¿Cómo estoy? ¡A quien le importa!El humo de cigarro inundaba mis sentidos, las risas resonaban en mi sistema y hacían eco en mi vacía cabeza.
-Oye... ¿Cómo era tu nombre?- me preguntó un chico, él estaba mucho peor que yo en estos momentos.
-Ah, Miranda...- respondi guiñándole un ojo, él me sonrió seductor y lanzó un silbido al barman.
-Dos whiskys dobles... Y que sea rápido.- habló de mala gana.
Veo luces, sonidos y alucinaciones de colores, es impresionante. El lugar es como una montaña rusa de colores, emociones y sentimientos.
El chico a mi lado sacó otra bolsita blanca de su bolsillo, hizo una fina línea sobre la mesa y la emprolijo con un trozo de papel, para estar drogado, tenía muy buen pulso.
-¿Quieres una?- me ofreció.
-Bueno, creó que ya estoy lo suficientemente drogada como para aceptar otra...- reí, últimamente reía de todo.
-Tonterias. Una más no te hará daño, vamos, aún me queda hierba... Es de la buena- sacó otra bolsita con marihuana. El que no sabe, diría que es pasto, pero ¡que buen pasto!
-Bien... Aquí vamos...- me incliné en la mesa, tapé uno de mis agujeros nasales y aspire lo más fuerte que pude. Sentí el ardor del polvo estancandose en mi canal respiratorio.
El barman se acercó con los whiskys, y sin aguardar, bebí de dos tragos todo su contenido, y pidiendo otra ronda.
Al cabo de dos segundos, el chico a mi lado había armado dos cigarros de hierba y me tendía uno.
Lo coloqué entre mis manos, lo encendí, y aspire, mantuve, tragué y unos segundos después, exhale.
Me sentía mejor, mucho mejor que el resto de los miserables días.
No estoy apta para pensar muy bien y coordinar bien lo que digo, así que solo me quedo en silencio.
Pero el silencio, otorga.
Pensamientos nacen, uno tras otro en mi mente, matándome lentamente.
No sé hace cuantos días con firmeza estoy aquí... La verdad ya perdí la cuenta de las noches enteras que me mantuve aquí, rodeada de humo, droga y alcohol.
No me enorgullece decír que soy una puta drogadicta. Pero, no quiero salir adelante.
No quiero, se que no puedo. Lo intenté, y fue la peor decisión que tomé.
La adversidad de la vida me abrasó y torturó, pateó, golpeó, destruyó, y asesinó vorazmente.
Destruyó todo lo que tenía, sueños, aspiraciones, metas, opciones, todo lo bueno que tenía.
La vida me quitó todo eso.
¿Y yo soy la culpable?
No señores, no tengo la puta culpa de que mi padre tuviera leucemia, no tengo la culpa de que mi madre halla muerto. No la tengo.
Ella se deprimió, como yo ahora, y decidió acabar con su vida, sin importarle com estoy, o estaré.
Ella murió por amor, el amor la asesino. Y ahora están juntos en el más allá.
Me dejaron sola, con todos los peligros del mundo.
Oí un fuerte golpe o quizás... Solo lo imagine, mis sentidos no están muy desarrollados ahora, disminullen a cada segundo, mientras la droga de desparrama en mis venas.
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Mi Chico Ideal ♡
Romance¿Reconocerías el amor de tu vida si lo tuvieras justo a tu lado? Bueno, yo si. COMPLETA ¡ Capítulos largos y llenos de emoción, te espero dentro de este libro y espero tu crítica al final¡¡.