó de la manera más fría, Boruto sentía sus ojos llenos de odio.

-¡Este niño andaba husmeando la casa tal vez sea un ladrón! –lo señaló.

-¡¡NO, NO ES ASÍ-TTEBASA!! –Movía las manos en forma de negación.

Boruto sitió en su hombro la mano de aquel hombre y lo obligó a voltear, no se resistió más tirándose al suelo y sujetándolo de la túnica.

-¡Abuelo perdóname no era mi intención-ttebasa! -no midió la magnitud de sus palabras pues siempre le había tenido miedo al padre de su madre.

-¡¡ ¿CÓMO ME DIJISTE NIÑO INSOLENTE?!! –Hiashi frunció el ceño y fulminaba con la mirada al pequeño.

<<Ay ya metí la pata... aún no sabe que es mi abuelo... es mi fin... no alcancé a despedirme de mi madre... ni regresar con Himawari... ni de mi... nah mi padre sigue siendo estúpido>> agachó su cabeza en forma de resignación.

-Pa-Papa Boruto-kun es amigo mío, él se está quedando unos días por una situación delicada –Hinata estaba muy nerviosa por la llegada inesperada de su padre que jugaba con sus dedos.

<<Mi ángel>> pensó Boruto

-¿Qué? –dijo Hiashi y miró al niño, éste seguía aferrado a su túnica.

-Es mi primo señor –Hiashi alzó la mirada hacia el rubio que apareció detrás de Hinata

-Naruto Uzumaki... ¿Qué haces aquí? –frunció otra vez el ceño lo que hizo que Naruto se pusiera nervioso, pues se le hacía extremadamente raro ver al héroe de la Guerra en pijama y en su casa tan temprano.