— Hija, despierta... — Unas manos suaves de fácil identificación para mi junto con una armoniosa voz de mujer, delatan que mi mamá está en la habitación, despertándome, interrumpiendo mis sueños.— Estoy despierta mamá, Buenos dias. — Le sonreí resfregandome un ojo con mi mano.
— Necesito un favor hija...
— ¿Qué necesitas mamá? — Me senté en mi cama, al lado de ella.
— ¿Podrías hacer las compras por mi hoy, por favor?, sabes que la alacena y heladera están un poco deshabitadas, y necesito un par de víveres para la comida de hoy.
Amaba cuando mamá cocinaba, ella es una Máster Chef en esto.
— Claro mamá, sólo deja que me aliste ¿De acuerdo? — Ella asintió contenta y se fue dejándome sola en mi cuarto otra vez.
Me vestí sencilla ya que hoy era sábado y no planeaba impresionar a nadie. Unos jeans negros, buzo gris ya que estaba algo fresco, un gorro gris de lana y unos tenis blancos.
Luego de acomodar mi cabello y que no pareciera nido de ratas, me maquille solo con un poco de rímel, y bajé a desayunar.
— ¡Buenos días! — Dije frente a la mesa donde se encontraban mis dos padres hablando de sus negocios y desayunando.
— Buenos días princesa. — Dijo mi papá levantando la vista de su diario y dándome un guiño.
— Ten hija, come tu desayuno — Mamá me dio un jugo de naranja, café, panqueques y unas tostadas. Sin duda alguna, ella estaba de buen humor hoy.
— No sé si podre con todo... — Dije señalando la comida que mamá preparó para mi.
— Si no quieres, yo si quiero. — Dijo mi papá robándome una tostada. Reí y comencé a comer. ¡Delicioso!
(...)
— Claro Mamá no lo olvidare, adios. — Colgué la quinta llamada de mi mamá.
Me encuentro en el supermercado, en la góndola de los lácteos para ser más exacta, mamá me llama para recordar ciertas cosas que no debo olvidar, cuando se encargó de hacer una muy detallada lista de los víveres que debo comprar y de que marcas.
— Tomaré este. — Espete hablándole a la nada y tomando un tarro de queso del cual momentos atrás, disputaba con el mismo producto, pero de otra marca.
Caminé un rato por los vacíos pasillos, no hay tanta gente ya que es temprano, y es sábado.
— ¡Pero miren a quien me encuentro! — Una voz algo rasposa interrumpe mi caminata, y yo conocía al dueño de esa voz.
— ¡Lu! — Así es, Lucas, él aceptó muy amablemente que yo use el diminutivo de su nombre.
— Megan, ¿Qué haces aquí? — Frunce el ceño y se acerca al carrito de mis compras, observándolo.
— Pues ya sabes, lucho con dragones, derroto brujas, hasta hago magia al estilo Harry Potter... lo típico. — Me burle de su incoherente pregunta.
— Muy graciosa, ¿Tu mamá te obligo?
— No de hecho, me gusta ayudar.
— Si claro. — Respondió con ironía.
— ¿Disculpa? — Me molestó un poco, lo admito, es decir, a algunos chicos y chicas nos gusta ayudar a nuestros padres, y no le veo nada de malo.
— Lo siento, no quise ofenderte Meg... — Asentí y miré a la lista que yacía en mi mano.
— ¿Te ayudo con eso? — Señaló mi lista y yo le sonreí.
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Mi Chico Ideal ♡
Romance¿Reconocerías el amor de tu vida si lo tuvieras justo a tu lado? Bueno, yo si. COMPLETA ¡ Capítulos largos y llenos de emoción, te espero dentro de este libro y espero tu crítica al final¡¡.