Mi Chico Ideal ♡

CAP 13. Soy Rehén «Mejorado»

Soy rehén.

Soy rehén de mis malditos pensamientos, sentimientos y emociones.

A pesar de todo, no puedo odiarlo.

Me odio a mi misma por no poder tratarlo como se merece. Por no poder tratarlo de la misma manera en la que él me trató.

-No tengo hambre mamá. -Dije saliendo de prisa, no quería que notaran mis grandes ojeras a causa de no haber podido dormir.

-Aguarda hija... -Diablos. Ahora no.

Volteé sin fijar mi vista en ella. Extendió algo hacia mí y lo tomé débilmente.

-Por si te da hambre más tarde... -Susurró dandome un beso en la mejilla. -Suerte en tu día. -Dijo abrazándome.

-Igual ustedes, los amo, adiós... -Me despedí de ambos y salí sin más.

¿Cómo puedo permitirle tratarme así? Yo soy... Una buena niña. Soy, un poco impulsiva y hasta algo extraña. Pero mis intenciones siempre fueron las mejores, incluso cuando no hacía más que vagar tras su sombra.

Hacía algo de frío y una suave llovizna caía desde el cielo.

Además de todo, el clima me recuerda el primer día que nos conocimos. Estába casi en estas mismas condiciones.

La diferencia entre éste día y el de hace algunas semanas, es que hoy lo odio y en ese entonces lo amaba.

Es decir, no lo odio. Mi corazón enamorado no me lo permite, pero mi cabeza grita hasta el cansancio que él no es para mí y nunca lo será.

Te odio corazón, lo siento mucho cerebro.

¿Melancolía? Sí, hoy es uno de esos días en los que sólo quieres sentarte frente al televisor y mirar películas tristes comiendo kilos y kilos de helado sin dejar de llorar como la puerca enamorada que eres.

Dios Santo. ¿Qué hice para merecer tal rotura de mis sentimientos?

Salado. Sabor a ¿sal?

Oh, ¿En qué momento comencé a llorar? Quizás, hace tiempo cuando empecé a recordar.

Eso tiene sentido.

Oí la bocina de un auto desde atrás e inconcientemente volteé con la esperanza, estúpida por cierto, de que sea Ethan pidiéndome perdón.

Si así fuera, correría hacia él y le confesaria cuanto lo amo a pesar de todo pero... No es Ethan, y en cierto modo, lo agradezco.

-Lucas... -Saludé con una media sonrisa la cuál el rubio correspondio con algo de duda.

-Sube Megan... -Dijo abriendo la puerta.

-¿A caso me persigues? -Me burle, el humor siempre está en mí.

-De hecho, siempre paso por tu casa cuando debo ir a la escuela, podría traerte y llevarte cuando gustes. -Sé ofreció gentilmente.

Le sonreí asistiendo timidamente, no quiero que piense que me abuso de su buena voluntad, pero me agradaría no caminar en las mañanas.

-Megan, ¿Estuviste llorando? -La sonrisa se borró de mi rostro.

-Yo... Bueno... -¿Qué diablos le invento? -Fue una película. -La mejor mentira que se me ocurrió.

-Es... ¿En serio? -Dudó.

-No... -Bajé la vista derrotada.

-Lo sabía. Cuéntame. -Reí a penas.